Colombia sigue siendo un exportador de productos primarios. En el 2018, petróleo, carbón y café sumaron el 65% del total de las exportaciones colombianas. Sólo el carbón, representó el 18% de las mismas. De los 42.000 millones de dólares, del total de las ventas al exterior, 7.500 millones fueron carbón.
Esto equivale a más de tres veces el ingreso obtenido por exportaciones de café, a 10 veces el valor de las ventas de banano y a 15 veces el valor de las exportaciones de flores.
En las últimas dos décadas, la participación del sector carbonífero dentro de las exportaciones colombianas ha presentado un incremento de casi 14pp (gráfica 1) al pasar de representar el 4% al 18%.
La relevancia del sector carbonífero es alta, de hecho para el 2017 el 20% de los ingresos de la nación por concepto de regalías provenían de el, lo que representó cerca de 2 billones de pesos.
Está claro que el comportamiento de la economía de éste mineral, tanto en sus precios como en su producción, afecta de manera importante la economía nacional y sobre todo la de algunas regiones, en particular las de nuestro interés, Cesar y La Guajira. Por eso, las condiciones socioeconómicas de estos dos departamentos podrían verse afectadas por un deterioro del sector.
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Actualmente, la principal actividad económica del Cesar es la extracción del carbón. Este hecho obedece a que la participación de dicho sector dentro del valor agregado del Cesar se ha incrementado notoriamente. Desde 2005 hasta 2018, la explotación minera pasó de representar el 38,2% al 42,8% del PIB departamental, mientras que antes de 1993 era prácticamente inexistente.
Este incremento se ha visto compensado por una disminución en la participación del sector agropecuario (gráfica 2), pues en el mismo periodo se vio una caída de casi 6pp, al llegar a representar solo el 8% del PIB departamental. Como argumentamos, el bolsillo de los cesarences depende del carbón, mientras que su apego y sentimentalismo está ligado al campo.
Con este aumento de la extracción del carbón, en los últimos 13 años la participación del Cesar sobre el total agregado nacional se ubicó en cerca del 2%. Para el 2018, por cada 100 pesos producidos en la Nación, $ 2.1 los generaba el departamento, de los cuales $ 0.9 provenían del sector minero (gráfica 3).
El Cesar genera el doble de la riqueza que La Guajira y un 60% más que el Magdalena, por ejemplo. Si se excluyera el sector minero de los cálculos, la participación del Cesar en la economía nacional disminuiría de 2,1% a 1,2%.
Como consecuencia de este crecimiento carbonífero, hoy en día el PIB del Cesar es altamente dependiente de dicho, pues la correlación entre ambos factores es de 0.9 (gráfica 4). Lo anterior implica que la tasa de crecimiento de la economía agregada del departamento depende casi en su totalidad del comportamiento de las explotaciones de carbón. Este hecho está poniendo en riesgo la sostenibilidad misma de los ingresos del Cesar, pues desde el 2016 se ha presentado un deterioro en la producción nacional de carbón que ha afectado los ingresos departamentales.
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Para el 2018, la producción nacional de carbón disminuyó en 7,4pp y 17,4pp en el valor exportado. Dicha caída estuvo explicada en un 80% por una contracción en la producción del Cesar y La Guajira en 4 millones de toneladas y 1 millón, respectivamente.
De esos 4 millones en el Cesar, 3 corresponden a una caída en la producción en la Jagua de Ibiríco. Este hecho es relevante, teniendo en cuenta que los municipios mineros del Cesar (La Jagua de Ibiríco, Becerril y El Paso) pesan más del 35% del PIB total departamental (gráfica 5), por lo que este deterioro en el sector carbonífero afectó las finanzas territoriales.
De hecho, para el 2018 el valor agregado del Cesar decreció 1,3pp, como consecuencia de una caída de casi 3,9pp en el sector minero (gráfica 4).
Es importante mencionar que este comportamiento negativo en el sector carbonífero no estuvo en línea con los buenos resultados que mostraron otras actividades mineras, como la extracción petrolera y de gas (gráfica 6).
Los departamentos petroleros como el Meta, Arauca y Casanare han mostrado un crecimiento económico positivo desde 2016, pues dichos subsectores aportaron positivamente en 0.75pp al PIB nacional. Contrario a esto, el Cesar y La Guajira se posicionaron en 2018 como aquellos con mal desempeño económico dentro del grupo de los departamentos mineros (donde el sector minero pesa más del 30% del PIB).
Este análisis es relevante en la medida en que, términos absolutos, el ingreso total del Cesar es levemente mayor al del Casanare, casi cuatro veces que el de Arauca y cerca de 5 veces que el de Putumayo.
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En relación con el PIB de Colombia hay varios aspectos por mencionar. Desde el 2005 hasta el 2013, las tendencias en el PIB nacional y departamental eran similares, con una correlación de 0.7. Sin embargo, a partir del 2014, la economía colombiana ha mostrado un comportamiento decreciente, mientras que la del Cesar es muy volátil entre periodos (gráfica 7).
Esto se debe a que solo el 2% del PIB nacional está explicado por las actividades del Cesar y, por ende, a pesar de que Colombia esté en busca de una diversificación económica, el departamento depende cada vez más de la extracción del carbón.
Como conclusión podemos decir, que es indispensable que el departamento empiece a diversificar su economía, con el fin de disminuir de un lado la dependencia fiscal frente a las fuentes mineras, pero de otro lado, para que existan otras fuentes generadoras de riqueza departamental.
Por: Cesore