En medio de una sesión en el Congreso de la República, el representante Carlos Felipe Quintero se destapó contra las directivas del partido Liberal, a quienes calificó de reyezuelos y extorsionistas que manipulan con la entrega de avales.
“Esta constancia hará que no me den el aval del partido Liberal. Hace unos días el expresidente Gaviria se reunió con el expresidente Uribe, y está bien. Dos expresidentes pueden unirse y hablar de política. Lo que está mal es que nunca nos tiene en cuenta. Que me digan mis compañeros hace cuánto el partido Liberal no nos convoca”, inició relatando el representante Liberal.
Enseguida, cuestionó que no se le puede decir nada a los jefes liberales porque se creen “reyezuelos”. “Nos tienen sometidos con los avales. Creen que pueden gobernar el partido desde el barrio Rosales (de Bogotá) y con un bolígrafo imponer su voluntad. El partido Liberal perdió su esencia. Aquí no hay una dirección que vele por los intereses del pueblo, sino por los intereses burocráticos”, señaló Quintero.
“Ya el pueblo se cansó“
El representante señaló que desde hace más de dos años no se convoca a una bancada liberal y criticó el autoritarismo en la toma de decisiones. “El liberalismo que conocimos, el de Uribe Uribe, López Pumarejo y Galán, defendía al pueblo, a los campesinos y a las mujeres. Hoy, por conflictos personales y por el control de unos pocos, el partido se alejó de su esencia popular y progresista”, agregó.
Las relaciones entre Simón Gaviria y el representante Carlos Felipe se rompieron en el 2024 cuando intentaron crear una mesa directiva interna que tomara las decisiones del partido Liberal, y no fuera exclusivamente Gaviria quien entregara los avales.
“Ya el pueblo se cansó y eso se va a demostrar en las urnas. Han dilapidado la historia del partido Liberal por mezquindades, no del presidente del partido, sino del hijo, porque quien manda en el partido es Simón Gaviria”, arremetió Quintero.
A pesar de su credencial como Liberal, los jefes del partido no le darían el aval a Carlos Felipe, sino a Mello Castro, violando acuerdos previos.











