Justicia, claridad de lo sucedido, celeridad en las investigaciones y que el caso no quede en la impunidad, exigieron varios líderes de diversas etnias nativas y la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, a las autoridades para esclarecer la muerte de Mildreth Patricia Montero Zuleta de 34 años, e Indira Tatiana Pacheco Arias de 22 años.
Ayer se cumplió un año de haberse registrado el percance en el que fallecieron estas dos líderes indígenas y hasta el momento no hay indicios sobre el responsable del conductor del vehículo que las atropelló y las mató.
En el sitio donde hace 365 días se produjo el accidente, a unos 200 metros del Batallón de Ingenieros, vía Valledupar – Patillal, fue realizado ayer un acto simbólico con el fin de llamar la atención de las autoridades viales a nivel nacional y de esa forma se pronuncien para analizar en qué van las investigaciones, por cuanto no han recibido información al respecto como tampoco tienen conocimiento de quién pudo haber sido el causante del incidente en el que perdieron la vida estas dos mujeres que trabajaban en la socialización del Plan de Salvaguarda del Pueblo Kankuamo.
La afirmación fue hecha por la líder indígena, Arelis Uriana, consejera de la Mujer, la Familia y la Generación de la Organización Nacional Indígena, ONIC, tras denunciar que el proceso investigativo para dar con la captura del responsable del hecho, no ha avanzado.
“Con este acto simbólico pasivo, estamos demostrando nuestra capacidad de la etnia Kankuama y para ello, tenemos la asesoría jurídica que vino desde Bogotá”, enfatizó.
Las dos mujeres viajaban entre el corregimiento de La Mina y Valledupar, a bordo de una motocicleta Viva- R, de placas AOS- 80B y fueron atropelladas por el conductor de un vehículo sin identificar, en cuyo sitio del accidente solo quedaron algunos restos del automotor y nadie vio nada.
En su momento, las autoridades tradicionales de la Organización Indígena Kankuama y el Consejo Mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia, llamaron la atención por la forma irregular en que se desarrolló el proceso de levantamiento de los cadáveres, diligencia donde no se observó el protocolo requerido para estos casos, además de no conservarse las medidas que garantizaran la recolección de elementos probatorios en la escena del accidente.
Por: Abdel Martínez Pérez
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