Con el puñal incrustado en el lado izquierdo del pecho, quedó el ebanista, Julio Pedrozo Martínez, de 46 años, luego de haber forcejeado con varios atracadores, quienes lo despojaron de su billetera cuando trató de oponerse al ilícito a pocos metros de su vivienda localizada en el barrio Primero de Mayo de Valledupar.
Por Abdel Martínez Pérez
[email protected]
Con el puñal incrustado en el lado izquierdo del pecho, quedó el ebanista, Julio Pedrozo Martínez, de 46 años, luego de haber forcejeado con varios atracadores, quienes lo despojaron de su billetera cuando trató de oponerse al ilícito a pocos metros de su vivienda localizada en el barrio Primero de Mayo de Valledupar.
La herida fue mortal porque le perforó el corazón y frente a la puerta de su vivienda cayó muerto. Cuando su madre al escuchar los gritos de auxilio le abrió la puerta, lo encontró tirado sobre el protector de la puerta principal, sin que pudiera percatarse de los delincuentes que huyeron del lugar con algunas de sus pertenencias y dejándole el puñal incrustado.
La acción criminal se produjo hacia las 12:30 de la madrugada de ayer en la calle 20 frente a la vivienda demarcada con el número 30-20 del barrio Primero de Mayo, cuando Julio Pedrozo retornaba a la misma, luego de haber departido con unos amigos en un billar que está ubicado a pocas cuadras de su casa.
“Alcanzamos a escuchar palabras de alto calibre, pero cuando salimos a la puerta de la casa, ya no vimos a nadie, a mi cuñado lo encontramos desmayado, no respondía a nuestro llamado y en una patrulla de la Policía que pasaba por el sector, lo embarcamos para llevarlo al hospital 'Rosario Pumarejo de López', pero una vez los médicos lo examinaron, nos dijeron que ya no había nada qué hacer, porque llegó sin signos vitales”.
“Si me van atracar, se van a joder conmigo, porque no me voy a dejar”, alcanzaron a escuchar sus familiares de Pedrozo Martínez en medio del forcejeo con los delincuentes, quienes además de agredirlo verbalmente, lo golpearon y luego lo apuñalaron.
El occiso, tenía arrendada la ebanistería en la carrera 18 con calle 32; y estaba casado con Nidia Jiménez, con quien tuvo dos hijos.
Con el puñal incrustado en el lado izquierdo del pecho, quedó el ebanista, Julio Pedrozo Martínez, de 46 años, luego de haber forcejeado con varios atracadores, quienes lo despojaron de su billetera cuando trató de oponerse al ilícito a pocos metros de su vivienda localizada en el barrio Primero de Mayo de Valledupar.
Por Abdel Martínez Pérez
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Con el puñal incrustado en el lado izquierdo del pecho, quedó el ebanista, Julio Pedrozo Martínez, de 46 años, luego de haber forcejeado con varios atracadores, quienes lo despojaron de su billetera cuando trató de oponerse al ilícito a pocos metros de su vivienda localizada en el barrio Primero de Mayo de Valledupar.
La herida fue mortal porque le perforó el corazón y frente a la puerta de su vivienda cayó muerto. Cuando su madre al escuchar los gritos de auxilio le abrió la puerta, lo encontró tirado sobre el protector de la puerta principal, sin que pudiera percatarse de los delincuentes que huyeron del lugar con algunas de sus pertenencias y dejándole el puñal incrustado.
La acción criminal se produjo hacia las 12:30 de la madrugada de ayer en la calle 20 frente a la vivienda demarcada con el número 30-20 del barrio Primero de Mayo, cuando Julio Pedrozo retornaba a la misma, luego de haber departido con unos amigos en un billar que está ubicado a pocas cuadras de su casa.
“Alcanzamos a escuchar palabras de alto calibre, pero cuando salimos a la puerta de la casa, ya no vimos a nadie, a mi cuñado lo encontramos desmayado, no respondía a nuestro llamado y en una patrulla de la Policía que pasaba por el sector, lo embarcamos para llevarlo al hospital 'Rosario Pumarejo de López', pero una vez los médicos lo examinaron, nos dijeron que ya no había nada qué hacer, porque llegó sin signos vitales”.
“Si me van atracar, se van a joder conmigo, porque no me voy a dejar”, alcanzaron a escuchar sus familiares de Pedrozo Martínez en medio del forcejeo con los delincuentes, quienes además de agredirlo verbalmente, lo golpearon y luego lo apuñalaron.
El occiso, tenía arrendada la ebanistería en la carrera 18 con calle 32; y estaba casado con Nidia Jiménez, con quien tuvo dos hijos.