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El Vallenato - 17 diciembre, 2020

‘Manda cachaza’, el dicho que se volvió canción vallenata

En el libro Lexicón del Valle de Upar escrito por Consuelo Araujonoguera y publicado en el año 1994, aparece la frase “Manda cachaza”, que significa lo siguiente: “Exclamación para dar a entender a alguien que es ambicioso o pretensioso, que cree merecerlo todo o que pide demasiado”.

Romualdo Brito y Silvestre Dangond, dos guajiros comprometidos con el folclor vallenato.

FOTO/CORTESÍA.
Romualdo Brito y Silvestre Dangond, dos guajiros comprometidos con el folclor vallenato. FOTO/CORTESÍA.
Boton Wpp

Que me está pasando a mí
y me pellizco pa’ vé si soy yo.
No lo puedo creer, pero es cierto
el burlado soy yo.

Corría el mes de octubre del año 2016 cuando el compositor Romualdo Brito López estuvo en Medellín encontrándose con un amigo quien le contó su triste historia de amor, esa que estaba a punto de naufragar en el mar de la tristeza. Tenía sospechas de que su mujer le era infiel y le narró algunos detalles expresando que la amaba y no la quería perder.

Lee también: ‘Quiero que el vallenato vuelva a brillar’: Silvestre Dangond lanzó ‘Las locuras mías’

Romualdo Brito quedó con la inquietud y pensando en que no conocía canción de despecho que no fuera éxito, se metió a hacerla con la mayor dedicación. En la obra quiso plasmar ese momento interior que estaba viviendo el protagonista de la historia.

Luego de darle forma a la canción, él se la cantó a su mujer Indira de la Cruz y ella se sorprendió manifestándole que estaba muy fuerte y más con el título, ’20 años de traición’. Después de aquello, el tema estuvo durmiendo en el baúl del olvido, hasta que Romualdo Brito decidió mandarle varias de sus obras a Silvestre Dangond para su nueva producción musical ‘Las locuras mías’.

Silvestre Dangond le cambió el nombre a la canción que hoy es suceso musical en Colombia y el exterior. FOTO/CORTESÍA.

El artista Urumitero las escuchó y sin pensarlo mucho se quedó con la canción en mención, pero con la condición de cambiarle el título y sugirió ‘Manda cachaza’. Romualdo al comienzo no aceptó, pero después entró en razón.

La mamá del descaro
quiere que me trague ese novelón.
Es tan artista la mami
que llora con sus mentiras.

De otra parte, el compositor Romualdo Brito, lo que no dijo fue que tiempo después de hacer la canción, llamó a la esposa del amigo, esa que hizo el papel principal que hasta un Oscar merecía, invitándola a aclarar todo, y que por favor reconciliaran por el bien del amor de los dos. La idea de la reflexión era que volvieran a aquellos primeros tiempos de felicidad. Claro, que no le contó de la existencia de la obra donde ella no salía bien librada.

Ella aceptó y al cabo de algún tiempo la pareja lo visitó en Bogotá, llenos de alegría y olvidando aquel suceso que los iba a separar. Después del borrón y cuenta nueva, solamente quedó la canción que por estos días está sonando por todas partes.

No dejes de leer: Romualdo Brito observó un último amanecer en el Valle

Romualdo se despidió de la vida pensando en cuál sería la reacción de la pareja cuando escuchara la canción cantada por Silvestre Dangond, esa que lo inspiró en los males del corazón, los mismos que se encargan de arrebatar los sentimientos. Además, hacen posible que una cadena de tristeza ate la vida de manera diferente. Pero, definitivamente en el ambiente quedó el sinsabor de mandar cachaza…

Y más engañera pa’ onde,
‘Manda cachaza’, la niña.

El cantante Silvestre Dangond nunca supo la razón de la canción basada en el suceso que vivió un paisa a quien le habían roto varias veces el corazón sin saber cómo repararlo, y solamente se limitó en tres minutos y 47 segundos a cantar y dar su concepto del hecho. “Porque no hay cacho que no se sepa, ni amor que no se note”.

ROMUALDO, INSIGNIA DEL FOLCLOR VALLENATO

Romualdo Brito, quien se dedicó por más de 50 años a unir tiempo, razón y sentimiento para que la esperanza tomara vuelo envuelta en un canto, recibió en su despedida final sentidas palabras del cantante Silvestre Dangond donde exaltó su monumental gesta como compositor.

El maestro Romualdo Brito es una insignia de la música vallenata porque a través de más de mil canciones supo darle el toque perfecto, comenzado por ‘Yo soy el indio’ donde se pintó como un guerrero teniendo todo, sin tener nada”.

Además, el artista en su primer concierto virtual llevado a cabo el pasado 21 de noviembre a orillas del río Guatapurí, sacó un espacio para hacerle un sentido homenaje musical con unas expresiones elocuentes al que denominó triste y alegre. Esa noche interpretó ‘Amaneceres del Valle’ y ‘La difunta’. En total Silvestre Dangond le grabó tres canciones al maestro Romualdo Brito: ‘La difunta’, ‘El santo cachón’ y ‘Manda cachaza’.

EL RECUERDO NO MUERE

Para Indira de la Cruz, este trance de dolor es sumamente grande y no ha podido asimilar y más teniendo a su hijo Romualdo Jr. recuperándose del accidente donde murió el hombre que le dedicó gran cantidad de canciones.

Te puede interesar: El sentido adiós de Indira de la Cruz a su esposo, el compositor Romualdo Brito

Ella sigue agradeciendo las muestras de solidaridad y los mensajes sentidos que son un alivio. Además, al cantante Silvestre Dangond por grabar esa canción que es el testimonio de un amigo que nunca pensó que Romualdo Brito bosquejara la temática de tristeza que vivió en un momento de su vida.

Aquel dicho ‘Manda cachaza’ que se volvió canción, ahora se pasea por el mundo vallenato dejando un mensaje donde se expresa la consigna de tratar que el amor permanezca quieto en el árbol del sentimiento. De esa manera, las bellas promesas enmarcadas en besos no se marchiten con el paso del tiempo, sino que florecen como el capullo esperando la salida del sol. ‘Manda cachaza’ tiene el sello de la ambición, la pretensión, de creer merecerlo todo o pedir demasiado, sin pensar en la persona que se tiene al lado.

Por Juan Rincón Vanegas.

El Vallenato
17 diciembre, 2020

‘Manda cachaza’, el dicho que se volvió canción vallenata

En el libro Lexicón del Valle de Upar escrito por Consuelo Araujonoguera y publicado en el año 1994, aparece la frase “Manda cachaza”, que significa lo siguiente: “Exclamación para dar a entender a alguien que es ambicioso o pretensioso, que cree merecerlo todo o que pide demasiado”.


Romualdo Brito y Silvestre Dangond, dos guajiros comprometidos con el folclor vallenato.

FOTO/CORTESÍA.
Romualdo Brito y Silvestre Dangond, dos guajiros comprometidos con el folclor vallenato. FOTO/CORTESÍA.
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Que me está pasando a mí
y me pellizco pa’ vé si soy yo.
No lo puedo creer, pero es cierto
el burlado soy yo.

Corría el mes de octubre del año 2016 cuando el compositor Romualdo Brito López estuvo en Medellín encontrándose con un amigo quien le contó su triste historia de amor, esa que estaba a punto de naufragar en el mar de la tristeza. Tenía sospechas de que su mujer le era infiel y le narró algunos detalles expresando que la amaba y no la quería perder.

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Romualdo Brito quedó con la inquietud y pensando en que no conocía canción de despecho que no fuera éxito, se metió a hacerla con la mayor dedicación. En la obra quiso plasmar ese momento interior que estaba viviendo el protagonista de la historia.

Luego de darle forma a la canción, él se la cantó a su mujer Indira de la Cruz y ella se sorprendió manifestándole que estaba muy fuerte y más con el título, ’20 años de traición’. Después de aquello, el tema estuvo durmiendo en el baúl del olvido, hasta que Romualdo Brito decidió mandarle varias de sus obras a Silvestre Dangond para su nueva producción musical ‘Las locuras mías’.

Silvestre Dangond le cambió el nombre a la canción que hoy es suceso musical en Colombia y el exterior. FOTO/CORTESÍA.

El artista Urumitero las escuchó y sin pensarlo mucho se quedó con la canción en mención, pero con la condición de cambiarle el título y sugirió ‘Manda cachaza’. Romualdo al comienzo no aceptó, pero después entró en razón.

La mamá del descaro
quiere que me trague ese novelón.
Es tan artista la mami
que llora con sus mentiras.

De otra parte, el compositor Romualdo Brito, lo que no dijo fue que tiempo después de hacer la canción, llamó a la esposa del amigo, esa que hizo el papel principal que hasta un Oscar merecía, invitándola a aclarar todo, y que por favor reconciliaran por el bien del amor de los dos. La idea de la reflexión era que volvieran a aquellos primeros tiempos de felicidad. Claro, que no le contó de la existencia de la obra donde ella no salía bien librada.

Ella aceptó y al cabo de algún tiempo la pareja lo visitó en Bogotá, llenos de alegría y olvidando aquel suceso que los iba a separar. Después del borrón y cuenta nueva, solamente quedó la canción que por estos días está sonando por todas partes.

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Romualdo se despidió de la vida pensando en cuál sería la reacción de la pareja cuando escuchara la canción cantada por Silvestre Dangond, esa que lo inspiró en los males del corazón, los mismos que se encargan de arrebatar los sentimientos. Además, hacen posible que una cadena de tristeza ate la vida de manera diferente. Pero, definitivamente en el ambiente quedó el sinsabor de mandar cachaza…

Y más engañera pa’ onde,
‘Manda cachaza’, la niña.

El cantante Silvestre Dangond nunca supo la razón de la canción basada en el suceso que vivió un paisa a quien le habían roto varias veces el corazón sin saber cómo repararlo, y solamente se limitó en tres minutos y 47 segundos a cantar y dar su concepto del hecho. “Porque no hay cacho que no se sepa, ni amor que no se note”.

ROMUALDO, INSIGNIA DEL FOLCLOR VALLENATO

Romualdo Brito, quien se dedicó por más de 50 años a unir tiempo, razón y sentimiento para que la esperanza tomara vuelo envuelta en un canto, recibió en su despedida final sentidas palabras del cantante Silvestre Dangond donde exaltó su monumental gesta como compositor.

El maestro Romualdo Brito es una insignia de la música vallenata porque a través de más de mil canciones supo darle el toque perfecto, comenzado por ‘Yo soy el indio’ donde se pintó como un guerrero teniendo todo, sin tener nada”.

Además, el artista en su primer concierto virtual llevado a cabo el pasado 21 de noviembre a orillas del río Guatapurí, sacó un espacio para hacerle un sentido homenaje musical con unas expresiones elocuentes al que denominó triste y alegre. Esa noche interpretó ‘Amaneceres del Valle’ y ‘La difunta’. En total Silvestre Dangond le grabó tres canciones al maestro Romualdo Brito: ‘La difunta’, ‘El santo cachón’ y ‘Manda cachaza’.

EL RECUERDO NO MUERE

Para Indira de la Cruz, este trance de dolor es sumamente grande y no ha podido asimilar y más teniendo a su hijo Romualdo Jr. recuperándose del accidente donde murió el hombre que le dedicó gran cantidad de canciones.

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Ella sigue agradeciendo las muestras de solidaridad y los mensajes sentidos que son un alivio. Además, al cantante Silvestre Dangond por grabar esa canción que es el testimonio de un amigo que nunca pensó que Romualdo Brito bosquejara la temática de tristeza que vivió en un momento de su vida.

Aquel dicho ‘Manda cachaza’ que se volvió canción, ahora se pasea por el mundo vallenato dejando un mensaje donde se expresa la consigna de tratar que el amor permanezca quieto en el árbol del sentimiento. De esa manera, las bellas promesas enmarcadas en besos no se marchiten con el paso del tiempo, sino que florecen como el capullo esperando la salida del sol. ‘Manda cachaza’ tiene el sello de la ambición, la pretensión, de creer merecerlo todo o pedir demasiado, sin pensar en la persona que se tiene al lado.

Por Juan Rincón Vanegas.