Envito, como cariñosamente es llamado Ender Contreras, lucha por salvar su vida y ahora por olvidar el acontecimiento traumático de la caída de la avioneta.
Entre finales de 2023 e inicios de 2024 la vida de Ender Enrique Contreras Fernández cambió para siempre. El pasado 22 de diciembre, el menor de 11 años presentó síntomas de fiebre, dolor de cabeza, dolor de estómago, hematomas en el cuerpo y debilidad, por lo que inmediatamente fue internado en el Hospital San Rafael de San Juan del Cesar donde el cuerpo médico, luego de la realización de estudios, comenzó a sospechar sobre el posible pronóstico de leucemia, noticia que solo fue confirmada hasta su llegada a Valledupar.
El 23 de diciembre, Envito, como cariñosamente es llamado, fue remitido hasta la Clínica Médicos de la capital del Cesar, para ser tratado por un especialista que pudiera verificar la sospecha de cáncer en la sangre que ya se tenía, dictamen que fue verificado de carácter agudo, de modo que, el menor debía tratarse de manera rápida para evitar complicaciones.
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Una vez conocida la triste noticia, Elizabeth Fernández, madre del menor, quien presenta afectación de salud, luego de entender y asumir el diagnóstico procedió a explicarle la situación al pequeño para que este fuera fuerte y luchara contra el miedo que en ese momento tenía.
Pese a ser un paso muy complejo, Contreras Fernández lo entendió y por encima de su sensibilidad y corta edad asumió la novedad con madurez. “Él es un niño que en estos momentos está asustado, pero al hablar con él y manifestarle lo fuerte que es, se tranquiliza”, reveló su hermana Liliana Montier.
Con el paso de los días Ender inició más exámenes, cuidados y pruebas de atención para el inicio de un tratamiento con quimioterapias que esperaba con mucha ilusión, lo que no sabía era que este paso fundamental para su recuperación le iba a generar lesiones traumáticas por el registro de un accidente.
EL ACCIDENTE
Alrededor de las 11 a. m. del domingo 7 de enero, Ender Contreras salió de Valledupar en una avioneta tipo ambulancia con destino al aeropuerto Guaimaral, en cercanías a Bogotá, para tratar su enfermedad, pero pocos minutos después de despegar, la avioneta cayó en cercanías al aeropuerto Alfonso López Pumarejo de Valledupar, aparentemente por una falla mecánica.
El accidente dejó como saldo la muerte de una persona y 5 heridos, entre estos, el menor a quien Dios le dio una nueva oportunidad de vida para seguir batallando contra su enfermedad.
Milagrosamente, el pequeño, quien en el momento de los hechos iba en compañía de su madre, está fuera de peligro, pero permanece en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Médicos del municipio por afectaciones en golpes y trauma por los hechos.
“Yo tengo miedo, nunca se me va a olvidar lo que tengo en mi mente y no voy a poder dormir en la noche porque recuerdo los gritos”, fueron las primeras palabras del menor al ver a su hermana Liliana Montier quien agradeció a Dios porque su madre y hermano están bien. “Esto es un milagro”, expresó.
UN NIÑO CON MUCHAS GANAS DE VIVIR
Ender Enrique Contreras Fernández es un pequeño de 11 años que reside en el barrio de invasión 16 de Julio en San Juan del Cesar, La Guajira. Es de nacionalidad venezolana y cuando tenía un año de vida fue traído a Colombia por su mamá en busca de un mejor bienestar y desde entonces no ha vuelto a su tierra natal, el municipio de Concepción en Zulia.
El menor cumple años el 29 de julio, vive con sus padres y hermanos con edades de 8, 10 y 21 años, cursa tercer grado de primaria en el Megacolegio José Eduardo Guerra en San Juan del Cesar y le gusta leer, jugar y compartir con sus amigos.
“Es inteligente, hiperactivo, le va muy bien en el colegio, le encantan las matemáticas y siempre es nombrado como uno de los mejores estudiantes”, reveló Liliana Montier, la mayor y única hermana mujer del menor, quien, paradójicamente, por primera vez tiene un accidente.
Envito, como cariñosamente es llamado Ender Contreras, lucha por salvar su vida y ahora por olvidar el acontecimiento traumático de la caída de la avioneta.
Entre finales de 2023 e inicios de 2024 la vida de Ender Enrique Contreras Fernández cambió para siempre. El pasado 22 de diciembre, el menor de 11 años presentó síntomas de fiebre, dolor de cabeza, dolor de estómago, hematomas en el cuerpo y debilidad, por lo que inmediatamente fue internado en el Hospital San Rafael de San Juan del Cesar donde el cuerpo médico, luego de la realización de estudios, comenzó a sospechar sobre el posible pronóstico de leucemia, noticia que solo fue confirmada hasta su llegada a Valledupar.
El 23 de diciembre, Envito, como cariñosamente es llamado, fue remitido hasta la Clínica Médicos de la capital del Cesar, para ser tratado por un especialista que pudiera verificar la sospecha de cáncer en la sangre que ya se tenía, dictamen que fue verificado de carácter agudo, de modo que, el menor debía tratarse de manera rápida para evitar complicaciones.
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Una vez conocida la triste noticia, Elizabeth Fernández, madre del menor, quien presenta afectación de salud, luego de entender y asumir el diagnóstico procedió a explicarle la situación al pequeño para que este fuera fuerte y luchara contra el miedo que en ese momento tenía.
Pese a ser un paso muy complejo, Contreras Fernández lo entendió y por encima de su sensibilidad y corta edad asumió la novedad con madurez. “Él es un niño que en estos momentos está asustado, pero al hablar con él y manifestarle lo fuerte que es, se tranquiliza”, reveló su hermana Liliana Montier.
Con el paso de los días Ender inició más exámenes, cuidados y pruebas de atención para el inicio de un tratamiento con quimioterapias que esperaba con mucha ilusión, lo que no sabía era que este paso fundamental para su recuperación le iba a generar lesiones traumáticas por el registro de un accidente.
EL ACCIDENTE
Alrededor de las 11 a. m. del domingo 7 de enero, Ender Contreras salió de Valledupar en una avioneta tipo ambulancia con destino al aeropuerto Guaimaral, en cercanías a Bogotá, para tratar su enfermedad, pero pocos minutos después de despegar, la avioneta cayó en cercanías al aeropuerto Alfonso López Pumarejo de Valledupar, aparentemente por una falla mecánica.
El accidente dejó como saldo la muerte de una persona y 5 heridos, entre estos, el menor a quien Dios le dio una nueva oportunidad de vida para seguir batallando contra su enfermedad.
Milagrosamente, el pequeño, quien en el momento de los hechos iba en compañía de su madre, está fuera de peligro, pero permanece en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Médicos del municipio por afectaciones en golpes y trauma por los hechos.
“Yo tengo miedo, nunca se me va a olvidar lo que tengo en mi mente y no voy a poder dormir en la noche porque recuerdo los gritos”, fueron las primeras palabras del menor al ver a su hermana Liliana Montier quien agradeció a Dios porque su madre y hermano están bien. “Esto es un milagro”, expresó.
UN NIÑO CON MUCHAS GANAS DE VIVIR
Ender Enrique Contreras Fernández es un pequeño de 11 años que reside en el barrio de invasión 16 de Julio en San Juan del Cesar, La Guajira. Es de nacionalidad venezolana y cuando tenía un año de vida fue traído a Colombia por su mamá en busca de un mejor bienestar y desde entonces no ha vuelto a su tierra natal, el municipio de Concepción en Zulia.
El menor cumple años el 29 de julio, vive con sus padres y hermanos con edades de 8, 10 y 21 años, cursa tercer grado de primaria en el Megacolegio José Eduardo Guerra en San Juan del Cesar y le gusta leer, jugar y compartir con sus amigos.
“Es inteligente, hiperactivo, le va muy bien en el colegio, le encantan las matemáticas y siempre es nombrado como uno de los mejores estudiantes”, reveló Liliana Montier, la mayor y única hermana mujer del menor, quien, paradójicamente, por primera vez tiene un accidente.