En este sueño de olvido, casi tocando el cielo, dejaré una serenata a mamá, porque ella es el amor más grande del planeta, y vivirás por siempre al final del amor. Hoy no estás aquí para escuchar los vientos de Navidad cuando me domina el amor. Cuídalo Dios, porque sin ti, no hay cielo.
O. K. Hoy, en una hoja en blanco, tuve que escribir pa una mujer bonita y decirle que me tiraste al mar cuando estuve intensamente enamorado, pero me dejaste sin nada, y no voy a llorar. Eso duele, porque con mucho gusto, hice todo por ti en ese momento lindo de mi amor por ella. Hoy, quedan las locuras mías y serán el complemento de mi vida.
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Qué vaina tan difícil es tener que escribir en blanco y negro, para decirles a ustedes que no es casualidad y que el amor no muere, porque ya tengo quien me quiera, y vivir sin ti, y sin el amor de papá, no hay razón mi madrecita bella.
En los caminos de la vida quedarán veinte vidas más. Busca un confidente porque lo que quiero eres tú, nunca dudes de mí, porque cuando casi te olvidaba llegó la traga loca como una aplanadora a decirme, me gusta, me gusta. Pero yo no puedo vivir sin ti, aunque digas que tarde lo conocí.
Te dejé cuatro rosas, y pueda ser que no me extrañes con ese amor a siete mares, porque contigo no voy más hoy que la falla fue tuya muñequita de porcelana. Cómo le pago a mi Dios mi amor por ella. Cómo le doy mi vida. Por gustarte, aquí va ve vaina. Voy a esperarte como el fuerte, a besitos, para armar un pum pum cuando lleguen los millones de mi ex.
En este sueño de olvido, casi tocando el cielo, dejaré una serenata a mamá, porque ella es el amor más grande del planeta, y vivirás por siempre al final del amor. Hoy no estás aquí para escuchar los vientos de Navidad cuando me domina el amor. Cuídalo Dios, porque sin ti, no hay cielo.
Carlos Alberto Padilla González
En este sueño de olvido, casi tocando el cielo, dejaré una serenata a mamá, porque ella es el amor más grande del planeta, y vivirás por siempre al final del amor. Hoy no estás aquí para escuchar los vientos de Navidad cuando me domina el amor. Cuídalo Dios, porque sin ti, no hay cielo.
O. K. Hoy, en una hoja en blanco, tuve que escribir pa una mujer bonita y decirle que me tiraste al mar cuando estuve intensamente enamorado, pero me dejaste sin nada, y no voy a llorar. Eso duele, porque con mucho gusto, hice todo por ti en ese momento lindo de mi amor por ella. Hoy, quedan las locuras mías y serán el complemento de mi vida.
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Qué vaina tan difícil es tener que escribir en blanco y negro, para decirles a ustedes que no es casualidad y que el amor no muere, porque ya tengo quien me quiera, y vivir sin ti, y sin el amor de papá, no hay razón mi madrecita bella.
En los caminos de la vida quedarán veinte vidas más. Busca un confidente porque lo que quiero eres tú, nunca dudes de mí, porque cuando casi te olvidaba llegó la traga loca como una aplanadora a decirme, me gusta, me gusta. Pero yo no puedo vivir sin ti, aunque digas que tarde lo conocí.
Te dejé cuatro rosas, y pueda ser que no me extrañes con ese amor a siete mares, porque contigo no voy más hoy que la falla fue tuya muñequita de porcelana. Cómo le pago a mi Dios mi amor por ella. Cómo le doy mi vida. Por gustarte, aquí va ve vaina. Voy a esperarte como el fuerte, a besitos, para armar un pum pum cuando lleguen los millones de mi ex.
En este sueño de olvido, casi tocando el cielo, dejaré una serenata a mamá, porque ella es el amor más grande del planeta, y vivirás por siempre al final del amor. Hoy no estás aquí para escuchar los vientos de Navidad cuando me domina el amor. Cuídalo Dios, porque sin ti, no hay cielo.
Carlos Alberto Padilla González