En el marco de la Felva 2025, los profesores Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto disertaron sobre el impacto de las matemáticas en los oficios varios y en la educación de los pueblos indígenas.
La Etnomatemática fue protagonista en la tercera Feria del Libro de Valledupar, Felva, con el conversatorio ‘Sumar desde la raíz: el poder cultural de las matemáticas’, el cual se desarrolló en la Casa de la Cultura de Valledupar y contó con una amplia asistencia de profesores, estudiantes y comunidad en general que se adentraron en el mundo de este lenguaje aritmético que está relacionado hasta con el oficio de pescadores.
El conversatorio fue realizado por los profesores Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto, quienes conversaron sobre cómo las matemáticas pueden utilizarse para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de las personas en los oficios que realicen, ya sea desde labores como la carpintería, albañilería, artesanías, agricultura hasta carreras de pregrado como Ingenieras y Medicina.
“Expusimos el libro ‘Planes de clase para la convivencia y la paz’ desde la Etnomatemática con el que buscamos mejorar el aprendizaje de esta ciencia a través del entorno del sujeto. Las matemáticas son una sola, pero nos dimos cuenta como docentes que muchas veces no tenemos en cuenta el contexto de la persona y que este puede ser utilizado para que mejoren su calidad de vida a través del uso de esta ciencia”, explicó Alcides Páez Soto, licenciado en Matemáticas y Física.
En ese sentido, puntualizó que un texto derivado de esta relación entre las matemáticas y la prácticas culturales es el libro ‘Geometría sobre mochilas arhuacas por una enseñanza de las matemáticas desde una perspectiva cultural’, de autoría del reconocido licenciado en Matemáticas y Física, magíster en Educación con énfasis en Educación Matemática y con un doctorado en Educación, Armando Alex Aroca, compañero de trabajo de Páez.
Aroca, vía Zoom, explicó cómo las figuras geométricas en los tejidos de las mochilas arhuacas tienen una relación con esta corriente contemporánea de estudios etnomatemáticos. Con precisión contó al público que las configuraciones geométricas que las mujeres arhuacas han tejido desde tiempos ancestrales en las mochilas, son producto de un pensamiento matemático íntimamente ligado con la cosmovisión de esta comunidad, el cual responde a la necesidad cultural de simbolizar y sacralizar objetos naturales.
A las aulas de algunos colegios de la ciudad de Valledupar también está llegando la Etnomatemática, tales como la Institución Educativa Nueva Esperanza, la IE Loperena Garupal, IE Leónidas Acuña, entre otras, en las que pasantes de la carrera de Licenciatura en Matemáticas de la Universidad Popular del Cesar, UPC, bajo la instrucción de estos docentes, están liderando un proyecto de adecuación curricular.
“Este es un modelo nuevo que está en construcción. Los estudiantes están haciendo microenseñanzas, haciendo pilotaje y creo que ya en unos cinco años ya tendremos el proceso llevado a la escuela. Nos están abriendo espacios en las escuelas de la periferia como en el corregimiento de Chemesquemena”, comentó Páez.
Acotando así que algunos de los colegios que han adquirido en sus programas de estudios la Etnomatemática son de los corregimientos de Guatapurí y Atánquez, zonas en las que la población estudiantil pertenece a los pueblos indígenas y tienen un sistema pedagógico propio, basado en su cultura y prácticas ancestrales. A pesar ello, le han abierto las puertas a las Etnomatemáticas, que prometen ser un modelo de enseñanza aritmético acorde a la realidad de las comunidades educativas y las necesidades de la población.
Por Namieh Baute Barrios
En el marco de la Felva 2025, los profesores Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto disertaron sobre el impacto de las matemáticas en los oficios varios y en la educación de los pueblos indígenas.
La Etnomatemática fue protagonista en la tercera Feria del Libro de Valledupar, Felva, con el conversatorio ‘Sumar desde la raíz: el poder cultural de las matemáticas’, el cual se desarrolló en la Casa de la Cultura de Valledupar y contó con una amplia asistencia de profesores, estudiantes y comunidad en general que se adentraron en el mundo de este lenguaje aritmético que está relacionado hasta con el oficio de pescadores.
El conversatorio fue realizado por los profesores Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto, quienes conversaron sobre cómo las matemáticas pueden utilizarse para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de las personas en los oficios que realicen, ya sea desde labores como la carpintería, albañilería, artesanías, agricultura hasta carreras de pregrado como Ingenieras y Medicina.
“Expusimos el libro ‘Planes de clase para la convivencia y la paz’ desde la Etnomatemática con el que buscamos mejorar el aprendizaje de esta ciencia a través del entorno del sujeto. Las matemáticas son una sola, pero nos dimos cuenta como docentes que muchas veces no tenemos en cuenta el contexto de la persona y que este puede ser utilizado para que mejoren su calidad de vida a través del uso de esta ciencia”, explicó Alcides Páez Soto, licenciado en Matemáticas y Física.
En ese sentido, puntualizó que un texto derivado de esta relación entre las matemáticas y la prácticas culturales es el libro ‘Geometría sobre mochilas arhuacas por una enseñanza de las matemáticas desde una perspectiva cultural’, de autoría del reconocido licenciado en Matemáticas y Física, magíster en Educación con énfasis en Educación Matemática y con un doctorado en Educación, Armando Alex Aroca, compañero de trabajo de Páez.
Aroca, vía Zoom, explicó cómo las figuras geométricas en los tejidos de las mochilas arhuacas tienen una relación con esta corriente contemporánea de estudios etnomatemáticos. Con precisión contó al público que las configuraciones geométricas que las mujeres arhuacas han tejido desde tiempos ancestrales en las mochilas, son producto de un pensamiento matemático íntimamente ligado con la cosmovisión de esta comunidad, el cual responde a la necesidad cultural de simbolizar y sacralizar objetos naturales.
A las aulas de algunos colegios de la ciudad de Valledupar también está llegando la Etnomatemática, tales como la Institución Educativa Nueva Esperanza, la IE Loperena Garupal, IE Leónidas Acuña, entre otras, en las que pasantes de la carrera de Licenciatura en Matemáticas de la Universidad Popular del Cesar, UPC, bajo la instrucción de estos docentes, están liderando un proyecto de adecuación curricular.
“Este es un modelo nuevo que está en construcción. Los estudiantes están haciendo microenseñanzas, haciendo pilotaje y creo que ya en unos cinco años ya tendremos el proceso llevado a la escuela. Nos están abriendo espacios en las escuelas de la periferia como en el corregimiento de Chemesquemena”, comentó Páez.
Acotando así que algunos de los colegios que han adquirido en sus programas de estudios la Etnomatemática son de los corregimientos de Guatapurí y Atánquez, zonas en las que la población estudiantil pertenece a los pueblos indígenas y tienen un sistema pedagógico propio, basado en su cultura y prácticas ancestrales. A pesar ello, le han abierto las puertas a las Etnomatemáticas, que prometen ser un modelo de enseñanza aritmético acorde a la realidad de las comunidades educativas y las necesidades de la población.
Por Namieh Baute Barrios