El ganadero y agricultor cesarense fue el único que asistió al encuentro para relatar los horrores de la guerra.
Después de varios años el ganadero Roberto Lacouture Méndez, secuestrado por las Farc en 1989 en el Cesar, tuvo la oportunidad de tener un ‘cara a cara’ con sus victimarios en la Comisión de la Verdad para contar los horrores de la violencia que sufrió en el marco del conflicto armado que se vivió en el territorio nacional.
Durante su intervención Lacouture Méndez dejó claro que no está de acuerdo con el proceso de paz, pero que reconoce la importancia de que los desmovilizados no vuelvan a las armas.
“Después de mi secuestro a mi familia la persiguieron. Tuvimos 15 secuestros, a un tío lo asesinaron… No estuvimos de acuerdo en ningún momento con este acuerdo de paz que se armó para nosotros, para las víctimas en el departamento del Cesar y la costa; no estuvimos de acuerdo cómo fue llevado a cabo, queríamos que los responsables fueran a la cárcel y no al Congreso”, manifestó.
Añadió que a pesar de todo, el proceso debe continuar y que los exmilitantes de las Farc tenían que moderar el discurso, dado que ‘tenían aún las armas en la boca’ para dar sus declaraciones en el Congreso de la República.
“Esa paz también hay que hacerla, la paz del verbo, bajarle a la entonación de altivez con la que a veces se muestran. Nosotros las víctimas en este proceso fuimos olvidados porque se nos hizo a un lado y se dedicaron más a complacer a las Farc”, subrayó Lacouture.
La desgarradora declaración fue escuchada por los que en ese entonces fueron cabecillas del grupo guerrillero, que estuvieron detrás del flagelo que azotó a los departamentos del Cesar y La Guajira.
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“Con la persecución volaron nuestras fincas, nuestros negocios, mataron las vacas y hasta nuestros trabajadores en algunas ocasiones. ¡Qué tristeza!, el horror de la guerra es inconcebible como ellos lo hicieron, pero es necesario parar y seguir adelante; es necesario que todos los colombianos nos llenemos de amor”, precisó el ganadero evidentemente conmocionado.
Su historia hace parte de al menos las 21.396 víctimas de secuestro de las Farc que ha documentado la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.
El ganadero y agricultor fue el único cesarense que compartió escenario con Ingrid Betancourt, quien también estuvo privada de la libertad por seis años por el grupo guerrillero. En el evento, estuvo acompañado de su esposa, Diana Daza, que también intervino para contar la manera en que el secuestro afectó el núcleo familiar.
“Estoy aquí buscando sanar mi corazón, buscando perdonar a las personas que ocasionaron este sufrimiento, este hecho que dejó tantas secuelas en nosotros, que después de 31 años nos preguntamos por qué sucedió. Es posible aportar un poquito de arena para que lo que vivimos nosotros no lo vivan las otras generaciones”, dijo Daza.
Posteriormente, el turno fue para Abelardo Caicedo Colorado, conocido en la guerra como ‘Solís Almeida’, quien aseguró que era difícil escuchar a las víctimas por el daño ocasionado.
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“Vale más un mal acuerdo que una guerra perfecta. Soy un convencido de que el paso que dimos es trascendental para la reconciliación de este país, la que la generación de nosotros no pudimos vivir porque yo ingresé muy joven a la guerrilla, no había sacado la cédula. El Estado me hizo guerrillero, yo era un campesino, pero la persecución del Estado me llevó a la guerrilla”, afirmó Caicedo.
Reconoció, además, que ocasionó dolor en el transcurso de los enfrentamientos que obtuvieron con la Fuerza Pública, por lo que ratificó que el proceso de paz cobró relevancia. Finalmente, agradeció que Roberto Lacouture en el posconflicto haya contribuido en la capacitación a los desmovilizados.
Tras culminar el encuentro el ganadero en conversaciones con EL PILÓN también precisó que era necesario mejorar la participación de las víctimas en proceso.
“El perdón es muy difícil; yo todavía no estoy en capacidad de hacerlo. Sin embargo, estoy tratando de trabajar en cómo acercarme al perdón, pero lo que no puedo hacer es olvidar todo el daño que me hicieron no solo a mí sino a mi familia”, acotó.
Lacouture Méndez ve con ‘buenos ojos’ que se pueda materializar las curules en el congreso para las víctimas, las cuales fueron creadas en el acuerdo firmado entre el Gobierno y las FARC en 2016.
“Eso sí podría mejorar la participación y ayudaría muchísimo, pero hace falta que ellos moderen un poco la forma en cómo se expresan porque los que hacen la paz se supone que deben bajar el tono, ya que se les ha dado todo”, finalizó.
El ganadero y agricultor cesarense fue el único que asistió al encuentro para relatar los horrores de la guerra.
Después de varios años el ganadero Roberto Lacouture Méndez, secuestrado por las Farc en 1989 en el Cesar, tuvo la oportunidad de tener un ‘cara a cara’ con sus victimarios en la Comisión de la Verdad para contar los horrores de la violencia que sufrió en el marco del conflicto armado que se vivió en el territorio nacional.
Durante su intervención Lacouture Méndez dejó claro que no está de acuerdo con el proceso de paz, pero que reconoce la importancia de que los desmovilizados no vuelvan a las armas.
“Después de mi secuestro a mi familia la persiguieron. Tuvimos 15 secuestros, a un tío lo asesinaron… No estuvimos de acuerdo en ningún momento con este acuerdo de paz que se armó para nosotros, para las víctimas en el departamento del Cesar y la costa; no estuvimos de acuerdo cómo fue llevado a cabo, queríamos que los responsables fueran a la cárcel y no al Congreso”, manifestó.
Añadió que a pesar de todo, el proceso debe continuar y que los exmilitantes de las Farc tenían que moderar el discurso, dado que ‘tenían aún las armas en la boca’ para dar sus declaraciones en el Congreso de la República.
“Esa paz también hay que hacerla, la paz del verbo, bajarle a la entonación de altivez con la que a veces se muestran. Nosotros las víctimas en este proceso fuimos olvidados porque se nos hizo a un lado y se dedicaron más a complacer a las Farc”, subrayó Lacouture.
La desgarradora declaración fue escuchada por los que en ese entonces fueron cabecillas del grupo guerrillero, que estuvieron detrás del flagelo que azotó a los departamentos del Cesar y La Guajira.
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“Con la persecución volaron nuestras fincas, nuestros negocios, mataron las vacas y hasta nuestros trabajadores en algunas ocasiones. ¡Qué tristeza!, el horror de la guerra es inconcebible como ellos lo hicieron, pero es necesario parar y seguir adelante; es necesario que todos los colombianos nos llenemos de amor”, precisó el ganadero evidentemente conmocionado.
Su historia hace parte de al menos las 21.396 víctimas de secuestro de las Farc que ha documentado la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.
El ganadero y agricultor fue el único cesarense que compartió escenario con Ingrid Betancourt, quien también estuvo privada de la libertad por seis años por el grupo guerrillero. En el evento, estuvo acompañado de su esposa, Diana Daza, que también intervino para contar la manera en que el secuestro afectó el núcleo familiar.
“Estoy aquí buscando sanar mi corazón, buscando perdonar a las personas que ocasionaron este sufrimiento, este hecho que dejó tantas secuelas en nosotros, que después de 31 años nos preguntamos por qué sucedió. Es posible aportar un poquito de arena para que lo que vivimos nosotros no lo vivan las otras generaciones”, dijo Daza.
Posteriormente, el turno fue para Abelardo Caicedo Colorado, conocido en la guerra como ‘Solís Almeida’, quien aseguró que era difícil escuchar a las víctimas por el daño ocasionado.
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“Vale más un mal acuerdo que una guerra perfecta. Soy un convencido de que el paso que dimos es trascendental para la reconciliación de este país, la que la generación de nosotros no pudimos vivir porque yo ingresé muy joven a la guerrilla, no había sacado la cédula. El Estado me hizo guerrillero, yo era un campesino, pero la persecución del Estado me llevó a la guerrilla”, afirmó Caicedo.
Reconoció, además, que ocasionó dolor en el transcurso de los enfrentamientos que obtuvieron con la Fuerza Pública, por lo que ratificó que el proceso de paz cobró relevancia. Finalmente, agradeció que Roberto Lacouture en el posconflicto haya contribuido en la capacitación a los desmovilizados.
Tras culminar el encuentro el ganadero en conversaciones con EL PILÓN también precisó que era necesario mejorar la participación de las víctimas en proceso.
“El perdón es muy difícil; yo todavía no estoy en capacidad de hacerlo. Sin embargo, estoy tratando de trabajar en cómo acercarme al perdón, pero lo que no puedo hacer es olvidar todo el daño que me hicieron no solo a mí sino a mi familia”, acotó.
Lacouture Méndez ve con ‘buenos ojos’ que se pueda materializar las curules en el congreso para las víctimas, las cuales fueron creadas en el acuerdo firmado entre el Gobierno y las FARC en 2016.
“Eso sí podría mejorar la participación y ayudaría muchísimo, pero hace falta que ellos moderen un poco la forma en cómo se expresan porque los que hacen la paz se supone que deben bajar el tono, ya que se les ha dado todo”, finalizó.