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Don Pilo - 15 febrero, 2019

El lote de la vergüenza

Como es privado ninguno de los vecinos puede intervenir, pero el dueño tampoco hace vigilancia, por eso, de noche es una pequeña olla de narcotráfico.

Este terreno de día es un basurero y de noche los guardias intentan evitar que se convierta en una olla.

foto/sergiomcgreen
Este terreno de día es un basurero y de noche los guardias intentan evitar que se convierta en una olla. foto/sergiomcgreen
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De entrada a OGB, a la derecha el conjunto residencial Amarilo y a la izquierda un lote privado abandonado de más de 100 metros de largo que la indigencia convirtió en el mayor desafío de los vecinos.

Como es privado ninguno de los vecinos puede intervenir, pero el dueño tampoco hace vigilancia, por eso, de noche es una pequeña olla de narcotráfico a 10 metros de la primera manzana del OGB. De noche es una olla y de día un basurero. Los desechos terminan en el canal que pasa por el lote. En algún momento se habló de la construcción de una iglesia pero el proyecto se quedó en palabras.

Fui testigo de que la única utilidad del terreno lleno de yerba y basura es una pequeña carpa levantada sobre un árbol en la que dos mujeres venden almuerzos. La parte de ellas es la única aseada.

Si el propietario, que no vive en el barrio, no decide invertir o construir en el lote, lo único que pueden hacer los habitantes del OGB es limpiarlo cada vez sea posible y evitar que lo invadan como lo han intentado varias veces.

Don Pilo
15 febrero, 2019

El lote de la vergüenza

Como es privado ninguno de los vecinos puede intervenir, pero el dueño tampoco hace vigilancia, por eso, de noche es una pequeña olla de narcotráfico.


Este terreno de día es un basurero y de noche los guardias intentan evitar que se convierta en una olla.

foto/sergiomcgreen
Este terreno de día es un basurero y de noche los guardias intentan evitar que se convierta en una olla. foto/sergiomcgreen
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De entrada a OGB, a la derecha el conjunto residencial Amarilo y a la izquierda un lote privado abandonado de más de 100 metros de largo que la indigencia convirtió en el mayor desafío de los vecinos.

Como es privado ninguno de los vecinos puede intervenir, pero el dueño tampoco hace vigilancia, por eso, de noche es una pequeña olla de narcotráfico a 10 metros de la primera manzana del OGB. De noche es una olla y de día un basurero. Los desechos terminan en el canal que pasa por el lote. En algún momento se habló de la construcción de una iglesia pero el proyecto se quedó en palabras.

Fui testigo de que la única utilidad del terreno lleno de yerba y basura es una pequeña carpa levantada sobre un árbol en la que dos mujeres venden almuerzos. La parte de ellas es la única aseada.

Si el propietario, que no vive en el barrio, no decide invertir o construir en el lote, lo único que pueden hacer los habitantes del OGB es limpiarlo cada vez sea posible y evitar que lo invadan como lo han intentado varias veces.