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Económicas - 1 junio, 2020

Las ruedas que mueven a Valledupar en épocas de covid-19

Cuando el país fue confinado los domiciliarios le pusieron el pecho. En Valledupar unas 130 empresas recorren las calles repartiendo sus envíos, se estima que nacieron otras 70. Aunque no hay un estudio, los análisis consideran que más de tres mil hombres y sus familias dependen de este renglón de la economía.

Atentos a los llamados de las empresas y la comunidad vallenata se mantienen los domiciliarios.
Atentos a los llamados de las empresas y la comunidad vallenata se mantienen los domiciliarios.
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El sábado 21 de marzo Valledupar se unió al ejercicio propuesto por la alcaldesa de Bogotá Claudia López, quien en una prueba piloto decretó para la capital del país un confinamiento total desde ese sábado a las 00:00 horas hasta las 00:00 horas del lunes 23. La mayoría de las ciudades del país se preparaban para el confinamiento obligatorio que el presidente de la república, Iván Duque Márquez, decretaría desde el 25 de marzo para contener la pandemia de la covid-19.

Desde ese momento con 34 excepciones todo el mundo se quedó en casa y la historia reciente de Colombia se partió en dos. Una de esas excepciones amparaba a la mensajería, porque de hecho el mismo presidente había ordenado que quienes no querían correr riesgos para ir a los supermercados, deberían ordenar sus compras por domicilio. Todo fue cerrando, restaurantes, bares, ferreterías oficinas públicas… Las ciudades y pueblos parecían lugares fantasmagóricos extraídos de las películas; lógicamente Valledupar no fue la excepción.

Pero un hubo un grupo laboral que enfrentó la pandemia. Sí tenían miedo como todos y más allá de la remuneración que serviría para medio sostener una economía que resultaría resquebrajada, ellos cumplieron una labor social cual conejillos de indias que temerosos cumplieron; se reinventaron, se llenaron de fuerza y cumplieron con su razón de ser: llevar a las casas lo que por miedo o por restricción no se  podía buscar, como pedidos gastronómicos en especial, mercados, medicamentos y todo tipo de envíos. Nadie visitaba a nadie.

Esos valientes son las más de 3.000 personas que atraviesan la ciudad a bordo de sus motocicletas y, que en empresas registradas ante la Cámara de Comercio de Valledupar, otras no formalizadas, se dedican al servicio de mensajería y domicilio.  “Generando empleo, facilitándole a las empresas y a los hogares una conexión física en una tarea titánica y que salvaron en cierta forma parte de la economía ya maltratada y resquebrajada por el cierre de los comercios y empresas. La mensajería ayudó a mantener puestos de trabajo, creó otros y nos ayudaron a todos en casa encerrados y muertos del miedo por este peligroso virus”, dijo José Luis Urón Márquez, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

José Luis Urón, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Previo a la llegada de la covid-19 existía el estimativo de unas 50 empresas legales con su registro mercantil vigente y tributando al fisco municipal.  “Se manejaba un estimativo de alrededor de unas 50 empresas de mensajerías. Pero eso sin duda se elevó porque teniendo en cuenta que los primeros tres meses del año se actualizan los registros mercantiles y las medidas para evitar el contagio que trajeron el confinamiento iniciaron a mediados de marzo, la estadística no es precisa y el último estudio que realizamos se hizo en el 2013”, sostiene Alex Castrillo Galván, especialista en finanzas y maestro en creación de empresas y gestión empresarial.

Alex Castrillo, especialista en finanzas y maestro en creación de empresas y gestión empresarial.

Hoy la realidad es que tocó reinventarse y muchos dedicados a otro tipo de actividad comercial, vieron en este renglón de la economía una gran oportunidad de negocio. “Yo estoy en este negocio y como tal me corresponde conocerlo y hacerle seguimiento al gremio y hoy hay más de 120 o 130 empresas visibles. Por las inseguridades que hubo en un principio en materia de bioseguridad, como gremio nos reunimos con la Secretaría de Salud de Valledupar para protocolizar nuestra actividad y así mantener sin riesgo de contagio alguno a clientes, mensajeros, nosotros mismos y nuestras familias. Fue así como se creó un grupo de WhatsApp en el que estamos conectados mediante chat unas 40 empresas”, aseguró Cristian Camilo Álvarez, representante legal de la empresa Urbana.

Cristian Álvares, gerente de mensajería Urbana.

CONVICCIÓN Y MIEDO 

Hoy la indisciplina e inconciencia de muchos sectores de la ciudad y del país han desafiado al virus y no dimensionan las catastróficas consecuencias de no seguir los protocolos y recomendaciones de estricto cumplimiento que dio a conocer el Ministerio de Salud.

El temor existía pero dos factores fundamentales los alentaron a llenarse de valor y transitar las calles. “Uno era la necesidad de los clientes y el otro la necesidad del conductor. Había mucho temor en realidad y más que por el dinero trabajaron por cumplir, por sacar adelante la poca economía que existía, por conectar a la ciudad, a las empresas y a las familias, porque aunque sí es básico no fue del todo por el dinero. Aparte todos estaban en contra del trabajador, sus propias familias que temían por su salud y la propia integridad personal ante accidentes y atracos y por los comentarios dañinos que se generaron en contra nuestra con el decir que seríamos los vectores para contaminar a toda la ciudad”, dice Camilo Flórez, gerente de la empresa Rapidito.

Camilo Flórez, gerente de Rapidito Domicilios.

Con la primera declaratoria de emergencia por parte del presidente Iván Duque, las cifras para el departamento del Cesar en materia económica no fueron nada alentadoras. “El Banco de la República reveló que el departamento estaba perdiendo $1 billón; no obstante, es rescatable que este sector de la economía como lo es la mensajería y los domicilios pudo al menos evitar que la catástrofe fuera más profunda; hoy no hay un estudio de todo lo que financieramente han movido en la economía, pero lo que sí es cierto es que salvaron la patria, permitiendo que otros pudieran ofertar sus servicios y hablo de todos los comercios que estuvieron dentro de las excepciones y a los que se les permitió abrir de manera gradual como los supermercados, las droguerías, los abastos y los restaurantes”, destacó el director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Las tendencias actuales por la crisis de la covid-19, no obstante la gradualidad de apertura y excepciones que el Gobierno nacional viene implementando, indican que el teletrabajo permanecerá por mucho tiempo por ende los domiciliarios tendrán preponderancia. “El teletrabajo llegó para quedarse y estaremos abocados a la mensajería tanto como modelo de negocio emergente y generador de trabajo porque este sector demostró ser útil, demostró que resuelve y que sin ellos el caos se hubiese apoderado de las ciudades”, estableció Alex Castrillo.

HÉROES MIRADOS DESPECTIVAMENTE

“Los califico como los héroes (en materia de mover la economía) en medio de la pandemia. Ellos trabajan 14 o 16 horas diarias y nunca están pendientes del mercadito o de que el alcalde o el gobernador o el mismo Gobierno nacional les brindara algún alivio”, así describió José Luis Urón a este gremio que le puso el pecho a la pandemia y que a los propietarios de dichas empresas los alertó a que había muchas cosas que mejorar a nivel organizacional y administrativo.

En la ciudad de Valledupar, Rapidito, una de las empresas más grande, supera los 120 conductores; Urbana genera 90 puestos de trabajo y SOS Mensajería (solo por citar algunas de las más de 130 que hoy están en el mercado) opera con 30 domiciliarios.  Sumando los motociclistas en esas tres categorías de empresas citadas, grande, mediana y ‘pequeña’, se obtendrían 240 trabajadores. Si esa sumatoria se dividiera entre tres, se promediarían 80 domiciliarios y para hacer una trazabilidad contado solo las 70 empresas que podrían tener registros mercantiles, se estaría hablando que (aunque sin vinculación), serían 5.600 trabajadores moviendo la ciudad y llevando sustento diario a sus casas en medio de la pandemia.

Muchos de ellos por causa de otros motociclistas o mototaxistas con comportamientos no tan corteses han sido estigmatizados y menospreciados. “Y éramos vistos por debajo del hombro y hasta despectivamente trataban a los muchachos, pero hoy la gente ha reconocido ese esfuerzo; nosotros nos arriesgamos y la gente también confió”, agrega el gerente de Urbana Domicilios. Pero toda esa confianza se ganó al ver a un mensajero uniformado (porque también había miedo de que fuese un delincuente) con su tapabocas, sus guantes y en su canastilla que no faltase una botella con atomizador de alcohol y demás elementos desinfectantes para la motocicleta.

Valledupar fue una de las ciudades que peor le fue en las cifras de desempleo. “Nosotros generamos alrededor de 2.000 mil empleos. Y eso que no se están verificando las empresas que están operando sin permiso, empresas de garaje. Y nacieron otras empresas, calculo que unas 50 por lo menos por la necesidad de los envíos, pero puedo asegurar también que de esas 50 no más de 15 están legalmente registradas”, estima Deivis León, gerente de SOS Mensajería.

Deivis León, gerente de SOS Mensajería.

Como lo marca el economista José Antonio Larrazábal, estos sectores influyeron a que las afectaciones por el desempleo no golpearan con más fuerza. “Sabíamos que Valledupar iba a superar la cifra. Tomando la medición que incluye abril, superó el 20 %, pero ese crecimiento no fue tan alto en proporciones de otras ciudades; quiere decir, que aquí hay un elemento de informalidad que mueve la economía”, indicó. Esos elementos según el especialista pueden ser los vendedores informales de frutas y verduras calle a calle y ese sector de la mensajería y domicilios que nunca paró.

José Antonio Larrazábal, economista.

El gerente de Rapidito confirmó que en condiciones normales antes de la pandemia manejaban un promedio de 500 servicios diarios, con la llegada de la covid-19 en las primeras semanas la cifra se elevó y osciló entre los 1.500 y  1.900 servicios al día; hoy se mantienen unos 800 recorridos.

JOSÉ URBANO CÉSPEDES | EL PILÓN

Económicas
1 junio, 2020

Las ruedas que mueven a Valledupar en épocas de covid-19

Cuando el país fue confinado los domiciliarios le pusieron el pecho. En Valledupar unas 130 empresas recorren las calles repartiendo sus envíos, se estima que nacieron otras 70. Aunque no hay un estudio, los análisis consideran que más de tres mil hombres y sus familias dependen de este renglón de la economía.


Atentos a los llamados de las empresas y la comunidad vallenata se mantienen los domiciliarios.
Atentos a los llamados de las empresas y la comunidad vallenata se mantienen los domiciliarios.
Boton Wpp

El sábado 21 de marzo Valledupar se unió al ejercicio propuesto por la alcaldesa de Bogotá Claudia López, quien en una prueba piloto decretó para la capital del país un confinamiento total desde ese sábado a las 00:00 horas hasta las 00:00 horas del lunes 23. La mayoría de las ciudades del país se preparaban para el confinamiento obligatorio que el presidente de la república, Iván Duque Márquez, decretaría desde el 25 de marzo para contener la pandemia de la covid-19.

Desde ese momento con 34 excepciones todo el mundo se quedó en casa y la historia reciente de Colombia se partió en dos. Una de esas excepciones amparaba a la mensajería, porque de hecho el mismo presidente había ordenado que quienes no querían correr riesgos para ir a los supermercados, deberían ordenar sus compras por domicilio. Todo fue cerrando, restaurantes, bares, ferreterías oficinas públicas… Las ciudades y pueblos parecían lugares fantasmagóricos extraídos de las películas; lógicamente Valledupar no fue la excepción.

Pero un hubo un grupo laboral que enfrentó la pandemia. Sí tenían miedo como todos y más allá de la remuneración que serviría para medio sostener una economía que resultaría resquebrajada, ellos cumplieron una labor social cual conejillos de indias que temerosos cumplieron; se reinventaron, se llenaron de fuerza y cumplieron con su razón de ser: llevar a las casas lo que por miedo o por restricción no se  podía buscar, como pedidos gastronómicos en especial, mercados, medicamentos y todo tipo de envíos. Nadie visitaba a nadie.

Esos valientes son las más de 3.000 personas que atraviesan la ciudad a bordo de sus motocicletas y, que en empresas registradas ante la Cámara de Comercio de Valledupar, otras no formalizadas, se dedican al servicio de mensajería y domicilio.  “Generando empleo, facilitándole a las empresas y a los hogares una conexión física en una tarea titánica y que salvaron en cierta forma parte de la economía ya maltratada y resquebrajada por el cierre de los comercios y empresas. La mensajería ayudó a mantener puestos de trabajo, creó otros y nos ayudaron a todos en casa encerrados y muertos del miedo por este peligroso virus”, dijo José Luis Urón Márquez, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

José Luis Urón, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Previo a la llegada de la covid-19 existía el estimativo de unas 50 empresas legales con su registro mercantil vigente y tributando al fisco municipal.  “Se manejaba un estimativo de alrededor de unas 50 empresas de mensajerías. Pero eso sin duda se elevó porque teniendo en cuenta que los primeros tres meses del año se actualizan los registros mercantiles y las medidas para evitar el contagio que trajeron el confinamiento iniciaron a mediados de marzo, la estadística no es precisa y el último estudio que realizamos se hizo en el 2013”, sostiene Alex Castrillo Galván, especialista en finanzas y maestro en creación de empresas y gestión empresarial.

Alex Castrillo, especialista en finanzas y maestro en creación de empresas y gestión empresarial.

Hoy la realidad es que tocó reinventarse y muchos dedicados a otro tipo de actividad comercial, vieron en este renglón de la economía una gran oportunidad de negocio. “Yo estoy en este negocio y como tal me corresponde conocerlo y hacerle seguimiento al gremio y hoy hay más de 120 o 130 empresas visibles. Por las inseguridades que hubo en un principio en materia de bioseguridad, como gremio nos reunimos con la Secretaría de Salud de Valledupar para protocolizar nuestra actividad y así mantener sin riesgo de contagio alguno a clientes, mensajeros, nosotros mismos y nuestras familias. Fue así como se creó un grupo de WhatsApp en el que estamos conectados mediante chat unas 40 empresas”, aseguró Cristian Camilo Álvarez, representante legal de la empresa Urbana.

Cristian Álvares, gerente de mensajería Urbana.

CONVICCIÓN Y MIEDO 

Hoy la indisciplina e inconciencia de muchos sectores de la ciudad y del país han desafiado al virus y no dimensionan las catastróficas consecuencias de no seguir los protocolos y recomendaciones de estricto cumplimiento que dio a conocer el Ministerio de Salud.

El temor existía pero dos factores fundamentales los alentaron a llenarse de valor y transitar las calles. “Uno era la necesidad de los clientes y el otro la necesidad del conductor. Había mucho temor en realidad y más que por el dinero trabajaron por cumplir, por sacar adelante la poca economía que existía, por conectar a la ciudad, a las empresas y a las familias, porque aunque sí es básico no fue del todo por el dinero. Aparte todos estaban en contra del trabajador, sus propias familias que temían por su salud y la propia integridad personal ante accidentes y atracos y por los comentarios dañinos que se generaron en contra nuestra con el decir que seríamos los vectores para contaminar a toda la ciudad”, dice Camilo Flórez, gerente de la empresa Rapidito.

Camilo Flórez, gerente de Rapidito Domicilios.

Con la primera declaratoria de emergencia por parte del presidente Iván Duque, las cifras para el departamento del Cesar en materia económica no fueron nada alentadoras. “El Banco de la República reveló que el departamento estaba perdiendo $1 billón; no obstante, es rescatable que este sector de la economía como lo es la mensajería y los domicilios pudo al menos evitar que la catástrofe fuera más profunda; hoy no hay un estudio de todo lo que financieramente han movido en la economía, pero lo que sí es cierto es que salvaron la patria, permitiendo que otros pudieran ofertar sus servicios y hablo de todos los comercios que estuvieron dentro de las excepciones y a los que se les permitió abrir de manera gradual como los supermercados, las droguerías, los abastos y los restaurantes”, destacó el director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Las tendencias actuales por la crisis de la covid-19, no obstante la gradualidad de apertura y excepciones que el Gobierno nacional viene implementando, indican que el teletrabajo permanecerá por mucho tiempo por ende los domiciliarios tendrán preponderancia. “El teletrabajo llegó para quedarse y estaremos abocados a la mensajería tanto como modelo de negocio emergente y generador de trabajo porque este sector demostró ser útil, demostró que resuelve y que sin ellos el caos se hubiese apoderado de las ciudades”, estableció Alex Castrillo.

HÉROES MIRADOS DESPECTIVAMENTE

“Los califico como los héroes (en materia de mover la economía) en medio de la pandemia. Ellos trabajan 14 o 16 horas diarias y nunca están pendientes del mercadito o de que el alcalde o el gobernador o el mismo Gobierno nacional les brindara algún alivio”, así describió José Luis Urón a este gremio que le puso el pecho a la pandemia y que a los propietarios de dichas empresas los alertó a que había muchas cosas que mejorar a nivel organizacional y administrativo.

En la ciudad de Valledupar, Rapidito, una de las empresas más grande, supera los 120 conductores; Urbana genera 90 puestos de trabajo y SOS Mensajería (solo por citar algunas de las más de 130 que hoy están en el mercado) opera con 30 domiciliarios.  Sumando los motociclistas en esas tres categorías de empresas citadas, grande, mediana y ‘pequeña’, se obtendrían 240 trabajadores. Si esa sumatoria se dividiera entre tres, se promediarían 80 domiciliarios y para hacer una trazabilidad contado solo las 70 empresas que podrían tener registros mercantiles, se estaría hablando que (aunque sin vinculación), serían 5.600 trabajadores moviendo la ciudad y llevando sustento diario a sus casas en medio de la pandemia.

Muchos de ellos por causa de otros motociclistas o mototaxistas con comportamientos no tan corteses han sido estigmatizados y menospreciados. “Y éramos vistos por debajo del hombro y hasta despectivamente trataban a los muchachos, pero hoy la gente ha reconocido ese esfuerzo; nosotros nos arriesgamos y la gente también confió”, agrega el gerente de Urbana Domicilios. Pero toda esa confianza se ganó al ver a un mensajero uniformado (porque también había miedo de que fuese un delincuente) con su tapabocas, sus guantes y en su canastilla que no faltase una botella con atomizador de alcohol y demás elementos desinfectantes para la motocicleta.

Valledupar fue una de las ciudades que peor le fue en las cifras de desempleo. “Nosotros generamos alrededor de 2.000 mil empleos. Y eso que no se están verificando las empresas que están operando sin permiso, empresas de garaje. Y nacieron otras empresas, calculo que unas 50 por lo menos por la necesidad de los envíos, pero puedo asegurar también que de esas 50 no más de 15 están legalmente registradas”, estima Deivis León, gerente de SOS Mensajería.

Deivis León, gerente de SOS Mensajería.

Como lo marca el economista José Antonio Larrazábal, estos sectores influyeron a que las afectaciones por el desempleo no golpearan con más fuerza. “Sabíamos que Valledupar iba a superar la cifra. Tomando la medición que incluye abril, superó el 20 %, pero ese crecimiento no fue tan alto en proporciones de otras ciudades; quiere decir, que aquí hay un elemento de informalidad que mueve la economía”, indicó. Esos elementos según el especialista pueden ser los vendedores informales de frutas y verduras calle a calle y ese sector de la mensajería y domicilios que nunca paró.

José Antonio Larrazábal, economista.

El gerente de Rapidito confirmó que en condiciones normales antes de la pandemia manejaban un promedio de 500 servicios diarios, con la llegada de la covid-19 en las primeras semanas la cifra se elevó y osciló entre los 1.500 y  1.900 servicios al día; hoy se mantienen unos 800 recorridos.

JOSÉ URBANO CÉSPEDES | EL PILÓN