Claudio Julio Díaz, padre del lateral zurdo Farid Díaz, contó la pasión de su hijo por el sóftbol y cuando se probó como arquero.
Llegar al barrio Villa Miriam es estacionarse en un sector de Valledupar donde el fútbol se vive a todo pulmón de generación en generación, es por ello que hasta el niño más pequeño sabe dónde vive el padre de Farid Díaz, jugador emblema del fútbol vallenato.
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No obstante, los inicios de Farid Alfonso Díaz no fueron como jugador de fútbol, sino como softbolero, tal y como lo cuenta su progenitor Claudio Julio Díaz.
“En Codazzi se jugaba más sóftbol que fútbol, por ende, Farid (Díaz), que siempre ha sido un aficionado al deporte, empezó jugando este deporte en el que le estaba yendo muy bien, se estaba adaptando”, señaló el progenitor del deportista.
Corría el año de 1983 y Farid Díaz aún no gritaba goles, pero sí anotaba jonrones en su faceta como jugador en el deporte de la pelota blanda. No obstante, el destino del codacense daría un giro cuando a su padre se le presentó una oportunidad laboral en Valledupar, trabajo que aceptó, por lo que el barrio Villa Miriam se convertiría en el segundo hogar de la familia Díaz.
Llegar a la capital del Cesar le significó al lateral izquierdo Farid Díaz abandonar su afición por el sóftbol.
En aquel entonces no existían los escenarios con grama sintética, por lo que el jugador cesarense daría sus primeros pasos en las canchas de arena, tradicionales en los barrios populares de la ciudad.
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“Recuerdo que Farid tenía una pegada potente, incluso se dio a conocer por un gol que anotó casi desde la mitad de la cancha. Siempre le gustó jugar como extremo”, contó Edwin Ramírez, habitante del barrio y quien compartió con el futbolista en sus inicios.
Olvidada su etapa como softbolista, el hoy lateral izquierdo del Nacional de Paraguay, no siempre se desempeñó en esa posición, pues el arco fue otra de las pasiones del ex Valledupar Fútbol Club, según lo relató su padre.
“Todos conocen a Farid como lateral, pero él tuvo una época donde se desempeñó como portero y lo hacía muy bien, aunque no era la posición en la que le gustaba jugar porque él decía que siempre su zona del campo favorita era la banda, sobre todo la izquierda y lo demostraba con su despliegue físico y sus proyecciones desde la defensa hacia el ataque”, puntualizó Claudio Díaz.
Con poco tiempo en Valledupar, Farid Díaz ya impresionaba a los entrenadores de los clubes aficionados, quienes lo buscaban para que hiciera parte de los conjuntos futbolísticos. Además del talento, el defensor lateral tenía carisma, por lo que sus compañeros siempre lo buscaban para actividades sociales.
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Tras destacarse en el fútbol aficionado, el lateral mundialista con la Selección Colombia en Rusia 2018, fue fichado por el Atlético Bucaramanga en el año 2003, club en donde ya se habían destacado otros deportistas del Cesar como ‘Kiko’ Barrios y Pablo Zuleta, y Farid Díaz no fue la excepción. A partir de ahí los títulos fueron llegando, siendo su etapa más gloriosa la vivida con el Atlético Nacional, club donde jugó desde 2012 hasta 2017 y cosechó 12 campeonatos, de los cuales 6 fueron torneos de liga, una superliga, 3 Copas Colombia, una Copa Libertadores y una Recopa Sudamericana. En su paso por Olimpia de Paraguay ganó 1 título de liga.
Cabe reseñar que Farid Díaz jugó en el Valledupar Fútbol Club en el segundo semestre del 2018 y, aunque no ganó títulos, puso al equipo verdiblanco en los reflectores de los programas deportivos y canales de televisión.
Por: Robert Cadavid/ EL PILÓN
Claudio Julio Díaz, padre del lateral zurdo Farid Díaz, contó la pasión de su hijo por el sóftbol y cuando se probó como arquero.
Llegar al barrio Villa Miriam es estacionarse en un sector de Valledupar donde el fútbol se vive a todo pulmón de generación en generación, es por ello que hasta el niño más pequeño sabe dónde vive el padre de Farid Díaz, jugador emblema del fútbol vallenato.
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No obstante, los inicios de Farid Alfonso Díaz no fueron como jugador de fútbol, sino como softbolero, tal y como lo cuenta su progenitor Claudio Julio Díaz.
“En Codazzi se jugaba más sóftbol que fútbol, por ende, Farid (Díaz), que siempre ha sido un aficionado al deporte, empezó jugando este deporte en el que le estaba yendo muy bien, se estaba adaptando”, señaló el progenitor del deportista.
Corría el año de 1983 y Farid Díaz aún no gritaba goles, pero sí anotaba jonrones en su faceta como jugador en el deporte de la pelota blanda. No obstante, el destino del codacense daría un giro cuando a su padre se le presentó una oportunidad laboral en Valledupar, trabajo que aceptó, por lo que el barrio Villa Miriam se convertiría en el segundo hogar de la familia Díaz.
Llegar a la capital del Cesar le significó al lateral izquierdo Farid Díaz abandonar su afición por el sóftbol.
En aquel entonces no existían los escenarios con grama sintética, por lo que el jugador cesarense daría sus primeros pasos en las canchas de arena, tradicionales en los barrios populares de la ciudad.
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“Recuerdo que Farid tenía una pegada potente, incluso se dio a conocer por un gol que anotó casi desde la mitad de la cancha. Siempre le gustó jugar como extremo”, contó Edwin Ramírez, habitante del barrio y quien compartió con el futbolista en sus inicios.
Olvidada su etapa como softbolista, el hoy lateral izquierdo del Nacional de Paraguay, no siempre se desempeñó en esa posición, pues el arco fue otra de las pasiones del ex Valledupar Fútbol Club, según lo relató su padre.
“Todos conocen a Farid como lateral, pero él tuvo una época donde se desempeñó como portero y lo hacía muy bien, aunque no era la posición en la que le gustaba jugar porque él decía que siempre su zona del campo favorita era la banda, sobre todo la izquierda y lo demostraba con su despliegue físico y sus proyecciones desde la defensa hacia el ataque”, puntualizó Claudio Díaz.
Con poco tiempo en Valledupar, Farid Díaz ya impresionaba a los entrenadores de los clubes aficionados, quienes lo buscaban para que hiciera parte de los conjuntos futbolísticos. Además del talento, el defensor lateral tenía carisma, por lo que sus compañeros siempre lo buscaban para actividades sociales.
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Tras destacarse en el fútbol aficionado, el lateral mundialista con la Selección Colombia en Rusia 2018, fue fichado por el Atlético Bucaramanga en el año 2003, club en donde ya se habían destacado otros deportistas del Cesar como ‘Kiko’ Barrios y Pablo Zuleta, y Farid Díaz no fue la excepción. A partir de ahí los títulos fueron llegando, siendo su etapa más gloriosa la vivida con el Atlético Nacional, club donde jugó desde 2012 hasta 2017 y cosechó 12 campeonatos, de los cuales 6 fueron torneos de liga, una superliga, 3 Copas Colombia, una Copa Libertadores y una Recopa Sudamericana. En su paso por Olimpia de Paraguay ganó 1 título de liga.
Cabe reseñar que Farid Díaz jugó en el Valledupar Fútbol Club en el segundo semestre del 2018 y, aunque no ganó títulos, puso al equipo verdiblanco en los reflectores de los programas deportivos y canales de televisión.
Por: Robert Cadavid/ EL PILÓN