Ciriaca María Zapata, nació hace 115 años en las estribaciones de la Serranía de Perijá, en el corregimiento Los Tupes, al occidente del municipio de San Diego, Cesar, donde vivió durante un siglo.  

Los Tupes, asentamiento  de los indios del mismo nombre, que aún en el siglo XVIII, tenían en la región presencia viva y dinámica, pasó a ser emporio de la agricultura y la ganadería, donde  Ciriaca, fue una ama de casa, que la mayor parte de su vida se dedicó a las labores del campo. 

Pero como muchos de sus paisanos, esta mujer abandonó su terruño  y durante los últimos 15 años ha vivido junto a sus seres queridos en el barrio Gaitán de Valledupar. 

Hace cerca de noventa años contrajo matrimonio con  José de Jesús Molina, que falleció en 1970.

“A él le gustaba bailar, tomar. Era un hombre de color y bajito”, así describió, tímidamente, a su primero y único amor, con quien tuvo 11 hijos. 

Fruto de esa relación nacieron 86 nietos, 166 bisnietos, 49 tataranietos y 4 cuadrinietos. 

Salud envidiable 
Mientras la esperanza de vida en Colombia es de 73 años, esta sandiegana, como pocos en el mundo, ha compartido con cinco generaciones  de su descendencia. 

Lo más sorprendente es que, pese a su avanzada edad y al dolor de ver morir a varios sus familiares y amigos de juventud, ella goza de buena salud. 

“Mi mamá no sufre de nada, todos los meses la llevo al médico y me dice que no tiene nada porque está bien de presión, de colesterol, come bien, duerme bien y no tiene dolencia en ninguna parte del cuerpo”, contó Himelda Molina, de 74 años, una de sus hijas menores.  
Sin embargo, de tanto ver el pasar del tiempo, al cumplir un siglo y una década y media, la vista se le fue esfumando y ahora camina en la penumbra que la acompaña en sus recorridos por la casa del barrio Gaitán, donde vive desde hace 15 años, con una  hija, cuatro, nietos y una bisnieta. 

Quienes a diario la ven sentada en su mecedora de mimbre, se sorprenden aún más al verla levantarse  y caminar con el apoyo de sus familiares, que la cuidan como la reliquia más preciosa que puedan tener. 

“Es una bendición de Dios que nos la ha dado hasta esta edad”, exclamó su hija Himelda.  

Aunque es de pocas palabras, mientras peina su cabellera plateada, cuando se siente en confianza, comparte experiencias de sus años mozos. 

“En la finca cocinábamos conejo y morrocoyo, puro animal de monte”, según Ciriaca, esta alimentación y el cuidado de su familia hoy la mantienen rozagante. 

Celebración 
El centésimo décimo quinto cumpleaños de  Ciriaca María, fue celebrado por familiares y amigos el pasado fin de semana, con una misa de acción de gracias para conmemorar  un año más de vida. 

El festejo fue a ritmo de vallenatos, que le evocaron las parrandas de su tierra natal. “Era un pueblo muy bonito”, recordó. 

Aunque el tiempo no perdona, los familiares de Ciriaca, aseguran que no se complican pensando en el día que su matriarca parta a la eternidad y prefieren disfrutarla cada momento que la puedan acompañar.   

¿La más vieja?
Alimihan Seyiti, habitante de Kashgar en China, nació el 25 de junio de 1886, afirmó el portal ts.cn. Sin embargo, la organización Guiness World Records, asegura que no hay notificación oficial, por lo que la persona más vieja del mundo sería la francesa Jeanne Calmet con 122 años.

Por Martín Elías Mendoza 


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