Son infinitos los casos de maltrato laboral que se dan en distintas instancias y son diferentes las manifestaciones de este orden, moral, físico, psicológico; el acoso en el trabajo, afecta la capacidad de producción, la salud y bienestar del trabajador.
De esta situación parecen sustraerse, las personas que aplican esta mala táctica, que además de las consecuencias antes enumeradas, crea desafecto y le quitan al trabajador sentido de pertenencia, con su entorno laboral.
Esta es una flagrante violación laboral y a los derechos humanos del trabajador, es una maña antiquísima, que se aplica en muchas empresas de distintos órdenes, las agrupaciones vallenatas no son la excepción, sus víctimas no se atreven a denunciar, pero son tan protuberantes, que trascienden al público.
Las comodidades, que nos brinda los avances de esta era, permiten que los conjuntos vallenatos, se presenten en una misma noche, varias veces en diferentes escenarios, lo que implica que un grupo, de los más cotizados, tengan mínimo cinco salidas, en un fin de semana, situación que traería bienestar a sus integrantes.
Pero con tristeza observamos, que el éxito de la música del valle, es caldo de cultivo, para maltratar a sus integrantes, que va desde el acordeonero pasando por todos los músicos subalternos del cantante, hasta llegar al utilero, a los cuales únicamente les pagan irrisorias sumas y de 5 toques, les cancelan 2 veladas bailables, cuando salen bien librados, si acaso, no argumenta, el manejador por orden de su jefe, que fueron eventos gratis, para promocionar a la agrupación.
Los músicos aguantan esta situación por su precariedad económica, ya que de allí deriva el sustento de su numerosa familia, de hecho, sus otros derechos laborales le son violados, sin que ninguna autoridad actué a su favor; seguridad social, vacaciones, cesantías y otro tipo de prestaciones sociales, que le son negadas por acción u omisión.
Esta situación se refleja en la gran cantidad de demandas laborales, que reposan en los diferentes juzgados de la región, surtidas en contra de cotizados cantantes, que después de tener a su servicio buenos y reconocidos músicos, grandes alfiles para que hoy gocen de las mieles del triunfo y amasen grandes fortunas, prescinden de los servicios de estas viejas glorias del folclor, para hacerse a los servicios de una joven figura, a quien también le espera la misma situación.
La excepción de esta regla es Jorgito Celedón, quien da un trato digno a sus músicos; remuneración integral, excelente relación laboral, buen ambiente de trabajo, transporte aéreo, alojamiento en hoteles 5 estrellas, esto se refleja en el nivel de vida que gozan los integrantes de su agrupación y sus familias.
Celedón ha sufrido los rigores de la crítica egoísta de sus colegas, quienes argumentan que él está consintiendo, en extremo a sus músicos.
A raíz del maltrato laboral a antológicas y nuevas figuras del vallenato, hoy los vemos deambular con sus penas, sin ningún horizonte y porvenir, rumiando su pobreza y desolación, a la espera de una mano amiga que los consuele.