Los periodistas entrevistados para este trabajo coinciden en señalar que el asesinato de Amparo, y luego de Guzmán, generó una afectación en el ejercicio del periodismo vallenato a la luz de categorías como censura, autocensura y silenciamiento. Poco se menciona y recuerda el caso de Martín; el asesinato de La Rotta a manos de paramilitares cierra la década de 1995–2005 y está relacionado con la imposición del silencio del proyecto de Mercenarismo de Estado.
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En la prensa vallenata y cesarense quedan secuelas del pasado y a sus miembros les ha sido difícil trabajar después del asesinato de tres trabajadores de los medios en una década. Aún persisten las prácticas de silenciamiento mediante amenazas y se preguntan si vale la pena seguir informando y arriesgando en un país que no garantiza la vida de quienes ejercen el derecho a la libertad de prensa y expresión. El periodismo vallenato perdió rigor investigativo y capacidad de análisis en una generación de periodistas que se autocensuró y el oficio se convirtió en una actividad de registro, “prácticamente nos autocensuramos”, comenta Jaime José ‘JJ’ Daza.
El periodista Martín Mendoza, de la nueva generación de comunicadores, afirma que la muerte de Guzmán Quintero marcó un antes y un después en el periodismo vallenato. “Antes de él había un periodismo atrevido que él venía liderando en el tema de investigaciones de la conformación de grupos armados, pero luego de su muerte llega la autocensura de los periodistas en los medios”. El asesinato de Guzmán sigue teniendo eco en las salas de redacción de los medios vallenatos, todavía persiste el temor y la autocensura, es prohibido pronunciar ciertos nombres y existen temas vetados. “Hay algunos brotes de volver a ese periodismo atrevido de investigación de denuncias graves sobre violación de derechos humanos, algunas en responsabilidad de las fuerzas del Estado, poco a poco se está volviendo al periodismo ideal que es al periodismo sin censura”, en palabras de Mendoza.
Además de la amenaza de la eliminación física y de los grupos armados, enla autocensura también influyen factores como la corrupción, los grupos políticos y los empresarios cuando la información publicada afecta sus intereses económicos, entre otras razones que conocen ‘los grandes medios’, por ello cuando hacen sus trabajos de investigación no utilizan al equipo humano de la región, sino que envían periodistas de Bogotá. “Poner a un periodista acá a hacer ese periodismo de denuncia atrevida también es ponerlo en riesgo”, explica Martín.
El periodismo verdadero, critico, incomoda. “Después de la muerte de Guzmán, después de varios años, ha habido un resurgir del periodismo de pronto no lo ideal, pero se está comenzando a despertar otra vez el periodismo ideal en la región”, aclara el periodista Martín Mendoza.
El periodista José Urbano Céspedes indica quela muerte de Guzmán fue un hecho que dolió, marcó y llevó a repensar un poco más “¿Cómo hacíamos nosotros nuestro ejercicio periodístico?”, dice haber moderado el lenguaje: “Yo opté por cambiar un poco el lenguaje que utilizaba en las notas”. Los periodistas empezaron a tomar medidas. “Yo la verdad sí debo reconocer que me hice mi autocuidado si queremos determinarlo como autocensura”, los periodistas se llenaron de miedo ante el antecedente y precedente de la muerte de Amparo Jiménez.
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“Cuando ya dos periodistas en la misma ciudad son asesinados por el accionar de los armados ya te lleva a repensar las cosas y a mirar de que es en serio, que no es un juego, que estábamos en un momento muy crucial en el país, estábamos en medio de un conflicto que por ende como periodistas debíamos ser muy responsables debíamos autocuidarnos y pensar también en nuestras familias obviamente”, explica el periodista José Urbano Céspedes.
Debido a las afectaciones, el gremio de periodistas se volvió más solidario y actúa como colectivo frente a la defensa de algún ataque contra uno de los integrantes de las organizaciones de periodistas existentes en Valledupar, Cesar, por parte de una entidad, institución del Estado, la empresa privada o un particular. “La historia nos ha dicho que el camino es hacer gremio, tratar de estar unidos”, agrega Céspedes.
Para Aquiles Hernández Saurith, expresidente del Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, el asesinato de Guzmán Quintero genera un rompimiento, irrumpe, hace eclosión, en la generación de Guzmán que también es su generación, la de Galo Bravo, Álvaro Oviedo, Enrique Camargo, entre otros. En palabras de Aquiles, el miedo fracturó a esta generación, “y comenzó a hacer carrera la autocensura… con la muerte de Guzmán hay una parálisis total, un miedo que todavía no ha sido superado”.
Aquiles, al igual que José Urbano, plantea que las redes sociales son un dispositivo que mejora la seguridad de los periodistas porque a través de ellas se defiende de ataques a los comunicadores y protege al gremio cuando la ciudadanía informa primero a través de las redes sociales y luego el periodista le da profundidad a esa información que devela la sociedad civil a través de las herramientas digitales sin que el comunicador se convierta en objetivo militar.
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Otra de las metodologías implementadas para disminuir la violencia contra los periodistas consiste en no firmar los trabajos asumiendo la responsabilidad el medio; firma la sala de redacción. Otro de los métodos es el trabajo en equipo: radio, prensa, televisión, redes sociales, medios comunitarios. La pregunta es ¿a quién le disparan? Ejercicios de trabajo colectivo para evitar el ataque de los victimarios, según los testimonios que participaron de este trabajo.
Hamilton Fuentes/ EL PILÓN