De los 25 municipios del Cesar en 16 se cultiva mango, representados en 2.000 hectáreas. Existe en: Valledupar, La Jagua de Ibirico, La Paz, San Diego, Chimichagua, Pelaya, Chiriguaná, Codazzi, El Copey, Becerril, Tamalameque, San Martín, Pailitas, Curumaní, Aguachica, Rio de Oro.
Así lo dio a conocer el secretario de Agricultura, Carlos Eduardo Campo Cuello, quien expresó su complacencia de que un cultivo de la región esté ad portas de exportar mango a Europa (el cual fue publicado en este medio el 14 de noviembre), sobretodo porque fue apoyado por el Incentivo a la Capitalización Rural ICR del departamento.
“Ahora se utiliza el mango Keitt, una variedad con cascara gruesa, verde, uniforme, adaptada, con un paquete tecnológico, mejor definido y mayor desarrollado que el de antes”, acotó.
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Rememoró que un grupo de agricultores (Jorge Eliécer Quintero, Javier Yamin, Rodolfo Campo Soto, Abraham Romero y Guillermo Castro Mejía) se reunieron hace 20 años atrás y armaron una cooperativa Cofrub, donde se lograron exportar más de 20 contenedores de mango vallenato y mango Kent con rumbo hacia Inglaterra.
“No se continuó la exportación por múltiples razones y luego no se continuó la exportación hasta el año 2014 cuando una empresa familiar llevó muestras en Paris, Polonia, Austria, entre otras localidades; sin embargo, el fenómeno de El Niño canceló esa posibilidad cuando prevían 100 toneladas de mango Kent. Los arboles por déficit hídrico soltaron la fruta antes de tiempo y no se pudo seguir con la exportación”, dijo.
REPAROS A LA EXPORTACIÓN
Gloria Jiménez, una emprendedora antioqueña que exportó mango hace 20 años a Europa, aseguró a este medio que la experiencia fue desfavorable por muchos aspectos que no tuvieron en cuenta a la hora de exportar esa clase de fruta por barcos.
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“Europa es un mercado muy exigente en cuanto a la calidad de la fruta. Como era la primera vez que se exportaba mango de un país tan lejano a Europa tocó un viaje de 20 días en barco. No teníamos idea de unos parámetros que debía tener la fruta para que llegara al destino en buen estado, por lo que los primeros siete contenedores los tiraron al mar”, argumentó.
Y añadió: “El mango es una fruta muy delicada para transportarla por este medio; debido al oleaje del mar se quema la cáscara con el rose y esa mancha oscura es rechazada en los supermercados. Lo primero que hacen cuando llega un contenedor al puerto es revisar la carga y si la mayoría tienen esas manchas no lo dejan entrar y la tiran al mar porque dicen que pueden haber desarrollado parásitos que afectarían la agricultura del país”.
De acuerdo a Jiménez, hay que tener en cuenta una serie de medidas para garantizar un feliz término en la exportación que va desde la siembra de la fruta, donde se debe tener en cuenta el horario en que se riega el cultivo, los horarios en que se van a agarrar las frutas y el tratamiento.
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“Por avión también se puede transportar pero por tratarse de una fruta de gran tamaño y peso encarece mucho el flete en avión y no vale la pena tanto trabajo y sacrificio enorme por poca ganancia. De todas esas fallas nos dimos cuenta años después cuando ingenieros agrónomos de Europa nos asesoraron, pero fue tarde cuando perdimos más de mil millones de pesos, que nos dejaron a mí y a mi esposo sin ganas de intentarlo de nuevo”, acotó la empresaria.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMIREZ / EL PILÓN
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