El corregimiento de Saloa es el más grande de Chimichagua. Ante preocupación por la propagación del Covid-19, sus habitantes decidieron cerrar las tres vías de entrada desde hace una semana para impedir el paso de extranjeros y personas provenientes de ciudades con casos positivos.
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Según cuentas, son alrededor de 40 personas divididas en los tres puntos, las cuales realizan controles permitiendo solo el paso de camiones con alimentos y medicamentos.
“La comunidad de pescadores y en general tomamos la iniciativa de cerrar las vías que conducen a nuestra población, a orillas de la ciénaga Zapatosa. Tuvimos conocimiento que llegarían unos europeos a la ciénaga Zapatosa. En el complejo cenagoso nos visitan personas de muchos países. Lo que estamos evitando es que una de esas personas propague el Covid-19 en la comunidad. Ya tenemos una semana de estar en este proceso”, contó Henry Guillén, habitante de Saloa.
Para llegar al corregimiento de Saloa hay tres entradas: una es la vía Panamericana que va de Las Vegas hasta Saloa, la vía que conduce al corregimiento de La Mata y la vía fluvial por la ciénaga de Zapatosa que conecta con la cabecera municipal.
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“Tenemos unos controles, alrededor de 40 personas, que se turnan día y noche. En la carretera troncal que conduce a Saloa colocamos madera para impedir el acceso. Solamente pasan transportes con medicamentos”, agregó Guillén. EL PILÓN intentó comunicarse con las autoridades del municipio de Chimichagua, sin embargo, no hubo respuesta.
Por último, los habitantes comentaron que la iniciativa nació a la par de la declaratoria de aislamiento social obligatorio expedida por el presidente de la República, Iván Duque.
Por: Deivis Caro/ EL PILÓN