La partida de Omar Geles, uno de los más grandes exponentes del vallenato, dejó un vacío profundo en el corazón de su familia, sus amigos y todos aquellos que crecieron y se emocionaron con su música. Sin embargo, su legado sigue vibrando en cada melodía, en cada homenaje y en el amor incondicional de quienes lo conocieron de cerca. Uno de ellos es su hermano, Juan “Juancho” Geles, quien, entre memorias y sentimientos encontrados, compartió con EL PILÓN cómo ha vivido el duelo y cómo sigue adelante aferrado al recuerdo del maestro.
Durante un emotivo diálogo, Juancho evocó una de las escenas más entrañables de su infancia, esa que marcaría, sin saberlo, el inicio de la leyenda. Recordó que, de manera casi mágica, en una reciente visita a una Institución Educativa en La Mina, municipio del Cesar, donde se ofrecía un homenaje al maestro Omar Geles, se reencontró con Oscar Negrete, el primer maestro de acordeón que tuvo en su niñez. Aquel encuentro removió memorias profundas: Juancho, con apenas siete años, había comenzado a demostrar su interés por la música de una forma inocente, imitando los movimientos de un acordeonero con los dedos sobre su pecho mientras su padre y sus amigos parrandeaban en el barrio Simón Bolívar. Fue su tío Ismael quien, al ver aquella escena, convenció a su padre, Roberto Geles, de regalarle un acordeón, presintiendo el talento escondido en aquel niño.
La llegada del instrumento fue una emoción desbordante para Juancho, quien, por un tiempo, tomó clases de acordeón. Sin embargo, su entusiasmo inicial se desvaneció rápidamente; lo único que logró aprender fue un sencillo pase de cumbia llamado “cumbia sanpuezana”. El acordeón quedó relegado en un rincón, y fue entonces cuando Omar, apenas un niño de cinco años, comenzó a acariciar las teclas y botones de aquel instrumento olvidado. Sin formación, sin guía, Omar logró interpretar “Lucero espiritual” ante el asombro de su familia, marcando el inicio de una historia musical que más tarde conquistaría escenarios nacionales e internacionales.
A lo largo de la conversación, Juancho no escondió el dolor que lo embarga desde la partida de su hermano. “Para mí, Omar muere todos los días”, confesó con la voz entrecortada. Cada noche, Juancho se acuesta tratando de encontrar algo de paz, pero cada mañana la realidad lo golpea de nuevo: su hermano ya no está. Esa ausencia se siente como una herida que no termina de cicatrizar, como un eco que retumba en cada acorde de acordeón que suena a lo lejos.
A pesar de ese dolor constante, Juancho encuentra fuerza en la presencia intangible de Omar. “Omar mismo me ha dado la fuerza para llevar su partida”, asegura, con la convicción de quien siente que el lazo fraternal trasciende incluso los límites de la vida y la muerte. Esa fuerza lo acompaña y lo impulsa a mantener vivo el legado de su hermano, a través de los recuerdos, de las canciones y del amor que sembró en cada persona que lo conoció.
Juancho también expresó su profundo agradecimiento al Festival de la Leyenda Vallenata por el homenaje durante esta versión del festival y a EL PILÓN por el homenaje que se realizará en honor a la vida y obra de Omar Geles durante el foro el próximo 29 de abril. Destacó especialmente el concurso infantil que se llevará durante el foro, que no solo celebran el legado musical del maestro, sino que también inspiran a nuevas generaciones a seguir sus pasos. “Estos homenajes han sido un alivio para el alma. Nos recuerdan que Omar no se ha ido del todo, que sigue presente en la música, en los niños que empiezan a soñar con un acordeón en las manos, en el pueblo que lo canta y lo celebra”, comentó. Es por eso que confirmó su presencia en la espera de ver un homenaje que según afirma, le resulta muy sentido.
Hoy, mientras el dolor persiste, también permanece viva la certeza de que Omar Geles dejó una huella imborrable, no solo como artista, sino como hermano, amigo y ser humano. Y en cada acorde que suena, en cada voz que entona una de sus canciones, su espíritu vuelve a nacer, renovando el amor que tantos sienten por él.
Por: Karoll Duarte / Practicante Areandina











