EL PILÓN dialogó con el empresario y candidato a la Alcaldía de Valledupar, Álvaro Portilla, sobre sus propuestas y los desafíos de ciudad. El empresario comentó que es necesario que los vallenatos den un vuelco y despierten como sociedad.

Hablemos de su plan de gobierno desde una visión general… 

Creemos que son necesarios unos valores, una visión de ciudad para construir. No pueden llegar a construir ciudad si no tienen ese marco ético moral y de visión. El objetivo que nosotros buscamos es la unión de la sociedad. La sociedad de Valledupar está fragmentada. No vemos un barrio, una calle, en la que la gente trabaje en equipo. Ni con el vecino ni con el del frente. 

Y eso es algo anormal y que va en contra de la condición humana. Nuestra especie ha progresado gracias a la unión, a la conformación de pueblos que trabajan en favor de una causa. 

¿Cómo sería ese proceso? No parece tan fácil…

La ciudad está dividida en 6 comunas y 25 corregimientos. Las comunas son figuras retóricas dibujadas en un mapa, pero no tienen ninguna aplicación práctica. Nosotros vamos a empoderar las comunas y para eso se necesita un reordenamiento de la administración municipal. La reorganización administrativa implica una descentralización. Tenemos que llevar el Estado, en este caso simbolizado por la Alcaldía municipal, al contacto directo con el ciudadano. 

Esa nueva forma de ver la ciudad significa congregar a los ciudadanos en su entorno natural, que es su propia comuna, creando unos espacios físicos donde la gente se pueda sentar a discutir y proponer soluciones dentro de esa organización. Todo esto tiene como objetivo crear ese sentido de pertenencia y trabajo en equipo que nosotros nunca hemos tenido.

Punto por punto. ¿Cuál es la propuesta en educación? 

De nada sirve tener edificios si no tienes gente capacitada para generar riqueza y bienestar colectivo. Tomaremos una propuesta de Cesore: la Alcaldía de Valledupar tiene la potestad de invertir 3 millones de pesos anuales en estudiantes vulnerables de los corregimientos y la zona urbana. 

Esos $3 millones por 2.000 estudiantes son $6.000 millones en inversión directa para formación para el trabajo. Yo quiero triplicarlo. Es decir, 18.000 millones de pesos para formar a 6.000 estudiantes de la ciudad cada año. Eso está dentro de la capacidad presupuestal del municipio. 

Hablemos de inseguridad… ¿Qué medidas radicales tomará para mejorar los índices?

No podemos decir que hay una fórmula mágica para acabar la inseguridad porque no existe. Sabemos que la inseguridad es producto de la descomposición social. Cuando logremos una sociedad bien alimentada, bien educada y con ingresos, como en los países desarrollados, no encontraremos delincuentes.

Tienes que atacar los dos componentes. Primero, proporcionar educación, segundo generación de empleo. Por otro lado, también tienes que fortalecer a las fuerzas represivas del Estado, pero no como fuerza de castigo, sino como una fuerza de prevención. 

Pero la seguridad también implica el aumento de pie de fuerza civil y policial. Valledupar necesita un comando local, para que lleguen nuevos agentes. Está el comando metropolitano y el departamental, pero necesitamos un comando municipal, y para eso debemos construir una nueva sede. 

Hablaba de algo interesante en un evento académico: el papel de los ciudadanos en el control social.

Nosotros tenemos un pensamiento feudal. En el amplio sentido de la palabra. La mayoría de nuestros impuestos se van para Bogotá y los regresan a través del Sistema General de Participaciones. Los recibe una figura que se llama alcalde o gobernador, quienes se comportan como pequeños reyes. 

Sin el consenso de la sociedad ellos deciden en qué van a invertir nuestro propio dinero. Y nosotros, como sociedad, hemos aceptado eso como un hecho fáctico e inamovible. También hablaba del efecto provincia: la mayoría de personas que han gobernado esta ciudad están concentrados en uno o dos barrios, la mayoría son primos, amigos de colegio. De tal manera que, a pesar de estar inconformes, son incapaces de cuestionar lo que no está bien. 

¿Qué responsabilidad tiene la sociedad dentro de nuestros problemas? 

La responsabilidad es enorme porque al cohonestar ese tipo de comportamientos de ineficiencia y malversación, no hay una sanción social. Entonces, el que comete la trampa no tiene sanción jurídica ni social. Se creó un estado de pensamiento en el que la trampa es lo normal, cuando eso es lo anormal de la sociedad. 

¿Cómo despertar ese sentido crítico en la sociedad vallenata? 

Una de las propuestas dentro de la reorganización comunal es que las personas tengan conciencia de que están pagando impuestos y que esos dineros tienen que reinvertirse en la comunidad donde se produjo el dinero. Nunca hemos tenido sentido de pertenencia frente a nuestro propio dinero. 

¿Qué significa una sociedad con sentido de pertenencia? 

Viví en países desarrollados en los que pagas los impuestos en la propia comuna. Entonces sabes que ahí están tus dineros y tienes derecho a exigir. Pensamos que se están despilfarrando el dinero de la Nación o del otro, pero no, es nuestro. Un ejemplo: un hogar estrato 1 hace 2 años estaba pagando más o menos 35.000 pesos mensuales por IVA. Ese estudio se hizo con una familia del barrio La Nevada de Valledupar.

$35.000 pesos mensuales por año son $420.000.  La Nevada tiene más o menos 8.000 unidades familiares. Eso nos da casi 3.330 millones de pesos anuales, únicamente de IVA. Estamos pagando impuestos, ¿dónde están las inversiones? Debemos exigir que nos devuelvan los recursos a través de inversiones. 

¿Cómo va el recorrido después de su  inscripción?

Hicimos el lanzamiento de la campaña en el parque del barrio El Carmen, un barrio emblemático para nosotros. Es un barrio tradicional de la ciudad; además, mi esposa y toda su familia se criaron allá. 

Pero el barrio El Carmen también es emblemático porque refleja el abandono absoluto de los barrios de esta ciudad. La Alcaldía está a menos de 500 metros y el parque, que se llena todos los años por las fiestas de la Virgen del Carmen, lleva más de 20 años sin una intervención.

¿Por qué Álvaro Portilla? 

Valledupar necesita un alcalde honesto con un pensamiento visionario de progreso, con experiencia y libre de ataduras económicas o políticas, y el único que reúne esas condiciones está expresado en la candidatura de Álvaro Portilla. Quiero una Valledupar diferente.