El Chagas es una enfermedad tropical que se transmite por el parásito Trypanosoma Cruzi o Chinche afectando el sistema digestivo y el corazón de quienes la padecen. Los individuos más vulnerables a esta enfermedad han sido las poblaciones indígenas del Caribe y otras zonas de Colombia.
La educación y la pedagogía ha sido una de las cosas elementales en las que ha trabajado Anderson Ramírez, en los pueblos amerindios Kogui y Wiwa para iniciar su proyecto de investigación con la enfermedad de Chagas. Esto con el fin de que las comunidades puedan concientizarse acerca de la importancia de prevenir enfermedades, según el genetista y magister en Genética Humana, lo primero era enseñarles a leer. La tasa de analfabetismo de estas poblaciones es muy elevada y este hecho aumenta las afectaciones que tienen sobre su salud: “Lo que he estado haciendo con ellos es la parte de la educación porque las tasas de analfabetismo en ellos son muy altas y así es mucho más complicado implementar acciones de prevención de enfermedades tropicales en esas comunidades cuando no saben ni siquiera leer un folleto”, dijo el biólogo.
Los líderes de estos grupos étnicos han recibido capacitación para que lleven un mensaje a sus poblaciones. Además, el proyecto de este genetista vallenato ha estado encaminado a los estudios, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Chagas en estos sectores. Este programa ha sido socializado con los mamos, líderes y comisarios para que los indígenas accedan a la donación de las muestras de sangre, está destinado para ser consolidado y presentado por la Universidad de la Guajira considerando que es el lugar donde reside la mayor parte de los asentamientos con los que se pretende ejecutar este trabajo; “La experiencia que he tenido en la parte molecular y genética de la enfermedad de Chagas ha sido en la secretaría de Salud del Cesar, lo que hacía era insectos treatominos (chinches) y sacaba las heces y se extraía el paracito al que se le saca el ADN y con él se hacía una caracterización molecular. La idea es implementar esas acciones en la Guajira, ya no extrayendo el ADN del Parásito de las heces del insecto sino extrayendo el ADN del parasito de las muestras de sangre de los indígenas que estén infectados”, dijo el candidato a doctor en Biología de la Universidad de Antioquia.
CIFRAS EN EL CESAR
Según un Informe del Instituto Nacional de Salud en 2017 en el Cesar se presentaron 28 casos confirmados de Chagas, uno de ellos agudo. En el 2018 en el departamento se presentó un caso de Chagas agudo con fiebre como síntoma frecuente con un porcentaje de 46.2 % seguido de hepatomegalia (agrandamiento del hígado) con el 23.1 %. En el caso de Chagas crónico, este mismo año se presentaron 213 casos pertenecientes a diferentes resguardos de indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y en Cesar 12; Casanare con el mayor número de casos probables que fue de 35 seguido de la Guajira con 19. En toda Colombia el mayor número de casos de presentó en individuos de la población indígena con un total de 248. Algunos casos de indígenas infectados no han sido reportados a razón de que los ‘Mamos’ de sus comunidades se encargan de sus tratamientos.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, basado en informes del 2015, estimó que alrededor de 5.742.167 personas están infectadas con T. Cruzi (el parásito que produce la enfermedad de Chagas) en 21 países de América Latina. Donde la mayor población con esta patología se concentra en Argentina, Brasil, México y Bolivia.
IMPACTO SOCIAL DE LA INVESTIGACIÓN
A través de este programa los indígenas tienen más conocimiento de la enfermedad. Algunos han estado usando elementos para protegerse de los animales que transmiten esta infección, han cambiado el techo de palmas de sus casas por unos de zinc, en el caso de las parcelas; “Han optado por cambiar el techo de palma a techos de zinc esto a nivel de las parcelas porque para ellos las construcciones de palma en los asentamientos indígenas es algo cultural y eso es incambiable, pero en las parcelas retiradas de los pueblos algunas ya han implementado este cambio precisamente porque a estos insectos les gusta esconderse en este tipo de materiales, en las palmas secas que usan como techo”, comentó el genetista.
Con este proyecto de investigación financiado por la Universidad de la Guajira a través de la División de Investigación y Extensión, se espera disminuir la incidencia con la que aparece la enfermedad y que esta disminuya a largo plazo, teniendo en cuenta que seguirán arduamente las investigaciones genéticas para esta enfermedad que afecta la vida de muchas poblaciones indígenas.
MARIAM ALMEIDA CUJIA / EL PILÓN
marianjufe@hotmail.com