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Un niño imparable. Se veía venir

Hoy los gremios de la producción, los representantes de los sectores políticos y cívicos del Cesar harán un llamado urgente al Gobierno Nacional para que se declare la emergencia económica en el Cesar, debido a los graves efectos del fenómeno del Niño que ya se perciben con creces en territorio cesarense.

El campo es el más afectado (cultivos en pique, ganadería en peligro) y junto con la disminución de afluentes, se convierten en los dos componentes de más peso a la hora de evaluar los estragos de este fenómeno natural, que se caracteriza por las implacables sequías.

La emergencia económica es la figura jurídica a la que apelarán las fueras vivas del Cesar como mecanismo para atraer recursos que ayuden a enfrentar la situación de crisis que provoca El Niño. EL PILÓN advirtió en un editorial en el mes de mayo la falta de preparación de los diversos sectores para esperar el fenómeno, que entre otras cosas fue anunciado con suficiente tiempo por parte del Ideam. Ahora no se trata de buscar culpables, sino de afrontar la crisis que afectará a todos, no solo a los agricultores o a los ganaderos.

El llamado ahora es para los alcaldes cesarenses, el gobernador, los congresistas, los gremios de la producción, para que no dejen solos a los campesinos, a las comunidades que viven en zonas de alto riesgo, como los corregimientos de Valledupar, y algunos municipios que escasamente pueden surtir sus acueductos para llevar el líquido a los hogares de sus habitantes. En el Cesar se debe evitar lo que hace meses vive la población de Santa Marta que debe hacer largas filas para obtener un balde de agua.

En esta situación todos deben aportar, no solo las autoridades, también las familias que deben ahorrar agua en sus viviendas, sin desperdicio, no sabemos hasta cuándo dure el fenómeno del Niño.

Es una afectación nacional. No en vano el pueblo guajiro también está en máximo estado de alerta, al punto que los alcaldes de los 15 municipios de La Guajira solicitarán al gobernador que se declare la calamidad pública.

Lo importante, tanto en el Cesar como en La Guajira, es llamar la atención del Gobierno Nacional y buscar las mejores estrategias para enfrentar este fenómeno natural, que al parecer se adelantó en la región. Si no se logra la emergencia económica o la calamidad pública, respectivamente, debe haber una gran alianza gubernamental (alcaldes-gobernadores) para que la población de estos dos departamentos sufra en menor medida los rigores del Niño.

El fenómeno del Niño es imparable y más que nunca, se requiere de la unidad para enfrentarlo. Ya a Bogotá se han enviado cartas, como lo hizo el municipio de Valledupar, recogiendo las inquietudes de los inspectores de sus corregimientos que proponen reforestación de cuencas, construcción de reservorios, mantenimiento de molinos de viento, recuperación de distritos de riego donde existan, entre otros. A trabajar.

Categories: Editorial
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