El día en que Carmen fue mordida por una serpiente, ella, su suegro y el padre de su hijo se dirigieron al monte en busca de mangos. “Fue un 2 de mayo y tenía cinco meses de embarazo”, recuerda. Carmen es residente de una zona rural en el corregimiento de La Vega Arriba. Aunque su hijo nació sano y, según los médicos, tendrá antídoto de por vida en la sangre, este último, ya un hombre de 31 años, fue uno de los 333 casos de accidentes ofídicos confirmados en el Cesar durante 2024.
Las mordeduras de serpiente son más frecuentes en áreas rurales, representando casi el 50 % de los casos en el departamento y el 61 % a nivel nacional. El hijo de Carmen sufrió una mordedura de boquidorá, también conocida como mapaná, una víbora que se encuentra entre las más venenosas de Sudamérica, mientras estaba en una plantación de palma.
El Cesar es el tercer departamento con más casos
En 2024, Colombia reportó 5.301 casos de accidentes ofídicos, resultando en 24 fallecimientos. Antioquia lideró con 641 casos, seguida por Córdoba con 447, y Cesar con 333. A pesar de que la mayoría de los casos a nivel nacional y local se clasifican como leves, esto se debe en gran parte al uso de antiveneno.
Carmen, habitante de una zona rural con acceso limitado a atención médica debido a transporte escaso y costoso, optó por tratar los síntomas en casa. Relata que sintió una picadura en el pie y, siguiendo el consejo de su acompañante, regresó para identificar la causa.
“A mí no me dio miedo porque yo dije, ‘Si es alguna culebra, me mata la impresión.’ Bueno, seguimos el camino, cuando yo llego abajo de un palo de mango siento que estoy sudando demasiado”, cuenta Carmen. Es importante destacar que la mordedura en el pie es la más común, con 193 casos reportados en 2024, seguida por mordeduras en miembros superiores con 65 casos y en dedos de pies y manos con 53.
Serpientes involucradas
La persona que falleció el año pasado en el Cesar a causa de una picadura de serpiente fue atacada por una boquidorá o mapaná, del género Bothrops, la misma especie que mordió a Carmen y a su hijo. En total, se registraron 229 casos de mordeduras por esta serpiente, de un total de 333 incidentes. El 74 % de estos casos ocurrieron durante actividades agrícolas, especialmente en cultivos de palma, aunque también se relacionaron con caminatas por senderos abiertos.
Las boquidorás no se alimentan de humanos; atacan cuando la actividad humana invade su hábitat. Su dieta se compone principalmente de mamíferos pequeños, aves, lagartijas, iguanas y otras serpientes. Estas serpientes detectan a los animales de sangre caliente mediante la percepción del calor corporal, lo que explica por qué suelen morder las piernas y los pies. Pueden presentar una variedad de colores, desde marrón hasta gris.
En segundo lugar, se encuentran las mordeduras de serpientes no identificadas, con un total de 78 casos. Las serpientes cascabel ocupan un lugar menor en el registro, con sólo 12 casos reportados.
Sabiduría rural
Los habitantes de los corregimientos del norte relatan que a menudo recurren a remedios caseros para tratar las mordeduras de serpientes. Carmen cuenta que supo que había sido mordida por una “boquidorá” al notar moretones en su piel y sangrado en diversas partes de su cuerpo. La hinchazón en la pierna y el abdomen le impidió caminar, dejándola postrada en una silla el resto del embarazo. Sin embargo, el bebé no presentó problemas. El curandero del corregimiento le hizo tomar un café concentrado, asegurando que, de no hacerlo, “la criatura que esperaba ‘brincaría’ de forma anormal, [y] saltaría de su vientre”.
Los ancianos de La Vega Arriba le explicaron a Carmen que las serpientes que atacan a mujeres embarazadas mueren porque, aparentemente, las embarazadas poseen un veneno que las “emboba”. Le curaron y le “quebraron” la hinchazón. Al nacer, el niño tenía una mancha blanca en el ojo, seguida de una protuberancia de carne roja en la piel. El médico le preguntó si había sido mordida por alguna serpiente, a lo que ella respondió afirmativamente, añadiendo que la habían curado con plantas. El médico comentó que el niño ahora estaba “curado contra la culebra”. A pesar de ser uno de los casos de mordedura de “boquidorá” del año anterior, el joven sobrevivió.
Por: Katlin Navarro/ EL PILÓN










