Las tinajas fueron reemplazadas por las neveras, sin embargo en Guacoche, sus mujeres luchan porque esta tradición no se pierda.
Cuando se habla de Guacoche, se hace referencia a las tinajas, una tradición por la que hoy los habitantes de esta población trabajan para conservar y trasmitirla de generación en generación.
Esta tradición fue liderada desde los años de 1870, por un matriarcado de mujeres emprendedoras capaces de liderar la economía de la comunidad y la manutención de sus familias.
En esa época, más de 50 tinajeras realizaban este arte como oficio, pero hoy sólo quedan en la población Edilma Chinchía y Carlina Bula Castilla, que aprendieron el arte de hacer tinajas de sus madres y conservan fielmente esta tradición de familia. Estas mujeres se destacan en el corregimiento de Guacoche por ser las únicas que aun convierten el barro en las mejores tinajas del pueblo, piezas que son el símbolo de esta población en zona rural de Valledupar.
“Lo que debemos fomentar en nuestros jóvenes es el rescatar y difundir de nuestras costumbres para que no se pierdan y sigan trascendiendo en las futuras generaciones, porque muchas madres tinajeras de los profesionales de Guacoche, los sacaron adelante en sus carreras con la comercialización de la tinaja, por esto se necesitaba la colaboración de la parte administrativa y se le dé espacio al arte de la cerámica y se institucionalice como cátedra en el Instituto Técnico José Celestino Mutis y entre todos adecuar los talleres aprovechando la sapiencia de las mujeres tinajeras para que sirvan de tutoras para que las jóvenes aprendan a valorar su creatividad cultural y ser productivas para así poder decir que en la tierra de la tinaja se cultiva paz por medio de un pueblo sostenido en la esperanza que se lo da la edificación de su cultura”, expresó uno de sus líderes comunitarios.
Las mujeres de Guacoche aseguran que la modernidad va desplazando la tradición y las neveras desplazaron a los tinajeros, lo que ha hecho que la gente utilice a la tinaja como un adorno, por lo que ellas trabajan en asociaciones para promover y preservar el oficio de las tinajeras.
“Hoy en día unas dos mujeres están haciendo tinajas de esas comerciales, sin embargo existe la Asociación de Alfareros y Artesanos de Guacoche que hacen otros utensilios y se quiere permanecer y preservar el oficio. Lo que le decimos a los jóvenes es que sabemos que es un poco pesado, porque ya no quieren tener ese oficio, pero hay personas que se han interesado y prevalece la tradición”, dijo Arodis Castilla.
Dentro del plan integral que se aprobó el 11 de diciembre de 2015, el Ministerio de Cultura y otras instituciones se comprometieron a que en Guacoche se construiría y adecuaría una casa de cultura que sirviera además como centro de memoria y casa de las artesanías. Este proyecto se ubicará en el espacio donde funciona hoy el taller de las tinajas, pero lo que se quiere es hacer un buen edificio que sirva a la comunidad para guardar sus archivos históricos y que haya l espacio para el Consejo Comunitario.
Para ese proyecto ya se están haciendo las gestiones y se le pidió al Centro Nacional de Memoria para que se pudiera tener los recursos para el próximo año.
Guacoche lleva 19 años celebrando el Festival de la Tinaja el segundo fin de semana de diciembre, con sus diferentes concursos. El Festival se convierte en punto de encuentro de los guacocheros, de los amantes del folclor, las tradiciones culturales y de la elaboración de las tinajas.
Durante el evento se puede conocer cómo se elaboran las tinajas, cómo se extrae y se prepara el barro. Así mismo se hace la presentación de la danza de las tinajas, que según cuentan los guacocheros raizales, nació en los tiempos en los que las mujeres debían ir al río a buscar el agua en tinajas y a su regreso, al escuchar las notas del acordeón del juglar Lorenzo Morales, bailaban al ritmo de la música.
Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]
Las tinajas fueron reemplazadas por las neveras, sin embargo en Guacoche, sus mujeres luchan porque esta tradición no se pierda.
Cuando se habla de Guacoche, se hace referencia a las tinajas, una tradición por la que hoy los habitantes de esta población trabajan para conservar y trasmitirla de generación en generación.
Esta tradición fue liderada desde los años de 1870, por un matriarcado de mujeres emprendedoras capaces de liderar la economía de la comunidad y la manutención de sus familias.
En esa época, más de 50 tinajeras realizaban este arte como oficio, pero hoy sólo quedan en la población Edilma Chinchía y Carlina Bula Castilla, que aprendieron el arte de hacer tinajas de sus madres y conservan fielmente esta tradición de familia. Estas mujeres se destacan en el corregimiento de Guacoche por ser las únicas que aun convierten el barro en las mejores tinajas del pueblo, piezas que son el símbolo de esta población en zona rural de Valledupar.
“Lo que debemos fomentar en nuestros jóvenes es el rescatar y difundir de nuestras costumbres para que no se pierdan y sigan trascendiendo en las futuras generaciones, porque muchas madres tinajeras de los profesionales de Guacoche, los sacaron adelante en sus carreras con la comercialización de la tinaja, por esto se necesitaba la colaboración de la parte administrativa y se le dé espacio al arte de la cerámica y se institucionalice como cátedra en el Instituto Técnico José Celestino Mutis y entre todos adecuar los talleres aprovechando la sapiencia de las mujeres tinajeras para que sirvan de tutoras para que las jóvenes aprendan a valorar su creatividad cultural y ser productivas para así poder decir que en la tierra de la tinaja se cultiva paz por medio de un pueblo sostenido en la esperanza que se lo da la edificación de su cultura”, expresó uno de sus líderes comunitarios.
Las mujeres de Guacoche aseguran que la modernidad va desplazando la tradición y las neveras desplazaron a los tinajeros, lo que ha hecho que la gente utilice a la tinaja como un adorno, por lo que ellas trabajan en asociaciones para promover y preservar el oficio de las tinajeras.
“Hoy en día unas dos mujeres están haciendo tinajas de esas comerciales, sin embargo existe la Asociación de Alfareros y Artesanos de Guacoche que hacen otros utensilios y se quiere permanecer y preservar el oficio. Lo que le decimos a los jóvenes es que sabemos que es un poco pesado, porque ya no quieren tener ese oficio, pero hay personas que se han interesado y prevalece la tradición”, dijo Arodis Castilla.
Dentro del plan integral que se aprobó el 11 de diciembre de 2015, el Ministerio de Cultura y otras instituciones se comprometieron a que en Guacoche se construiría y adecuaría una casa de cultura que sirviera además como centro de memoria y casa de las artesanías. Este proyecto se ubicará en el espacio donde funciona hoy el taller de las tinajas, pero lo que se quiere es hacer un buen edificio que sirva a la comunidad para guardar sus archivos históricos y que haya l espacio para el Consejo Comunitario.
Para ese proyecto ya se están haciendo las gestiones y se le pidió al Centro Nacional de Memoria para que se pudiera tener los recursos para el próximo año.
Guacoche lleva 19 años celebrando el Festival de la Tinaja el segundo fin de semana de diciembre, con sus diferentes concursos. El Festival se convierte en punto de encuentro de los guacocheros, de los amantes del folclor, las tradiciones culturales y de la elaboración de las tinajas.
Durante el evento se puede conocer cómo se elaboran las tinajas, cómo se extrae y se prepara el barro. Así mismo se hace la presentación de la danza de las tinajas, que según cuentan los guacocheros raizales, nació en los tiempos en los que las mujeres debían ir al río a buscar el agua en tinajas y a su regreso, al escuchar las notas del acordeón del juglar Lorenzo Morales, bailaban al ritmo de la música.
Andreina Bandera / EL PILÓN
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