El destino del exjefe paramilitar parece ser llegar a darle la cara a las víctimas que dejó como producto del conflicto armado en el país.
Por ahora el boleto de salida desde la cárcel de Estados Unidos del antiguo paramilitar Salvatore Mancuso apunta con destino hacia Colombia, luego que un juez federal a última hora no acogiera los argumentos de la defensa para frenar su llegada al territorio nacional.
Lee también: Emiten tres circulares rojas contra Salvatore Mancuso
Según el medio capitalino El Tiempo, la justicia norteamericana no avaló lo expuesto por la defensa de que su deportación al país y no a Italia era ilegal porque la decisión fue firmada por el Departamento de Seguridad Interna, DHS, y no por el fiscal general.
La administración de justicia extranjera habría recordado a la parte defensora que la determinación fue producto del Gobierno estadounidense en el marco del Acto de Nacionalidad e Inmigración, que le otorga esos poderes
Así las cosas, el destino del exjefe paramilitar parece ser llegar a darle la cara a las víctimas que dejó como producto del conflicto armado en el país.
Su llegada mantiene a la expectativa a todo un país porque Mancuso tiene cuentas pendientes en los tribunales de Justicia y Paz de Barranquilla y Cundinamarca, a causa de varios crímenes y masacres en regiones como Atlántico, el Cesar, Antioquia, entre otras.
No dejes de leer: Piden en extradición al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso
De hecho sus testimonios entregados en el marco de los procesos judiciales, por su controversial regreso, ha comenzado a salir a colación. En uno salpica al actual embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, a quien señala de haberse reunido con él en años anteriores en Córdoba y Valledupar en el marco de la creación de un bloque paramilitar.
Según el relato de Mancuso, grabado en video, Santos se reunió presuntamente con él en la capital del Cesar en el año 1997, más exactamente en el barrio el Novalito en una casa de los Gnecco donde le preguntó sobre la creación de un bloque paramilitar en Bogotá.
El destino del exjefe paramilitar parece ser llegar a darle la cara a las víctimas que dejó como producto del conflicto armado en el país.
Por ahora el boleto de salida desde la cárcel de Estados Unidos del antiguo paramilitar Salvatore Mancuso apunta con destino hacia Colombia, luego que un juez federal a última hora no acogiera los argumentos de la defensa para frenar su llegada al territorio nacional.
Lee también: Emiten tres circulares rojas contra Salvatore Mancuso
Según el medio capitalino El Tiempo, la justicia norteamericana no avaló lo expuesto por la defensa de que su deportación al país y no a Italia era ilegal porque la decisión fue firmada por el Departamento de Seguridad Interna, DHS, y no por el fiscal general.
La administración de justicia extranjera habría recordado a la parte defensora que la determinación fue producto del Gobierno estadounidense en el marco del Acto de Nacionalidad e Inmigración, que le otorga esos poderes
Así las cosas, el destino del exjefe paramilitar parece ser llegar a darle la cara a las víctimas que dejó como producto del conflicto armado en el país.
Su llegada mantiene a la expectativa a todo un país porque Mancuso tiene cuentas pendientes en los tribunales de Justicia y Paz de Barranquilla y Cundinamarca, a causa de varios crímenes y masacres en regiones como Atlántico, el Cesar, Antioquia, entre otras.
No dejes de leer: Piden en extradición al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso
De hecho sus testimonios entregados en el marco de los procesos judiciales, por su controversial regreso, ha comenzado a salir a colación. En uno salpica al actual embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, a quien señala de haberse reunido con él en años anteriores en Córdoba y Valledupar en el marco de la creación de un bloque paramilitar.
Según el relato de Mancuso, grabado en video, Santos se reunió presuntamente con él en la capital del Cesar en el año 1997, más exactamente en el barrio el Novalito en una casa de los Gnecco donde le preguntó sobre la creación de un bloque paramilitar en Bogotá.