Hace 59 años, cuando escuchó la canción ‘Lirio rojo’, Lisandro Fidel Ortiz se convirtió en uno de los más fervientes fanáticos del cantante, acordeonero y compositor de la música vallenata Calixto Ochoa Campo.
Desde entonces cada disco que Calixto sacaba al mercado iba ingresando a la colección personal de este hombre oriundo de Evitar, corregimiento de Mahates, Bolívar.
Ya pensionado, en el 2001, se dio cuenta que los acetatos con la música de ídolo era una mina de oro; en su casa tenía desde el primer disco ‘Lirio rojo’ que se remonta al año 1956 hasta el último ‘El tuerto’ con el cual se retiró de los escenarios en 1994, 38 años después.
“Yo tenía la colección de él, cada disco que sacaba yo lo iba comprando y tengo acetatos de más de 40 años, por lo que un día le dije a mi esposa que montáramos un negocio de venta de licor y estadero, donde la gente pudiera disfrutar de esa música, las canciones de mi ídolo”, contó don Lisandro, a quien poco le importaba la rentabilidad del negocio; él lo que quería era homenajear a su artista favorito.
Fue así como surgió la pequeña empresa de este melómano empedernido, Los Sabanales, como se titula la canción que Calixto Ochoa grabó en 1965 y que además de convertirse en la razón social de la pequeña empresa, es el himno de los clientes asiduos de ese negocio que durante 12 años estuvo ubicado en la avenida Simón Bolívar con calle 30, en el sur de Valledupar y que desde hace dos se mudó a la carrera 15 entre calles 18 y 19.
“Realmente no vivo de ese negocio, solo lo tengo como un templo, un sitio para homenajear a Calixto Ochoa con más de setenta LP aptos para reproducir”, recalcó Lisandro.
Encuentro con el ídolo
En 1978 a oídos de Calixto Ochoa llegó la historia de un hombre que lo idolatraba, que tenía cada uno de sus éxitos guardados como su más preciado tesoro, por lo que el artista decidió hacer realidad el sueño de su fanático y el suyo propio, puesto que nunca imaginó que alguien amara tanto su música.
“Yo era fanático pero no lo conocía, un día cualquier se me presentó a la casa a conocerme. De ahí en adelante, nos saludamos, hablamos un buen rato y nació la amistad para siempre”, recordó ayer Lisandro Ortiz, mientras observaba el féretro de Calixto en la funeraria Los Ángeles de Sincelejo.
Desde el pasado domingo, un día después de la hospitalización de Calixto que sufrió una isquemia cerebral, el hombre de 76 años viajó a la capital de Sucre, se hospedó en la casa de su ídolo, pero contrario a los otros viajes que eran motivos de parranda, en esta ocasión estuvo al pendiente de su estado de salud y con la esperanza de que el volvería a verlo sonriente.
“Aún recuerdo la primera vez que lo visité en su casa, me invitó porque quería que conociera la casa que estaba construyendo en Sincelejo, y desde entonces yo era su huésped de honor e igualmente él era el mío”, agregó con la voz entrecortada al recordar que a las 6:40 de la mañana de ayer, en la Clínica Santa María de Sincelejo, la peor noticia de su vida llegó: su ídolo, su amigo, ‘El Negro Cali’, murió.
Con la partida del artista nació la leyenda, cuyas canciones y anécdotas se transmitirán de generación en generación, con un templo propio con más de una década de funcionamiento.
Los cinco empleados de Los Sabanales aseguran que este fin de año será movido, creen que los clientes aumentarán por la curiosidad de los amantes del folclor vallenato que querrán auscultar la historia musical del hombre que se convirtió en leyenda con canciones como ‘El Africano’, ‘Lirio rojo’, ‘La plata’, ‘Remanga’ y por supuesto ‘Los Sabanales’.
“Soy fanático hasta morir del maestro Calixto Ochoa, es una música muy hermosa que representa el folclor vallenato y para mí es un honor trabajar aquí”, explicó José Páez Rodríguez.
Aunque el negocio no es el más rentable, sigue siendo visitado para rendir homenaje al ídolo de ídolos.
“El maestro era como de la familia, el ídolo de Diomedes Díaz como compositor era Calixto Ochoa, entonces a nosotros nos duele y además porque Rolando es mi compañero”, dijo ayer el cantante Martín Elías Díaz.
Era tal la admiración de ‘El Cacique de La Junta’ por Calixto que le grabó más de 30 canciones, que en su mayoría fueron éxitos a nivel nacional.
El último viaje
La de este semana es la última visita que Lisandro Fidel Ortiz a Sincelejo, por lo menos no tiene más viajes programados para esta ciudad, ya no tiene motivos; ahora sus viajes esporádicos serán a Valencia de Jesús, corregimiento ubicado a 25 kilómetros de Valledupar, Cesar, donde nació Calixto Ochoa Campo el 14 de agosto de 1934 y donde será sepultado el 20 de noviembre de 2015.
“Cada disco que sacaba yo lo iba comprando y tengo acetatos de más de 40 años, por lo que un día le dije a mi esposa que montáramos un negocio de venta de licor y estadero, donde la gente pudiera disfrutar de esa música, las canciones de mi ídolo”: Lisandro Fidel Ortiz.
Letra de Los Sabanales
Cuando llegan las horas de la tarde
que me encuentro tan solo y muy lejos de ti
me provoca volve’ a los guayabales
de aquellos sabanales donde te conocí
Mis recuerdos son aquellos paisajes
y los estoy pintando exactos como son
ya pinté aquel árbol del patio
que es donde tú reposas al calentar el sol
Vivo aquí
pintando el paisaje sabanero
porque aquí
es donde están todos mis recuerdos
Vení, corazón vení
vení más cerca de mí
Vení mi amor que quiero
estar siempre contigo (bis)
Y los sabanales te están esperando(bis)
Cuando llegan las horas de la tarde
que me encuentro tan solo y muy lejos de ti
me provoca volve’ a los guayabales
de aquellos sabanales donde te conocí
Mis recuerdos son aquellos paisajes
y los estoy pintando exactos como son
ya pinté aquel árbol del patio
que es donde tú reposas al calentar el sol
Vivo aquí
pintando el paisaje sabanero
porque aquí
es donde están todos mis recuerdos
Vení, corazón vení
vení más cerca de mí
Ven a acariciarme, ven acompañarme (3 veces)
Que yo te vi
Como aquella tarde que estuve allá
como al día siguiente que amaneció
bésame mi amor tu sabes besar (bis)
Por Martín Elías Mendoza
Los Sabanales de Calixto ubicados en la carrera 15, entre calles 18 y 19 de Valledupar.
Los Sabanales de Calixto ubicados en la carrera 15, entre calles 18 y 19 de Valledupar.











