X

La dura travesía de una familia venezolana con rumbo a Ecuador

Los Escalona llevan como rumbo Ecuador. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

Luego de celebrar el 24 de diciembre de 2020  junto a la gran mayoría de su familia, Oduber Escalona, de 43 años, decidió huir del hambre que estaba pasando en su natal Maracaibo-estado Zulia, Venezuela, y junto a su esposa, cuatro hijos, yernos, nueras y nietos, emprendieron camino hacia Ecuador, atravesando a Colombia.

Lee también: Migrantes generan oportunidades de empleo y educación en el Cesar

Solo empacaron en bolsos ropa, zapatos y por supuesto su cédula venezolana, a pesar de no tener pasaporte quieren demostrar que si tienen una identidad que los represente en cualquier país del mundo.  

Fue así como el 27 de diciembre de ese año con todo el dinero que tenían cancelaron un pasaje que los llevara hasta Paraguachón, frontera entre Venezuela y Colombia, en el departamento de La Guajira.  Sin embargo, no podían atravesar ese límite que divide a los dos países por ‘la vía legal’. 

Tuvieron que entrar por la trocha conocida como ‘La Ochenta’; un camino verde y espinoso, por donde están ingresando cientos de migrantes venezolanos que no cuentan con dinero suficiente para pasar por otra trocha ‘La Cortica’, por donde los coyotes (los que cobran por pasar a la gente sin que les hagan nada) cobran más dinero, o dar la vuelta por el sector conocido como Monte Lara, en el lado venezolano que limita con Majayura, un corregimiento de Maicao, ya que por esta vía la guardia venezolana exige mucho dinero para dejar pasar ‘tranquilamente’.

Una vez estuvieron en Maicao respiraron ‘otro aire’; desde entonces no se han detenido, empezaron a caminar por las orillas de las carreteras y el 8 del mes en curso ya se encontraban en Valledupar.  Su destino es llegar a Ecuador, donde Oduber tiene una hermana que salió de Venezuela, igualmente huyendo del hambre, el no acceso a la salud, desolación, decadencia, miseria e inflación que se vive en el país vecino.

EL PILÓN habló con esta familia conformada por 12 personas, entre adultos y niños, en el sector conocido como Los Cauchos, que comunica a Valledupar con el corregimiento de Valencia de Jesús, donde se encontraban caminando su travesía.

Allá trabajaba en el sector público en el área de salud como ayudante de mantenimiento en un ambulatorio rural u hospital, pero me ganaba 2 dólares y eso alcanza para un kilo de arroz de un día de comida, y el resto del mes con qué íbamos a comer. Esto nos llevó a lamentablemente salir de Maracaibo porque para nadie es un secreto que huimos del hambre por la dictadura que hay allá”, enfatizó Escalana.

Dijo que caminar a sol y lluvia no es nada fácil, pero prefieren eso, guardando la esperanza que al llegar a Ecuador su vida cambiará, a estar en Venezuela, donde cada vez es más difícil tener al menos dos platos con comida diaria.

No dejes de leer: El drama de vivir bajo una carpa en el balneario Hurtado

Colombia nos ha prestado mucha colaboración, muchos transeúntes han abierto su corazón de verdad y estamos agradecidos de ellos.  No nos quedamos en Valledupar porque  no tenemos donde quedarnos; si empezamos a quedarnos en las calles no queremos que nos agarre la Policía y tampoco  queremos hacer cosas malas en este país como lo están haciendo otras personas”, aseveró este hombre.

Relató que en estos días han aprovechado los ríos que consiguen en el camino para bañarse, lavar la ropa que tienen sucia, descansar un poco y seguir caminando.

Para comer pedimos en los restaurantes; hay muchas personas, no todas, que nos regalan agua y pan. En Valledupar nos trataron excelente porque una noche comimos pollo asado, que tenía como 4 o 5 años que no probábamos; lo que siempre comía era ‘no me olvides’, que son las lentejas”, relató Oduber.

Oduber Escalona, representa a su familia. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

Estas personas en sus espaldas llevan pesados bolsos, calzan zapatos cómodos y sus rostros van cubiertos con gorras y ponchos para cubrirse del inclemente sol que hace en esta región del país. Saben que les espera diferentes tipos de clima, confiando en Dios que ninguno se enferme.

“Confiamos en Dios que no nos suceda nada malo, que la gente que nos encontramos en el camino nos ayuden y sepan que no somos malas personas, solo queremos una oportunidad de surgir y llegar a tener una mejor calidad de vida como la teníamos antes que los gobiernos actuales tomaran el poder; nunca voté por el partido de Chávez porque desde el inicio se sabía que estas iban a ser las consecuencias, que se sepa en todo el mundo que allá se pasa hambre y la crisis cada día se agudiza más”, puntualizó.

Otra migrante de esta familia es Génesis Mota, de 26 años. En sus hombros carga con un portabebé a su hijo de un año y 10 meses; dijo que prefiere pasar unos días o meses caminando, pero tiene la esperanza que al llegar a Ecuador tendrán un cambio de vida.

Es durísimo, tengo que sacar fuerzas por mi hijo; allá en Venezuela todo está muy mal, apenas nos alcanzaba para una comida diaria”, apuntó.

Te puede interesar: La frontera y la migración venezolana en el Caribe, hablan los expertos

Cabe señalar que pese a los cierres fronterizos entre Venezuela y Colombia, a este país ingresan por los pasos ilegales migrantes venezolanos que deciden realizar largas caminatas a falta de dinero para comprar un pasaje en bus o avión para llegar a su destino.  Esta modalidad de migrar es común en la frontera con Cúcuta, para luego llegar a Bucaramanga o Bogotá.  Podría decirse que esta es la primera vez que se ven caminantes venezolanos en el departamento del Cesar.

Estuvieron en Valledupar durante dos días. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

LA CRISIS CADA VEZ SE AGUDIZA MÁS

Los migrantes y más aún los caminantes es una muestra de la magnitud del problema  que hay en Venezuela. Dos años atrás no se veían y esto evidencia que la problemática social y económica de este país está en crisis y ahora se incrementa mucho más porque no hay políticas económicas enfocadas en generar un bienestar o tratar de mejorar las condiciones de cada persona. Así lo describió bajo reserva de identidad una periodista venezolana que pidió no revelar su nombre por temor a represalias.

Es una situación muy compleja; es cierto que prácticamente todos los años se realizan elecciones y de ahí es que dicen que no hay dictadura, pero quienes se miden en ellas son  miembros de diferentes partidos, pero con la misma tendencia. Obvio que estamos en una dictadura que arremete contra todo lo que vaya en contra; como periodista es difícil porque uno ve cómo se van cerrando espacios y atacando medios independientes con el único objetivo de dejar solo aquellos que hablen bien de ellos. Actualmente hay una división de estratos ‘brutal’; por ejemplo en Maracaibo hay personas con mucho dinero y otros que no tienen nada que se ven buscando comida en la basura, adultos mayores y niños pidiendo comida, esto se va incrementando conforme pasan los días porque el país está totalmente dolarizado, esto da entender que la principal causa porque la gente se va ahorita es la economía, el no tener cómo comer o garantías de sustento”, dijo la comunicadora social.

Lee también: Los venezolanos en el Cesar ¿cuántos son y cómo están?

Añadió que el caos cada día crece más; hay muchas personas que se ven forzadas a la migración a pie porque ni siquiera se puede salir legalmente porque tramitar un pasaporte es imposible o cualquier tipo de documentos cuesta dólares que no tienen.

También hay que dejar claro que los que migran de esta manera son los de bajo estrato porque ‘los enchufados’, que son los que están a favor del gobierno solo por interés no les afecta en nada la crisis y tienen la posibilidad de salir en avión o bus”, refirió la periodista.

POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.

Periodista: