A una semana de las elecciones regionales, EL PILÓN entrevistó a Christian José Moreno, candidato a la Alcaldía de Valledupar. Moreno habló de política, propuestas, contrincantes y futuro. 

¿Cómo va la campaña? Los recorridos por los barrios…

Preocupado por lo que he encontrado. Hay mucha pobreza y necesidades insatisfechas en nuestra ciudad. En la margen derecha vimos personas improvisando una estufa con carbón y una parrilla de la parte metálica de un ventilador. El desayuno era medio plátano. 

Es triste ver tanta necesidad en Valledupar y que los recursos públicos no se estén invirtiendo bien, que la prioridad no sea la solución del hambre y la pobreza. Hay una deuda histórica con los barrios populares y más humildes de Valledupar.

¿Qué hacer para enfrentar el hambre en la ciudad?

Creo que otros cuatro años gobernados por el mismo círculo político no es la solución. La ciudad va año a año, gobierno tras gobierno, cayendo en sus indicadores sociales. Si seguimos tal cual seremos una ciudad fallida. En Valledupar hay una clase política totalmente deshumanizada de la realidad que viven los corregimientos y los barrios. No conocen a la Valledupar profunda. Se deshumanizaron. 

Ojalá los vallenatos despierten y entiendan que no podemos volvernos a equivocar votando por una candidatura que recogió una clase política detrás de intereses egoístas. Cada día absorben más el presupuesto público y a la ciudadanía no le queda nada.

¿No cree que el voto de opinión está esparcido?

Lamentablemente, varios candidatos se prestaron para ese juego: aspirar bajo una negociación de unos recursos. Eso le hace daño a la ciudad y favorecen al candidato de las maquinarias.

 Hay candidaturas que se creen dueños de la opinión, pero eso no se construye en una campaña ni con dos propuestas innovadoras y poco realizables. La opinión se construye con trabajo y planteando soluciones al territorio. 

Yo decidí plantear una campaña seria contra todas las mentiras y falsas noticias. Lo que recogí en la gente me llena de satisfacción, pero algunos candidatos me dejan mucho qué desear porque no tienen interés en que Valledupar cambie.

¿Se refiere a la imposibilidad de hacer alianzas? 

Me refiero a que hay candidatos que le juegan a las estructuras de poder. Jugaron a favor de los que mueven los hilos de poder. Muchos acuerdos ocultos saldrán a flote cuando termine la campaña. Varios candidatos tienen relación con los jefes de Ernesto Orozco y se creyeron los dueños de opinión.  

También me parece lamentable que haya un actor haciendo juego a que la división favorezca al candidato del continuismo. Ganan con cara, sello y canto. Se fabricaron tres campañas que jugaron en la misma estructura de poder. Eso impidió buscar acuerdos.  

¿Y qué hay detrás de Christian José Moreno?

Un apoyo de gente de sectores sociales. Nosotros salimos a recorrer Valledupar entendiendo que no nos íbamos a poner de acuerdo con la clase dirigente porque somos la antítesis de ellos. Además, ellos implementaron un modelo de gobierno en Valledupar en el que solo piensan en sus intereses.

Las leves recuperaciones de la ciudad no se deben a lo que ha hecho la clase gobernante. Se debe a una recuperación de la economía nacional. La administración ha terminado montando negocios personales, como las concesiones. 

Pero en algún momento usted estuvo con esa clase política…

Yo rompí mis vínculos con esos sectores porque me di cuenta que no me representaban. Nunca me sentí cómodo. Nadie puede decir que no he hecho oposición con carácter. Fui uno de los que presionó para que intervinieran Emdupar y el Hospital Rosario Pumarejo de López. Gracias a eso es uno de los mejores de la región. 

En su visión personal, ¿cuál es la realidad de Valledupar y la zona rural?

Es triste estar en el siglo XXI y que los corregimientos vivan en el siglo XIX. No hay agua potable, no hay alcantarillado. La gente sobrevive rodeada de elefantes blancos. Acueductos mal planeados, con bocatomas por encima del nivel de agua. 

¿De quién es la culpa?

De quienes nos han gobernado.

¿No hay culpa en la sociedad?

Yo creo que a la ciudadanía le ha hecho falta romper ese círculo. Esa ha sido mi tarea: hacerle ver a Valledupar que ya está bueno, que no puede volver a equivocarse. 

¿Romper cuál círculo?

En algunas zonas marginales votan por la ilusión que les venden los candidatos que llegan con grandes sumas económicas. En la margen derecha construyeron 50 metros de vía en pavimento en campaña. ¿Cuánto significa eso en cemento? Una vez se suben no le aportan ninguna solución a ese territorio.

La gente perdió la confianza en el político, entonces llega y hay que quitarle algo inmediato. Pero con eso compran el cheque para que el político desaparezca durante 4 años. Al gastar tanto dinero en una elección no podrá cumplirle al territorio, sino que le tocará concentrarse en una serie de negocios. 

Todos los candidatos han repetido: “Valledupar no se puede volver a equivocar. ¿Qué significa eso? 

Debe imperar el voto útil. Hay un juego en el que la rosca política gana con cara, sello y canto. Hay un candidato del continuismo que reunió a toda la clase política: Ernesto Orozco. Hay otra candidatura que lamentablemente no entendió su momento y se desdibujó haciendo mandados que le impidieron sentarse a conversar, como es la de Miguel Morales. 

Y Camilo Quiroz se perdió en el proceso, y no entendió de fondo que el voto de opinión en Valledupar no se construye planteando cosas que no resuelven las necesidades básicas de los vallenatos. 

 No entendió que en política, cuando se trata de construir ciudad muchas veces hay que dejar los procesos personales a un lado y pensar en grande. 

¿Qué es el voto útil? 

El voto útil es posible y necesario para derrotar el continuismo. Es votar por una alternativa probada, jugada, con resultados en Valledupar. Transformaremos a Valledupar.

 He cometido errores, como todo ser humano, pero siempre he sido serio y responsable con Valledupar. He actuado con vehemencia. He sido un luchador de causas sociales. Me indigna que unos pocos cada día sean más ricos, y el resto de la sociedad viva en pobreza. 

Por Deivis Caro