Aproximadamente 400 personas resultaron afectadas por las inundaciones causadas por las lluvias registradas en el departamento durante este inicio del mes de octubre. Las ladrilleras artesanales son el medio de vida de las personas que residen en la vereda Las Casitas, pero los fuertes aguaceros dejaron los productos bajo el agua.
Más de 59 familias están damnificadas en la vereda Las Casitas como consecuencia de las lluvias. Unos 10.000 ladrillos terminaron sumergidos en el agua; los artesanos aseguran haber perdido el trabajo de un mes. “Yo perdí todo, tenía en los patios diez mil bloques, además de moldes, baldas, picas. El trabajo de un mes lo perdí estos días de lluvia, es la única fuente de trabajo que tenemos”, dijo Jorge Luis Caballero Gómez, uno de los afectados.
La población vive de las ladrilleras donde diariamente se producen más de 20.000 unidades. Hay 56 hornos artesanales que pertenecen a las familias tradicionales que hacen parte de la población y de la Asociación de Ladrilleros de la Vereda Las Casitas en la que hay un poco más de 1.100 habitantes.
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Por su parte, el presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, del sector Fernando Oliveros se refirió al tema: “La producción de ladrillos es la fuente de trabajo que tiene este caserío. Son más de 400 personas que viven de este trabajo. Pedimos las ayudas al gobierno municipal y los organismos de socorro”.
Más de 20 trabajadores intentan recuperar los ladrillos que quedaron atrapados dentro del lago de agua que se estancó en el lugar donde realizan las excavaciones y preparan el barro que es usado en el proceso para la elaboración. La situación a la que se enfrentan las ladrilleras artesanales complica el único medio para el sustento diario que tienen los ciudadanos de esta zona.
“Estoy muy afectado porque tuvimos una larga perdida de materiales, ladrillos, plásticos y herramientas por estas lluvias, al frente de esta ladrillera hay 30 familias que resultan afectadas. Al día por horno recogemos de 1.200 a 1.400 ladrillos”, comentó Jean Honrado, dueño de unos de los hornos usados en el proceso para elaboración de ladrillos.
Los hornos son esenciales en la cadena de fabricación de ladrillo, en ellos se funden al finalizar la producción, proceso que se lleva a cabo durante tres o cuatro días a una temperatura de más o menos 2.000°C., sin embargo, mientras sigan las lluvias la producción de ladrillos se convierte en una tarea difícil. “Una vez el ladrillo esté seco se acarrea a los hornos, se alista y se quema. Un aproximado de 10.000 tarda tres días si el tiempo es bueno, si el clima trae lluvias demora de un mes y medio a dos meses el secado”, mencionó Fernando Oliveros, presidente de la JAC.
La labor artesanal debe efectuarse con un clima soleado para que el proceso de secado de los ladrillos se lleve a cabo de manera óptima. Sin embargo, la ola invernal que azota por estos días al departamento es un problema que impide la producción de ladrillos de manera constante y en condiciones calificadas para su buena fabricación.
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Otro de los problemas a los que se tienen que enfrentar por las lluvias, es que la condición en la que quedan las calles les impide trasladarse hasta el lugar de trabajo que tiene una distancia de un kilómetro o más, hasta donde se encuentran las fábricas artesanales.
Los grandes lodos y charcos impiden el paso de más de 40 trabajadores que llevan el sustento diario a sus familias. Además el presidente de JAC reconoció otros problemas en el gremio: “Lastimosamente estamos abandonados por los entes políticos, departamentales y municipales. Ha sido una lucha constante en la cual hemos venido interponiendo acciones de tutela y derechos de petición a la administración municipal y departamental porque Valledupar sigue creciendo a lo largo y ancho pero no nos compran el ladrillo, traen ladrillos de Cúcuta y Bucaramanga y la alcaldía municipal a través de los constructores no hacen factibilidad para que nos compren el ladrillo”, asegura Fernando Oliveros.
Según Oliveros, son más de 3.000 personas que se benefician de las ladrilleras artesanales que hay no sólo en Las Casitas sino en todo el departamento. Estas personas quedarían desempleadas y desplazadas junto a sus familias.
Recalcó que las ladrilleras tienen unas multas porque los trabajadores no han podido cancelar su seguridad social: “En estos momentos las ladrilleras se encuentran con unas multas, tanto la ladrillera El Cielo como la ladrillera Las Casitas porque los trabajadores no están pagando la seguridad social pero lastimosamente cómo van hacerlo si ellos viven el día a día y no les están comprando el ladrillo. El gobierno departamental lo que hace es juzgar e interponer medidas pero no buscan la solución”, concluyó.
El secretario de Gobierno municipal, Gonzalo Arzuza, se pronunció ante el tema de las inundaciones de esta vereda: “Hubo una afectación en Las Casitas, allá está llegando nuestro equipo de la oficina de riesgo como hemos hecho todos estos días, estamos atendiendo todas las emergencias que se están presentando en el municipio y llevando las ayudas y herramientas necesarias frente a la contingencia que se está presentando. Invitamos a la ciudadanía a que estén atentas a los canales de comunicación de la Alcaldía del municipio y la unidad de riesgo y la secretaria de Gobierno donde estaremos dando información permanente de las fuertes lluvias que van a seguir azotando a la ciudad durante el fin de semana”.
POR: Marian Almeida Cujia / EL PILÓN
[email protected]
Aproximadamente 400 personas resultaron afectadas por las inundaciones causadas por las lluvias registradas en el departamento durante este inicio del mes de octubre. Las ladrilleras artesanales son el medio de vida de las personas que residen en la vereda Las Casitas, pero los fuertes aguaceros dejaron los productos bajo el agua.
Más de 59 familias están damnificadas en la vereda Las Casitas como consecuencia de las lluvias. Unos 10.000 ladrillos terminaron sumergidos en el agua; los artesanos aseguran haber perdido el trabajo de un mes. “Yo perdí todo, tenía en los patios diez mil bloques, además de moldes, baldas, picas. El trabajo de un mes lo perdí estos días de lluvia, es la única fuente de trabajo que tenemos”, dijo Jorge Luis Caballero Gómez, uno de los afectados.
La población vive de las ladrilleras donde diariamente se producen más de 20.000 unidades. Hay 56 hornos artesanales que pertenecen a las familias tradicionales que hacen parte de la población y de la Asociación de Ladrilleros de la Vereda Las Casitas en la que hay un poco más de 1.100 habitantes.
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Por su parte, el presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, del sector Fernando Oliveros se refirió al tema: “La producción de ladrillos es la fuente de trabajo que tiene este caserío. Son más de 400 personas que viven de este trabajo. Pedimos las ayudas al gobierno municipal y los organismos de socorro”.
Más de 20 trabajadores intentan recuperar los ladrillos que quedaron atrapados dentro del lago de agua que se estancó en el lugar donde realizan las excavaciones y preparan el barro que es usado en el proceso para la elaboración. La situación a la que se enfrentan las ladrilleras artesanales complica el único medio para el sustento diario que tienen los ciudadanos de esta zona.
“Estoy muy afectado porque tuvimos una larga perdida de materiales, ladrillos, plásticos y herramientas por estas lluvias, al frente de esta ladrillera hay 30 familias que resultan afectadas. Al día por horno recogemos de 1.200 a 1.400 ladrillos”, comentó Jean Honrado, dueño de unos de los hornos usados en el proceso para elaboración de ladrillos.
Los hornos son esenciales en la cadena de fabricación de ladrillo, en ellos se funden al finalizar la producción, proceso que se lleva a cabo durante tres o cuatro días a una temperatura de más o menos 2.000°C., sin embargo, mientras sigan las lluvias la producción de ladrillos se convierte en una tarea difícil. “Una vez el ladrillo esté seco se acarrea a los hornos, se alista y se quema. Un aproximado de 10.000 tarda tres días si el tiempo es bueno, si el clima trae lluvias demora de un mes y medio a dos meses el secado”, mencionó Fernando Oliveros, presidente de la JAC.
La labor artesanal debe efectuarse con un clima soleado para que el proceso de secado de los ladrillos se lleve a cabo de manera óptima. Sin embargo, la ola invernal que azota por estos días al departamento es un problema que impide la producción de ladrillos de manera constante y en condiciones calificadas para su buena fabricación.
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Otro de los problemas a los que se tienen que enfrentar por las lluvias, es que la condición en la que quedan las calles les impide trasladarse hasta el lugar de trabajo que tiene una distancia de un kilómetro o más, hasta donde se encuentran las fábricas artesanales.
Los grandes lodos y charcos impiden el paso de más de 40 trabajadores que llevan el sustento diario a sus familias. Además el presidente de JAC reconoció otros problemas en el gremio: “Lastimosamente estamos abandonados por los entes políticos, departamentales y municipales. Ha sido una lucha constante en la cual hemos venido interponiendo acciones de tutela y derechos de petición a la administración municipal y departamental porque Valledupar sigue creciendo a lo largo y ancho pero no nos compran el ladrillo, traen ladrillos de Cúcuta y Bucaramanga y la alcaldía municipal a través de los constructores no hacen factibilidad para que nos compren el ladrillo”, asegura Fernando Oliveros.
Según Oliveros, son más de 3.000 personas que se benefician de las ladrilleras artesanales que hay no sólo en Las Casitas sino en todo el departamento. Estas personas quedarían desempleadas y desplazadas junto a sus familias.
Recalcó que las ladrilleras tienen unas multas porque los trabajadores no han podido cancelar su seguridad social: “En estos momentos las ladrilleras se encuentran con unas multas, tanto la ladrillera El Cielo como la ladrillera Las Casitas porque los trabajadores no están pagando la seguridad social pero lastimosamente cómo van hacerlo si ellos viven el día a día y no les están comprando el ladrillo. El gobierno departamental lo que hace es juzgar e interponer medidas pero no buscan la solución”, concluyó.
El secretario de Gobierno municipal, Gonzalo Arzuza, se pronunció ante el tema de las inundaciones de esta vereda: “Hubo una afectación en Las Casitas, allá está llegando nuestro equipo de la oficina de riesgo como hemos hecho todos estos días, estamos atendiendo todas las emergencias que se están presentando en el municipio y llevando las ayudas y herramientas necesarias frente a la contingencia que se está presentando. Invitamos a la ciudadanía a que estén atentas a los canales de comunicación de la Alcaldía del municipio y la unidad de riesgo y la secretaria de Gobierno donde estaremos dando información permanente de las fuertes lluvias que van a seguir azotando a la ciudad durante el fin de semana”.
POR: Marian Almeida Cujia / EL PILÓN
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