La vida de Carlos Francisco Quintero Quintero, un joven de 22 años, estuvo atravesada por la tragedia. En menos de tres meses perdió a sus dos padres en hechos violentos y fortuitos que marcaron profundamente su historia personal. Este jueves 25 de diciembre fue hallado sin vida en su vivienda del barrio Arboleda Comfacesar, en Valledupar, en un hecho que ha generado profunda consternación en la ciudad.
Carlos Francisco fue encontrado por su compañera sentimental dentro de una habitación de la residencia donde residían. Las autoridades realizaron la inspección judicial y asumieron el caso para establecer las circunstancias que rodearon su muerte.
Una familia golpeada por la violencia
La tragedia que rodeó a este joven comenzó la madrugada del viernes 12 de septiembre, cuando su madre, Yecenia Esther Quintero Caro, de 42 años, fue asesinada con varios impactos de escopeta en el barrio Villa Castro, sector conocido como Las Marraneras, margen derecha del río Guatapurí.
La mujer salió, como de costumbre, cerca de las 3:50 de la madrugada a cumplir con sus labores de lavado de vísceras de cerdo, cuando fue abordada por un sujeto vestido de negro y con capucha que le disparó a la altura del tórax y el brazo derecho. Aunque fue trasladada a la clínica Santa Isabel, los médicos confirmaron su fallecimiento.
En su momento, EL PILÓN entrevistó a Carlos Francisco, quien presenció la escena y narró entre lágrimas el horror vivido. “Ella no se merecía esto”, expresó, recordando además que su madre había sido víctima de atentados anteriores y que en uno de ellos él mismo la acompañó a urgencias tras denunciar los hechos ante las autoridades.
Otra pérdida irreparable
Cuando la familia aún no se reponía del crimen, hace apenas ocho días Carlos Francisco perdió a su padre, Edilfredo Gutiérrez, quien falleció en un accidente de tránsito ocurrido en el departamento de Santander. Dos golpes devastadores en un corto periodo de tiempo terminaron por afectar profundamente el estado emocional del joven, según relataron sus allegados.
Nereida Cortés, tía de Carlos Francisco, lo describió como un joven alegre, trabajador y luchador. “Era un guerrero. El 24 estaba contento, me dio un beso y me dijo: ‘tía, te amo’”, recordó. Indicó además que su sobrino se desempeñaba como repartidor de carnes y cocinero en un restaurante, oficios con los que ayudaba a sostener su hogar. La familiar también señaló que, al momento del hallazgo, el cuerpo del joven presentaba cortadas en las muñecas, un detalle que fue informado a las autoridades durante las diligencias judiciales.
Asimismo, manifestó que tras el asesinato de su madre no recibieron acompañamiento psicológico ni apoyo institucional por parte de las autoridades competentes, pese al impacto emocional que generó el crimen. Añadió que, hasta el momento, ninguna entidad se ha pronunciado ni ha brindado apoyo a la familia luego de la muerte del joven.
Llamado a la atención institucional
El caso ha reabierto el debate en Valledupar sobre la atención integral a las víctimas indirectas de la violencia y la necesidad de seguimiento en salud mental para familias que atraviesan duelos traumáticos, especialmente cuando estos se acumulan en tan corto tiempo.
Se reitera el llamado a buscar ayuda profesional ante señales de alerta. En Valledupar y el Cesar está habilitada la Línea Vital, un servicio de atención en salud mental disponible las 24 horas a través del número 125 de la Gobernación del Cesar y el celular 310 566 8234, donde profesionales brindan escucha, orientación y acompañamiento psicológico.











