Luego de la última sesión del Consejo Directivo surgieron 8 recusaciones entre los representantes y delegados, las cuales afectaron el quórum, por eso, siguiendo la norma, la Procuraduría es la encargada de resolverla.
Días atrás, ante la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, se eligieron los nuevos representantes de las comunidades negras. Como representante principal fue elegido José Tomás Márquez, y como suplente María Beatriz Torres.
Con esta elección, la entidad completó los trece miembros del Consejo Directivo, el cual es el encargado de elegir director. Cabe recordar que el Consejo de Estado declaró nula la elección de John Valle Cuello, en marzo de este año, lo que abrió las puertas a nuevas elecciones en la institución, que está bajo interinidad desde febrero de 2020 cuando se decretó la suspensión provisional del entonces director.
Actualmente, la directora encargada es Yolanda Martínez. Elegida en julio de 2020, contar con las mayorías dentro del Consejo Directivo le ha permitido direccionar la entidad con cierta tranquilidad. Sin embargo, hay consenso alrededor de la necesidad de iniciar un nuevo proceso y elegir director.
No obstante, un ‘festival’ de recusaciones tiene el proceso en el aire. “Es una elección bastante accidentada. Nosotros hemos estado prestos a elegir director en propiedad, que es lo más sano para la institución, sin embargo las recusaciones, de ambos lados, han impedido avanzar el proceso, lo cual fue lo que nos solicitó el Consejo de Estado”, explicó una fuente de la institución.
Cuando habla de “ambos lados” el directivo se refiere a los bandos políticos que se disputan la dirección de la corporación. De un lado está el grupo apoyado por los Gnecco (que perdió la dirección con la salida de Jhon Valle). Cálculos superficiales señalan que la casa Gnecco cuenta con 5 votos en el Consejo Directivo: el gobernador del Cesar o su representante (que actúa como presidente) y cuatro alcaldes del departamento.
Del otro lado de la raya están el delegado del ministro de Ambiente, un delegado del presidente de la República, dos representantes de los gremios productivos de Valledupar, dos representantes de ONG’s, un representante de las comunidades indígenas y uno de las comunidades negras.
Justo, luego de un accidentado proceso, fueron elegidos los representantes de las comunidades negras. Esta elección es importante porque en julio de 2020, Yolanda Martínez fue elegida como directora encargada de Corpocesar con una diferencia de un voto frente a Federico Martínez, candidato de los Gnecco: 7 contra 6 fue el resultado. Uno de esos votos fue el del representante suplente de las comunidades negras, Juan Gómez, clave para derrotar la casa departamental, que tenía el control de la entidad bajo la cabeza de Jhon Valle.
Juan Aurelio Gómez, entonces representante suplente, había demandado a José Tomás Márquez, quien fungía como representante principal, juicio que terminó con la nulidad de su elección. Sin embargo Márquez se presentó de nuevo y quedó electo.
Si al igual que el suplente se mantiene en el grupo de la actual directora (de la misma línea del exdirector Kaleb Villalobos), mantendrán sin problemas la mayoría para así elegir director en propiedad. No obstante, en el tiempo cercano parece que no habrá ‘humo blanco’ por el festival de las recusaciones.
Luego de la última sesión del Consejo Directivo surgieron 8 recusaciones entre los representantes y delegados, las cuales afectaron el quórum, por eso, siguiendo la norma, la Procuraduría es la encargada de resolverla. “Lo que preocupa es que una vez se resuelvan las actuales recusaciones lleguen otras recusaciones porque hace falta otro consejo directivo”, explicó una autoridad de la corporación.
Antecedentes hay de otras corporaciones que demoraron hasta año y medio para elegir nuevo director. En ese tipo de casos, cuando se denota ‘saboteo’ interno a través de las recusaciones (medida legal pero cuestionable), muchas veces es la misma Procuraduría la que debe llamar la atención o lanzar advertencias a los funcionarios para que elijan director. “El tiempo es incierto. La corporación no es ajena a las disputas políticas”, señaló un miembro del Consejo Directivo.
Por Redacción EL PILÓN
Luego de la última sesión del Consejo Directivo surgieron 8 recusaciones entre los representantes y delegados, las cuales afectaron el quórum, por eso, siguiendo la norma, la Procuraduría es la encargada de resolverla.
Días atrás, ante la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, se eligieron los nuevos representantes de las comunidades negras. Como representante principal fue elegido José Tomás Márquez, y como suplente María Beatriz Torres.
Con esta elección, la entidad completó los trece miembros del Consejo Directivo, el cual es el encargado de elegir director. Cabe recordar que el Consejo de Estado declaró nula la elección de John Valle Cuello, en marzo de este año, lo que abrió las puertas a nuevas elecciones en la institución, que está bajo interinidad desde febrero de 2020 cuando se decretó la suspensión provisional del entonces director.
Actualmente, la directora encargada es Yolanda Martínez. Elegida en julio de 2020, contar con las mayorías dentro del Consejo Directivo le ha permitido direccionar la entidad con cierta tranquilidad. Sin embargo, hay consenso alrededor de la necesidad de iniciar un nuevo proceso y elegir director.
No obstante, un ‘festival’ de recusaciones tiene el proceso en el aire. “Es una elección bastante accidentada. Nosotros hemos estado prestos a elegir director en propiedad, que es lo más sano para la institución, sin embargo las recusaciones, de ambos lados, han impedido avanzar el proceso, lo cual fue lo que nos solicitó el Consejo de Estado”, explicó una fuente de la institución.
Cuando habla de “ambos lados” el directivo se refiere a los bandos políticos que se disputan la dirección de la corporación. De un lado está el grupo apoyado por los Gnecco (que perdió la dirección con la salida de Jhon Valle). Cálculos superficiales señalan que la casa Gnecco cuenta con 5 votos en el Consejo Directivo: el gobernador del Cesar o su representante (que actúa como presidente) y cuatro alcaldes del departamento.
Del otro lado de la raya están el delegado del ministro de Ambiente, un delegado del presidente de la República, dos representantes de los gremios productivos de Valledupar, dos representantes de ONG’s, un representante de las comunidades indígenas y uno de las comunidades negras.
Justo, luego de un accidentado proceso, fueron elegidos los representantes de las comunidades negras. Esta elección es importante porque en julio de 2020, Yolanda Martínez fue elegida como directora encargada de Corpocesar con una diferencia de un voto frente a Federico Martínez, candidato de los Gnecco: 7 contra 6 fue el resultado. Uno de esos votos fue el del representante suplente de las comunidades negras, Juan Gómez, clave para derrotar la casa departamental, que tenía el control de la entidad bajo la cabeza de Jhon Valle.
Juan Aurelio Gómez, entonces representante suplente, había demandado a José Tomás Márquez, quien fungía como representante principal, juicio que terminó con la nulidad de su elección. Sin embargo Márquez se presentó de nuevo y quedó electo.
Si al igual que el suplente se mantiene en el grupo de la actual directora (de la misma línea del exdirector Kaleb Villalobos), mantendrán sin problemas la mayoría para así elegir director en propiedad. No obstante, en el tiempo cercano parece que no habrá ‘humo blanco’ por el festival de las recusaciones.
Luego de la última sesión del Consejo Directivo surgieron 8 recusaciones entre los representantes y delegados, las cuales afectaron el quórum, por eso, siguiendo la norma, la Procuraduría es la encargada de resolverla. “Lo que preocupa es que una vez se resuelvan las actuales recusaciones lleguen otras recusaciones porque hace falta otro consejo directivo”, explicó una autoridad de la corporación.
Antecedentes hay de otras corporaciones que demoraron hasta año y medio para elegir nuevo director. En ese tipo de casos, cuando se denota ‘saboteo’ interno a través de las recusaciones (medida legal pero cuestionable), muchas veces es la misma Procuraduría la que debe llamar la atención o lanzar advertencias a los funcionarios para que elijan director. “El tiempo es incierto. La corporación no es ajena a las disputas políticas”, señaló un miembro del Consejo Directivo.
Por Redacción EL PILÓN