Luego que el pasado primero de octubre se anunciara que en Valledupar se levantarían medidas como los toques de queda y ley seca, además de la reapertura de establecimientos como restaurantes, cines y los gimnasios, los comerciantes empezaron a alistarse para recibir a los clientes, pero esta vez con mayor cuidado, ya que la protección sanitaria jugará un papel importante a la hora de evitar sanciones.

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Y es que la llamada ‘nueva normalidad’ no será una tarea sencilla para los empresarios dedicados a alimentar a los vallenatos.

EL TRABAJO EN LA PANDEMIA

La pandemia generada por el coronavirus además de llevarse muchas vidas también acabó con negocios que durante años fueron tradicionales en la capital del Cesar, pero que por el déficit financiero tuvieron que cerrar sus puertas, situación que se repitió a lo largo y ancho del departamento.

Es el caso de Darío, que  llegó a Valledupar como emprendedor. Se enamoró del centro de la ciudad, vio su potencial y tuvo el ‘cabezazo’ de crear junto a unos socios el Café Plaza Mayor. Sin embargo, después de 15 años, entre la pandemia, las obras de la plaza y las vías, cerró el histórico lugar.   “He luchado pero no pude más”, dijo su administrador.

Otros, por su tipo de actividad, lograron sobrepasar la pandemia y hasta afirmaron que no sintieron tan fuerte los golpes que la pandemia le dio a la economía durante más de seis meses. 

Tal el es caso de Óscar Celedón, propietario del restaurante Galeón 2.23, quien aseguró que ha ganado más dinero en la etapa de confinamiento: “La verdad nos está yendo mejor en cuarentena porque implementamos el servicio en nuestra bahía de parqueadero y ha sido un éxito; atendemos más carros que la capacidad máxima de clientes dentro del restaurante. Lo llamamos #Galeónparqueobar y le llevamos todo a nuestros clientes al vehículo muy bien emplatado cócteles, postres, decoraciones y hasta serenatas”.

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Otros por su parte, para evitar ser arrastrados por la corriente de la crisis económica tuvieron que reinventarse y presentar una estrategia distinta para que sus clientes siguieran visitándolos.

LA PERSEVERANCIA

Muchos establecimientos comerciales dedicados a la venta de alimentos cerraron sus puertas; sin embargo, otros le apostaron a nuevas estrategias para que sus clientes no se fueran, como sucedió en el restaurante La Bendición de Emmanuel, que lejos de cerrar y de despedir a sus empleados los ratificó y cambió la forma cómo atendían a sus comensales.

“Seguimos trabajando gracias a Dios y en época de pandemia nos reinventamos para permanecer en el mercado y no quedarnos de lado con los nuevos lineamientos que venían saliendo y poder llegar a más clientes. Implementaremos promociones y entrega de regalos de cumpleaños o domicilios gratis en ocasiones especiales. La idea es hacer que los clientes se sientan satisfechos y que recomienden nuestro servicio”, señaló el gerente Anderson Velasco.  

De acuerdo al Decreto 0611 de septiembre de 2020 de la Alcaldía de Valledupar, se permite el ejercicio de las actividades económicas del sector gastronómico para brindar atención al público, gimnasios, centros de entrenamiento, centros de acondicionamiento físico y otros similares, servicios de centros de estética, spa, sauna y turco, las exhibiciones cinematográfica, entre otros, los cuales “deberán aportar el concepto sanitario y validación del protocolo de bioseguridad para iniciar la atención al público, y evitar sanciones”.

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Con la apertura de estos  espacios, el municipio inicia también un proceso de recuperación de 37.000 empleos que destruyó la pandemia.

POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN