El oficio de tendero se ha vuelto riesgoso, porque los delincuentes no se conforman con robar, sino que además hieren y matan.
Doña Marú está acabando con la tienda; desde hace varios meses vende y no surte, todo porque quiere vender o alquilar el negocio que por 20 años ha tenido, pero que desde el Miércoles de Ceniza se convirtió en un sitio lleno de zozobra.
Eran las 7:30 de la noche del día en que para los cristianos comienza la Cuaresma, cuando cuatro hombres en dos motos llegaron a su tienda en el barrio Cañaguate y la amenazaron con un arma de fuego para quitarle el producido del día.
“Lo que se llevaron no fue mucho, porque como voy vendiendo voy pagando, pero el susto fue grande, porque yo tengo un niño de 3 años y si a él o mi me pasa algo, no sé qué voy hacer, porque uno de mamá se pone a pensar en qué hace un niño de esos si me llega a pasar algo a mí o qué hago yo si me le llega a pasar algo a él, por eso estoy acabando la tienda, para venderla o alquilarla”, dijo con un halo de tristeza la mujer.
Aunque está en una zona céntrica de Valledupar, por donde a cada momento pasan los agentes de policía, los delincuentes se valieron de solo segundos para atracarla, lo que ella atribuye al alto consumo de drogas en la juventud, “porque los que atracan son muchachos jóvenes, pelaos para irse a drogar por ahí”.
Don Manuel, un tendero ubicado en la avenida Simón Bolívar también ha sido víctima de los ladrones en varias oportunidades y el lunes el turno fue para un vecino suyo, en la misma cuadra también lo atracaron, por lo que ahora todos en la zona viven en medio de la zozobra y el temor que por quitarles el producido los vayan a matar, como ocurrió ese día con el ayudante de tienda Juan David Becerra, de 20 años.
“Estamos en una situación crítica, vivimos con una sensación de miedo, uno no sabe quién es quién, cuando un desconocido llega a comprar a la tienda uno se pone nervioso, porque no sabe si de verdad viene a comprar o es un atracador, es una zozobra constante”, explicó el tendero.
En el lugar donde está no hay presencia de la Policía y por eso asegura que la inseguridad se ha disparado, debido a que los delincuentes aprovechan que la autoridad no patrulla de manera constante.
“La Policía debería hacer patrullajes a pie, dejar de pedirle tantos papeles a los motociclistas y mirar mas bien quien es el que anda armado, porque esos si son peligrosos”, afirmó Manuel.
La situación de los tenderos se ha tornado peligrosa desde hace un tiempo, debido a que los delincuentes están al acecho y apenas ven la oportunidad los despojan del producido, lo peor es que en los últimos días los están matando o hiriendo como ocurrió con Becerra, el pasado lunes a la 1:30 de la tarde en cercanías a la glorieta Hernando Santana.
Oficio riesgoso
A voz del director de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Eloy Durán Acosta, el oficio de tendero es riesgoso en algunos sectores de la ciudad.
Para el líder gremial también falta solidaridad por parte de los mismos compañeros, “el enemigo más grande ni siquiera es la inseguridad y la delincuencia, es la falta de solidaridad, porque cada quien resuelve su problema como puede y no se preocupa por el vecino”.
En Valledupar existen registradas un promedio de 2.500 tiendas de barrio, cifra que varia mucho y que también crece de manera constante, debido a que es uno de los primeros negocios de emprendimiento u opción de ocupación cuando una persona recibe una liquidación.
Pero hoy la situación de inseguridad tiene pensando a más de uno, por los riesgos a los que se expone.
La situación de inseguridad en las tiendas de barrio es variada, “hay sectores en los cuales es muy complicado el ejercicio y otros en donde es mas relajada, aunque no hay estadísticas del número de atracos y hurto”, afirmó Durán Acosta.
Sin embargo, hay sectores como Mareigua en donde ejercer esta labor es complicada y no solo la de tendero, sino también la de distribución.
Según el director de Fenalco, cada vez que ingresan a la zona vehículos y mercancías, deben hacerle acompañamiento por la alta incidencia de atracos.
Soluciones
Entre las alternativas de solución en las que están trabajando, está el apoyo y acompañamiento en lo que han denominado zonas de alta incidencia de atracos, muchas de ellas al sur de la ciudad.
De igual forma, muchos negocios hoy tienen sistema de monitoreo y alarma que están integrados a la red de seguridad de la Policía y también ha crecido el tema de alarmas comunitarias.
El Comandante del Primer Distrito de Valledupar, Mayor, Diego Edinson Mora, explicó que desde la Policía están trabajando dos actividades, la primera que es un trabajo puerta a puerta en el que dieron a conocer los números de celulares del Cuadrante Seguro y la segunda, aunque no con todos los tenderos es la entrega de avanteles en las zonas de mayor afectación para que tengan comunicación fluida y ágil con la Fuerza Pública.
Mora aseguró que una de las situaciones que dificulta la labor de las autoridades es que la gente no denuncia, por lo que la Fiscalía no tiene como investigar porque desconoce los casos, “la invitación que nosotros hacemos es que la gente denuncie para poder nosotros entrar a investigar”.
Para la Secretaria de Gobierno Municipal, Paola Fragozo el decreto 0255 del 26 de julio que regula la venta de licor y pone hora a tiendas, estancos, entre otros establecimientos, beneficia a este sector, debido a que cuando están abiertos hasta altas horas de la noche puede llegar alguna persona y ejercer una actividad delictiva.
La funcionaria explicó que otra de las alternativas que está poniendo en práctica la administración tiene que ver con los avanteles para el fortalecimiento de la respuesta de las autoridades.
Los casos
Entre los hechos más lamentables en donde han sido heridos o muertos tenderos por atracarlos se encuentran el de Julio César Otero y Hernán Fabián Padilla heridos el pasado lunes en el barrio Primero de Mayo cuando delincuentes intentaron robar un camión repartidor de cervezas.
Ese mismo día fue herido Israel Castro y asesinado su sobrino y ayudante en la tienda, Juan David Becerra, el caso se presentó cuando los dos caminaban por la calle 21 en inmediaciones a la glorieta Hernando Santana.
Otro de los casos sonados se presentó en febrero pasado, cuando en el barrio San Joaquín fue asesinado Richard Quintero.
Medida justificada
Debido al malestar que se ha generado entre taxistas, tenderos y propietarios de estanco por las restricciones que impone el decreto 0255 del 26 de julio, la Secretaria de Gobierno, dijo que la medida está justificada en que busca brindarle una mejor calidad de vida al grueso de la población vallenata.
“No estamos intentando generar situaciones en grupo de interés menores, pido a la comunidad, a los ciudadanos que viven cerca de estos sectores que se pronuncien de si la medida ha impactado en esa mejora de su calidad de vida, porque nosotros estadísticamente comparando el fin de semana que no hubo aplicación de la medida con los dos fines de semana posteriores hemos encontrado que hemos impactando en una disminución del 30% de los casos que genera reporte de intranquilidad pública, riñas y accidentes de tránsito”, afirmó la Secretaria de Gobierno.
Fragozo explicó que muchas personas no se encuentran formalizadas para ejercer las actividades de acuerdo a los permisos y usos del suelo, por lo que en la medida que se formalice, cree que pueden llegar a un proceso de concertación, mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana.
En cuando al tema de las tiendas, la funcionaria dijo que estas son para la venta de abarrotes, no para el consumo de bebidas alcohólicas, “ellos lo que le manifestaron al Alcalde es que iban a ejercer su actividad al interior y no iban a generar ocupación del espacio público, de acuerdo a la revisión ese compromiso tiene que mantenerse o efectivamente volveremos a la medida anterior”.
La funcionaria recordó que en el tema de los estancos estos son para la venta de alcohol y tabaco, mas no para el consumo del producto, “pero lo que vemos es que ellos para mejorar el ingreso económico están ocupando el espacio público, colocando música hacia fuera y no están pensando en el vecino, ni en la persona que vive en el sector aledaño que en la noche tiene sus hijos y quiere llegar a dormir y no ejerce ninguna actividad, esa ponderación es la que debemos hacer”.
Los tenderos viven en zozobra constante por los atracos de los que son víctimas a diario.
El oficio de tendero se ha vuelto riesgoso, porque los delincuentes no se conforman con robar, sino que además hieren y matan.
Doña Marú está acabando con la tienda; desde hace varios meses vende y no surte, todo porque quiere vender o alquilar el negocio que por 20 años ha tenido, pero que desde el Miércoles de Ceniza se convirtió en un sitio lleno de zozobra.
Eran las 7:30 de la noche del día en que para los cristianos comienza la Cuaresma, cuando cuatro hombres en dos motos llegaron a su tienda en el barrio Cañaguate y la amenazaron con un arma de fuego para quitarle el producido del día.
“Lo que se llevaron no fue mucho, porque como voy vendiendo voy pagando, pero el susto fue grande, porque yo tengo un niño de 3 años y si a él o mi me pasa algo, no sé qué voy hacer, porque uno de mamá se pone a pensar en qué hace un niño de esos si me llega a pasar algo a mí o qué hago yo si me le llega a pasar algo a él, por eso estoy acabando la tienda, para venderla o alquilarla”, dijo con un halo de tristeza la mujer.
Aunque está en una zona céntrica de Valledupar, por donde a cada momento pasan los agentes de policía, los delincuentes se valieron de solo segundos para atracarla, lo que ella atribuye al alto consumo de drogas en la juventud, “porque los que atracan son muchachos jóvenes, pelaos para irse a drogar por ahí”.
Don Manuel, un tendero ubicado en la avenida Simón Bolívar también ha sido víctima de los ladrones en varias oportunidades y el lunes el turno fue para un vecino suyo, en la misma cuadra también lo atracaron, por lo que ahora todos en la zona viven en medio de la zozobra y el temor que por quitarles el producido los vayan a matar, como ocurrió ese día con el ayudante de tienda Juan David Becerra, de 20 años.
“Estamos en una situación crítica, vivimos con una sensación de miedo, uno no sabe quién es quién, cuando un desconocido llega a comprar a la tienda uno se pone nervioso, porque no sabe si de verdad viene a comprar o es un atracador, es una zozobra constante”, explicó el tendero.
En el lugar donde está no hay presencia de la Policía y por eso asegura que la inseguridad se ha disparado, debido a que los delincuentes aprovechan que la autoridad no patrulla de manera constante.
“La Policía debería hacer patrullajes a pie, dejar de pedirle tantos papeles a los motociclistas y mirar mas bien quien es el que anda armado, porque esos si son peligrosos”, afirmó Manuel.
La situación de los tenderos se ha tornado peligrosa desde hace un tiempo, debido a que los delincuentes están al acecho y apenas ven la oportunidad los despojan del producido, lo peor es que en los últimos días los están matando o hiriendo como ocurrió con Becerra, el pasado lunes a la 1:30 de la tarde en cercanías a la glorieta Hernando Santana.
Oficio riesgoso
A voz del director de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Eloy Durán Acosta, el oficio de tendero es riesgoso en algunos sectores de la ciudad.
Para el líder gremial también falta solidaridad por parte de los mismos compañeros, “el enemigo más grande ni siquiera es la inseguridad y la delincuencia, es la falta de solidaridad, porque cada quien resuelve su problema como puede y no se preocupa por el vecino”.
En Valledupar existen registradas un promedio de 2.500 tiendas de barrio, cifra que varia mucho y que también crece de manera constante, debido a que es uno de los primeros negocios de emprendimiento u opción de ocupación cuando una persona recibe una liquidación.
Pero hoy la situación de inseguridad tiene pensando a más de uno, por los riesgos a los que se expone.
La situación de inseguridad en las tiendas de barrio es variada, “hay sectores en los cuales es muy complicado el ejercicio y otros en donde es mas relajada, aunque no hay estadísticas del número de atracos y hurto”, afirmó Durán Acosta.
Sin embargo, hay sectores como Mareigua en donde ejercer esta labor es complicada y no solo la de tendero, sino también la de distribución.
Según el director de Fenalco, cada vez que ingresan a la zona vehículos y mercancías, deben hacerle acompañamiento por la alta incidencia de atracos.
Soluciones
Entre las alternativas de solución en las que están trabajando, está el apoyo y acompañamiento en lo que han denominado zonas de alta incidencia de atracos, muchas de ellas al sur de la ciudad.
De igual forma, muchos negocios hoy tienen sistema de monitoreo y alarma que están integrados a la red de seguridad de la Policía y también ha crecido el tema de alarmas comunitarias.
El Comandante del Primer Distrito de Valledupar, Mayor, Diego Edinson Mora, explicó que desde la Policía están trabajando dos actividades, la primera que es un trabajo puerta a puerta en el que dieron a conocer los números de celulares del Cuadrante Seguro y la segunda, aunque no con todos los tenderos es la entrega de avanteles en las zonas de mayor afectación para que tengan comunicación fluida y ágil con la Fuerza Pública.
Mora aseguró que una de las situaciones que dificulta la labor de las autoridades es que la gente no denuncia, por lo que la Fiscalía no tiene como investigar porque desconoce los casos, “la invitación que nosotros hacemos es que la gente denuncie para poder nosotros entrar a investigar”.
Para la Secretaria de Gobierno Municipal, Paola Fragozo el decreto 0255 del 26 de julio que regula la venta de licor y pone hora a tiendas, estancos, entre otros establecimientos, beneficia a este sector, debido a que cuando están abiertos hasta altas horas de la noche puede llegar alguna persona y ejercer una actividad delictiva.
La funcionaria explicó que otra de las alternativas que está poniendo en práctica la administración tiene que ver con los avanteles para el fortalecimiento de la respuesta de las autoridades.
Los casos
Entre los hechos más lamentables en donde han sido heridos o muertos tenderos por atracarlos se encuentran el de Julio César Otero y Hernán Fabián Padilla heridos el pasado lunes en el barrio Primero de Mayo cuando delincuentes intentaron robar un camión repartidor de cervezas.
Ese mismo día fue herido Israel Castro y asesinado su sobrino y ayudante en la tienda, Juan David Becerra, el caso se presentó cuando los dos caminaban por la calle 21 en inmediaciones a la glorieta Hernando Santana.
Otro de los casos sonados se presentó en febrero pasado, cuando en el barrio San Joaquín fue asesinado Richard Quintero.
Medida justificada
Debido al malestar que se ha generado entre taxistas, tenderos y propietarios de estanco por las restricciones que impone el decreto 0255 del 26 de julio, la Secretaria de Gobierno, dijo que la medida está justificada en que busca brindarle una mejor calidad de vida al grueso de la población vallenata.
“No estamos intentando generar situaciones en grupo de interés menores, pido a la comunidad, a los ciudadanos que viven cerca de estos sectores que se pronuncien de si la medida ha impactado en esa mejora de su calidad de vida, porque nosotros estadísticamente comparando el fin de semana que no hubo aplicación de la medida con los dos fines de semana posteriores hemos encontrado que hemos impactando en una disminución del 30% de los casos que genera reporte de intranquilidad pública, riñas y accidentes de tránsito”, afirmó la Secretaria de Gobierno.
Fragozo explicó que muchas personas no se encuentran formalizadas para ejercer las actividades de acuerdo a los permisos y usos del suelo, por lo que en la medida que se formalice, cree que pueden llegar a un proceso de concertación, mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana.
En cuando al tema de las tiendas, la funcionaria dijo que estas son para la venta de abarrotes, no para el consumo de bebidas alcohólicas, “ellos lo que le manifestaron al Alcalde es que iban a ejercer su actividad al interior y no iban a generar ocupación del espacio público, de acuerdo a la revisión ese compromiso tiene que mantenerse o efectivamente volveremos a la medida anterior”.
La funcionaria recordó que en el tema de los estancos estos son para la venta de alcohol y tabaco, mas no para el consumo del producto, “pero lo que vemos es que ellos para mejorar el ingreso económico están ocupando el espacio público, colocando música hacia fuera y no están pensando en el vecino, ni en la persona que vive en el sector aledaño que en la noche tiene sus hijos y quiere llegar a dormir y no ejerce ninguna actividad, esa ponderación es la que debemos hacer”.
Los tenderos viven en zozobra constante por los atracos de los que son víctimas a diario.