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Los dilemas de la producción de gas en el Cesar

Uno de los retos de las autoridades de hidrocarburos es lograr la “licencia social”.

Actualmente el departamento de La Guajira es el principal productor de gas con los campos Ballena, Riohacha y Chuchupa, este última costa afuera (en el mar), mientras que en Barranquilla y Cartagena se concentran las empresas de refinería y distribuidoras.

En ese mapa comercial el Cesar empieza a abrir puertas. Por nombrar un punto, en la cuenca Cesar-Ranchería las exploraciones determinaron la presencia de 10 trillones de pies cúbicos, TCF, de gas, más del doble que toda la reserva nacional (4 TCF).

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Pero la mayor potencia de gas del Cesar se concentra en pozos que necesitan de la aplicación del fracking. La debilidad institucional y la falta de información, tienen las licencias pausadas mientras el Consejo de Estado toma una decisión de fondo para regular esta actividad en Colombia. 

Es allí donde nacen los dilemas para la explotación del gas en el Cesar, considerado por la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, como el hidrocarburo de la transición energética.

El Cesar está llamado a ser protagonista en producción de gas.

En ese sentido, la funcionaria señaló que se necesitan nuevas fuentes para aumentar las reservas para no requerir gas importado para suplir la demanda de gas domiciliario en algunas zonas del país “a un precio de más del doble del costo interno”. Para el 2018, según información oficial, las reservas de gas mostraron saldo rojo con una reducción de 2,9 %: se pasó de 11,7 años a 9,8 en 2018. La nueva fuente sobre la mesa es el fracking.

El problema en Colombia no es un problema de recursos, somos ricos en el subsuelo y tenemos muchas oportunidades para hacerlo. Colombia es uno de los países menos explorados de Latinoamérica. En los yacimientos no convencionales hemos avanzado en retornar el debate a la ciencia y no a un debate de Twitter”, señaló la ministra durante la II cumbre de gas y petróleo que se desarrolla en el centro de eventos Ágora de Bogotá.

“EL PRINCIPIO DE LA PRECAUCIÓN”

En medio del debate que se desarrolla en Colombia, hace menos de un mes se conoció la noticia que el Gobierno de Gran Bretaña suspendió la práctica del fracking, una técnica para obtener gas del subsuelo, por la incertidumbre de la actividad sísmica alrededor de esos territorios. En otras palabras, se dio una moratoria a la práctica hasta que no existan estudios con pruebas que esta es segura.

Apoyado en esos hechos y en investigaciones, Carlos Santiago, de la Alianza contra el fracking, señala que en Colombia lo que se debe hacer es aplicar el principio de precaución.

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Nosotros consideramos que tal como lo dijo el presidente Duque en campaña, hay otras formas para aumentar nuestras reservas que no cruzan la frontera de los no convencionales, sin necesidad de acudir al fracking, una técnica tan cuestionada; porque se debe privilegiar la aplicación del principio de precaución: ante la duda abstente. Si en muchos países se está prohibiendo por sus riesgos, tenemos que escuchar esas voces”, señaló Santiago

La región Caribe es considerada como una de las pioneras de la industria de gas en el país. En Córdoba y Sucre, entre los municipios de San Marcos y Sahagún, se descubrió el primer campo de gas natural libre, sin petróleo asociado. Los barranquilleros fueron los primeros en invertir en el negocio.

El Caribe ya no es el primer productor del país, pero sí tiene grandes potencialidades. El Cesar es un punto estratégico por la frontera con los puntos claves: el valle del Magdalena medio y el norte de La Guajira. En la primera región que colinda con el sur del Cesar las reservas están en área continental (suelo) y en la segunda, colindante con la zona norte del departamento, en costa afuera (en el mar).

Presidente de Ecopetrol, Felipe Bayon. FOTO/CORTESÍA.

El presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón aseguró que con la explotación de los yacimientos no convencionales, el Cesar sería un protagonista en el sector energético con el gas, como lo es en la explotación del carbón, material que va de regreso, según los expertos.

Si tengo cuatro y puedo sumar diez, multipliqué por 2.5 las reservas de gas del país. En vez de diez años de reservas de gas puedo estar hablando de 35 años de reservas de gas. Es un poco para hablar el impacto que puede tener una región como el Cesar en este caso en el suministro de gas”, aseguró el presidente de Ecopetrol.

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LA DISCUSIÓN NO TERMINA

Hasta el momento el Cesar no es protagonista en la materia, más allá de la actividad que realiza la multinacional Drummond para extraer gas del manto del carbón, actividad que en su momento fue cuestionada, pero como lo explicó Felipe Bayón sí está la posibilidad con algunos proyectos en el norte del Cesar, siendo la cuenca Cesar-Ranchería un corredor potencial.

A lo dicho, se suman las exploraciones previas que se han realizado en algunos corregimientos de Valledupar que podrían impactar las economías locales. Sin embargo, agrega Carlos Santiago, en la discusión beneficios económico-sostenibilidad ambiental, es preferible la última.

“Lo que consideramos es que hoy hay una discusión global que trasciende el valor económico y es el cuidado del medio ambiente, es salvar el planeta y lo que hacemos en Colombia es tomar una decisión en contravía”.

Uno de los momentos claves para el mercado del gas en Colombia fue la definición como un servicio público desde la Constitución de 1991 y la Ley 142 de 1994. Desde allí la demanda del país ha aumentado a tal punto que hoy hay 9,5 millones de familias en 682 municipios del territorio conectadas el energético.

En el Cesar está en 24 de los 25 municipios, con la excepción de Pueblo Bello. Según el Dane, en Colombia el 66.8 % de los hogares cuentan con este servicio.

Está comprobado que el gas permite la disminución en las emisiones de CO2 y es menos contaminante que el diésel o la gasolina. De allí, como señaló la ministra de Minas, es calificado como el combustible de la transición hacia energías más limpias como las solares y las eólicas. De allí que se busque la participación de este combustible en sectores como el transporte (carros a gas) y energía.

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Cabe señalar que el gas licuado del petróleo representa solo el 2 % del total de la canasta energética nacional. La gasolina y el diésel representan casi el 40 %. El consumo nacional de gas licuado de petróleo señala que Antioquia es el departamento que más consume (18 %) y le sigue Cundinamarca (11 %), mientras que el consumo de gas licuado del petróleo de los hogares cesarenses solo representa el 1 % del nivel nacional.

La dificultad en este sentido, señalan los ambientalistas, es que aunque el gas es menos contaminante y ayuda en la reducción de las emisiones de CO2, si se extrae con técnicas como el fracking, podría resultar “más dañino para el medio ambiente”, según Santiago.

El gas tiene una ventaja y ha ayudado a disminuir las emisiones de carbono en el mundo. Sin embargo hay dos investigaciones que concluyen que el gas que se saca del fracking aumenta las emisiones de metano, que es otro gas de efecto invernadero, y este tiene un potencial de calentamiento del 80 % más que el CO2. El gas del fracking tiene un impacto mayor que los combustibles tradicionales”, señalan desde la Alianza contra el fracking.

Seguramente la discusión no morirá con la decisión que tome el Consejo de Estado, discusión que será estimulada por dos puntos: la sostenibilidad ambiental y la reducción de las reservas. En el centro, departamentos como el Cesar con riquezas hídricas amenazadas, potencialidades en yacimientos no convencionales y en energías limpias como la solar.

POR: DEIVIS CARO / EL PILÓN
deivis.caro@elpilon.com.co

Categories: Económicas
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