Diomedes Díaz creció escuchando a sus padres Rafael María Díaz y Elvira Maestre hablar de la devoción a la Virgen del Carmen porque en su tierra La Junta, La Guajira, es una fiesta tradicional.
Hace 29 años Diomedes Díaz contó en la canción de su autoría ‘Un canto celestial’ que el acordeonero Juan Humberto Rois Zúñiga, le había hecho un bonito regalo llenándolo de la más grande alegría. Se trató de una estatua de la Virgen del Carmen y además reveló el lugar donde la tenía. “Me regaló Juancho Roís la virgen, me regaló la Virgen del Carmen, y ahora, la tengo en Carrizal, la tierra, donde yo nací…”.
En aquel momento y con esa pista había que ir a buscarla y el recorrido se inició en Valledupar llegando a San Juan del Cesar, La Guajira, después al corregimiento de La Junta, emprendiendo finalmente el camino a Carrizal. Para llegar a la finca ‘Los brasilitos’ después de abrir el portillo ubicado a un lado de la vía, se recorrieron exactamente 20 minutos a pie, pasando por un camino agreste y quebrado donde se sentía el olor a campo que se impregnaba en la piel.
La aventura culminó al ver a la distancia una casa donde, al llegar, el recibimiento lo hizo una señora, brindando esa mañana una especial atención con un tinto caliente y galletas de soda. Enseguida preguntó, el motivo de la visita y al contarle aceptó.
Es así como en la sala de la cómoda casa estaba la Virgen del Carmen, la misma citada en la canción rodeada de flores, velas, afiches, una Biblia y tenía tapada la corona con un sombrero vueltiao que el propio Diomedes Díaz, le puso el día que la llevó. En aquel instante entre todos se hizo una oración.
Enseguida tomó la palabra Ana Mercedes González, quien con uno de sus hijos cuidaba la finca. “Diomedes trajo la Virgen del Carmen. Desde ese momento la limpiamos, le ponemos sus velas, flores, le rezamos con fe y devoción. Ella nos cuida y libra de todo mal”.
Al indagarle sobre las visitas de Diomedes a ese lugar, señaló: “Él vino acá varias veces y siempre decía que la virgen se la había regalado Juancho Rois. Cada vez que llegaba se arrodillaba, lloraba, rezaba y hasta le pedía muchas cosas a la Virgen del Carmen”. Enseguida manifestó que la devoción de ‘El Cacique de La Junta’ a la santa patrona era única. “Él fue un fiel devoto y ella lo protegió”.
Al regresar con la historia recogida en el propio terreno, se calcó la radiografía de ‘El cantor campesino’, ese que supo batirse a canto limpio y con la inspiración que nunca le faltó para ganarse el más grande lugar de honor en la música vallenata. Y lo logró sacando a relucir una célebre frase: “Virgen del Carmen dame vida, dame salud, que lo demás lo resuelvo yo”.
En el registro sonoro de las canciones grabadas por Diomedes Díaz, hay una apreciable cantidad de menciones a la Virgen del Carmen, y entre ellas se resaltan las siguientes. “La vida me ha golpeado más de dos veces, pero yo he sido un hombre muy optimista. Ay ve, gracias Virgen del Carmen, por darme tantas cosas bonitas”. Canción ‘Mi primera cana’.
“Virgen, Virgen del Carmen linda, solo te pido vida pa’ querer esa mujer. Esa, que en mi esperanza brilla, como la luz divina, de un bello amanecer”. Canción ‘Puro amor’. “Y el mes de Julio en su afán va de paso, y cuantas penas se quedan conmigo. Y el 16 se queda en mi regazo, Virgen del Carmen porque soy tu hijo”. Canción ‘A mitad del camino’.
Diomedes Díaz creció escuchando a sus padres Rafael María Díaz y Elvira Maestre hablar de la devoción a la Virgen del Carmen porque en su tierra La Junta, La Guajira, es una fiesta tradicional. Cuando él comenzó a cantar la Virgen del Carmen nunca faltó en sus versos, cantos y oraciones. Por eso se hizo común que en sus distintas presentaciones le regalaran postales e imágenes de diversos tamaños.
No dejes de leer: La promesa que Diomedes Díaz no pudo cumplirle a la Virgen del Carmen
Por espacio de cinco minutos en la canción ‘Volver a vivir’, cuya producción musical salió el 12 de noviembre de 1998, Diomedes Díaz, ‘El Cacique de La Junta’, contó todas las vicisitudes que pasó por una terrible enfermedad. Todo sucedió cuando le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré, el cual lo mantuvo postrado en una cama y en silla de ruedas por varios meses. Cuando salió la canción su fanaticada lloró por el testimonio triste y sincero, dándole aliento para seguir en el camino del folclor. Y siempre la Virgen del Carmen estuvo presente en sus palabras.
Aquel lejano domingo 22 de diciembre de 2013, cuando Diomedes Díaz Maestre se despidió de la vida, su nombre quedó escrito en el amplio libro de la música vallenata donde aparecen cantos, versos y esa letra donde la Virgen del Carmen conjuga todo lo divino de la vida. “El 16 de Julio es la fiesta de la Virgen del Carmen. Ese fue el día que le escuche al padre, que Dios a todos nos tiene en cuenta…”.
En aquella inspiración de la canción ‘Mi muchacho’, ‘El Cacique de La Junta’, puso de presente su humildad e inspiración al regalar un verso donde se pinta la realidad que cada uno vive a su manera. “Por eso es que la vida es un baile que con el tiempo damos la vuelta”. Una vuelta que muchas veces hace sonreír o llorar, y enseguida es preciso rezar con devoción o regalar un verso como si la piqueria fuera con uno mismo.
“Sé que la vida es un baile, y la experiencia nos guía, gracias mi Virgen del Carmen, por cuidarme noche y día. Por darme sabiduría y nunca desampararme”.
Diomedes Díaz hizo el milagro de que sus millones de seguidores tuvieran comunicación directa con la Virgen del Carmen, esa que él amó desde muy niño. Gracias Virgen del Carmen.
Por Juan Rincón Vanegas.
Diomedes Díaz creció escuchando a sus padres Rafael María Díaz y Elvira Maestre hablar de la devoción a la Virgen del Carmen porque en su tierra La Junta, La Guajira, es una fiesta tradicional.
Hace 29 años Diomedes Díaz contó en la canción de su autoría ‘Un canto celestial’ que el acordeonero Juan Humberto Rois Zúñiga, le había hecho un bonito regalo llenándolo de la más grande alegría. Se trató de una estatua de la Virgen del Carmen y además reveló el lugar donde la tenía. “Me regaló Juancho Roís la virgen, me regaló la Virgen del Carmen, y ahora, la tengo en Carrizal, la tierra, donde yo nací…”.
En aquel momento y con esa pista había que ir a buscarla y el recorrido se inició en Valledupar llegando a San Juan del Cesar, La Guajira, después al corregimiento de La Junta, emprendiendo finalmente el camino a Carrizal. Para llegar a la finca ‘Los brasilitos’ después de abrir el portillo ubicado a un lado de la vía, se recorrieron exactamente 20 minutos a pie, pasando por un camino agreste y quebrado donde se sentía el olor a campo que se impregnaba en la piel.
La aventura culminó al ver a la distancia una casa donde, al llegar, el recibimiento lo hizo una señora, brindando esa mañana una especial atención con un tinto caliente y galletas de soda. Enseguida preguntó, el motivo de la visita y al contarle aceptó.
Es así como en la sala de la cómoda casa estaba la Virgen del Carmen, la misma citada en la canción rodeada de flores, velas, afiches, una Biblia y tenía tapada la corona con un sombrero vueltiao que el propio Diomedes Díaz, le puso el día que la llevó. En aquel instante entre todos se hizo una oración.
Enseguida tomó la palabra Ana Mercedes González, quien con uno de sus hijos cuidaba la finca. “Diomedes trajo la Virgen del Carmen. Desde ese momento la limpiamos, le ponemos sus velas, flores, le rezamos con fe y devoción. Ella nos cuida y libra de todo mal”.
Al indagarle sobre las visitas de Diomedes a ese lugar, señaló: “Él vino acá varias veces y siempre decía que la virgen se la había regalado Juancho Rois. Cada vez que llegaba se arrodillaba, lloraba, rezaba y hasta le pedía muchas cosas a la Virgen del Carmen”. Enseguida manifestó que la devoción de ‘El Cacique de La Junta’ a la santa patrona era única. “Él fue un fiel devoto y ella lo protegió”.
Al regresar con la historia recogida en el propio terreno, se calcó la radiografía de ‘El cantor campesino’, ese que supo batirse a canto limpio y con la inspiración que nunca le faltó para ganarse el más grande lugar de honor en la música vallenata. Y lo logró sacando a relucir una célebre frase: “Virgen del Carmen dame vida, dame salud, que lo demás lo resuelvo yo”.
En el registro sonoro de las canciones grabadas por Diomedes Díaz, hay una apreciable cantidad de menciones a la Virgen del Carmen, y entre ellas se resaltan las siguientes. “La vida me ha golpeado más de dos veces, pero yo he sido un hombre muy optimista. Ay ve, gracias Virgen del Carmen, por darme tantas cosas bonitas”. Canción ‘Mi primera cana’.
“Virgen, Virgen del Carmen linda, solo te pido vida pa’ querer esa mujer. Esa, que en mi esperanza brilla, como la luz divina, de un bello amanecer”. Canción ‘Puro amor’. “Y el mes de Julio en su afán va de paso, y cuantas penas se quedan conmigo. Y el 16 se queda en mi regazo, Virgen del Carmen porque soy tu hijo”. Canción ‘A mitad del camino’.
Diomedes Díaz creció escuchando a sus padres Rafael María Díaz y Elvira Maestre hablar de la devoción a la Virgen del Carmen porque en su tierra La Junta, La Guajira, es una fiesta tradicional. Cuando él comenzó a cantar la Virgen del Carmen nunca faltó en sus versos, cantos y oraciones. Por eso se hizo común que en sus distintas presentaciones le regalaran postales e imágenes de diversos tamaños.
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Por espacio de cinco minutos en la canción ‘Volver a vivir’, cuya producción musical salió el 12 de noviembre de 1998, Diomedes Díaz, ‘El Cacique de La Junta’, contó todas las vicisitudes que pasó por una terrible enfermedad. Todo sucedió cuando le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré, el cual lo mantuvo postrado en una cama y en silla de ruedas por varios meses. Cuando salió la canción su fanaticada lloró por el testimonio triste y sincero, dándole aliento para seguir en el camino del folclor. Y siempre la Virgen del Carmen estuvo presente en sus palabras.
Aquel lejano domingo 22 de diciembre de 2013, cuando Diomedes Díaz Maestre se despidió de la vida, su nombre quedó escrito en el amplio libro de la música vallenata donde aparecen cantos, versos y esa letra donde la Virgen del Carmen conjuga todo lo divino de la vida. “El 16 de Julio es la fiesta de la Virgen del Carmen. Ese fue el día que le escuche al padre, que Dios a todos nos tiene en cuenta…”.
En aquella inspiración de la canción ‘Mi muchacho’, ‘El Cacique de La Junta’, puso de presente su humildad e inspiración al regalar un verso donde se pinta la realidad que cada uno vive a su manera. “Por eso es que la vida es un baile que con el tiempo damos la vuelta”. Una vuelta que muchas veces hace sonreír o llorar, y enseguida es preciso rezar con devoción o regalar un verso como si la piqueria fuera con uno mismo.
“Sé que la vida es un baile, y la experiencia nos guía, gracias mi Virgen del Carmen, por cuidarme noche y día. Por darme sabiduría y nunca desampararme”.
Diomedes Díaz hizo el milagro de que sus millones de seguidores tuvieran comunicación directa con la Virgen del Carmen, esa que él amó desde muy niño. Gracias Virgen del Carmen.
Por Juan Rincón Vanegas.