Hace un poco más de dos años, el joven Andrés David Fuentes Yepes una vez terminó el bachillerato ingresó a prestar su servicio militar en la Policía Nacional y durante su instancia reconoció lo que para él sería su proyecto de vida: servirle a la comunidad.

Por eso, a pesar del costo de estar alejado de su familia decidió partir de su lugar de residencia localizada en la manzana 3 con casa 11 del barrio Villa Haydith de Valledupar para radicarse un tiempo en Bogotá y estudiar en la Escuela de Cadetes ‘General Francisco de Paula Santander’ de la Policía Nacional.

“Decía papi quiero ir a la Policía pero quiero ser grande y voy para los grandes. Su deseo era llegar a ser general”, recordó su prima, Norelbis Reyes.

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Sin embargo, el muchacho durante el año y medio de estadía en la escuela también mostró sus cualidades de deportista de alto rendimiento y se llegó a ganar en competencia individual una medalla de plata en los Juegos Interescuelas de la Policía Nacional, ECSAN 2018.

Con ese esfuerzo y dedicación quizá Andrés David Fuentes Yepes hubiese sido, en efecto, un futuro general en servicio a la nación. Pero una mañana del 17 de enero del 2019 un sujeto intempestivamente ingresó en carro a la escuela de cadetes y de un tajo con un bombazo acabó con las ilusiones de Fuentes Yepes, y de paso con las de 21 compañeros del estudiante.

El fuerte estallido se sintió en los metros a la redonda del sector de Muzú, sur de la ciudad, y en el acto dejó sin vida a 10 personas y otras malheridas. De ahí en adelante cada hora o día sumaba víctimas fatales.

Según las primeras versiones, el vehículo quedó registrado por cámaras de seguridad y se movilizaba a alta velocidad por la autopista sur y al llegar a su destino final habría violado los controles de la guardia para pasar por encima de los conos ubicados en la portería.

El inmolado terrorista ocasionó que desde las primeras horas del día el país fijara sus ojos en Bogotá, Distrito Capital, y que en una rápida acción la Fiscalía General de la Nación dejara al descubierto su identidad y develara las primeras hipótesis de los determinadores del hecho.

Se trataba de José Aldemar Rojas, alias Kiko Mocho, natural de Puerto Boyacá, de 56 años de edad, quien aparentemente conducía la camioneta Nissan Patrol gris, cargada con 80 kilos de pentolita, la cual detonó.

RINDEN HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS

Un año después del atentado el departamento se unió a los actos en honor y conmemoración que el país rindió a los 22 cadetes muertos.

El acto tuvo lugar en el comando del Departamento de la Policía Cesar ubicado en Valledupar. En este participaron los miembros de la institución y la familia del vallenato Andrés David Fuentes, quien falleció el 8 de febrero del 2019 cuando se encontraba recluido en un centro asistencial.

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“Ha sido un año muy difícil, de verdad que todavía parece que fuera ayer. Gracias a la Policía que ha estado muy pendiente, nos ha apoyado y ha sido un excelente acompañamiento”, manifestó Norelbis Reyes, quien agregó:

“Andrés era un niño muy alegre, familiar, de verdad que es un dolor tan grande que solo Dios nos dará la fortaleza poco a poco, es muy difícil”.

El 10 de febrero, los restos del joven quien tenía 22 años de edad fueron trasladados desde Bogotá hacia la capital del Cesar donde los esperó una cantidad de ciudadanos que repudiaban el hecho.

“Yo me quedé aterrada el día que lo trajeron a Valledupar de ver como lo querían sus amigos, tanto que es la hora y algunos se van al cementerio y pasan la mañana allá, porque Andrés tenía un corazón muy humilde”, acotó la prima del fallecido.

Su historia junto con las demás fue recordada en el homenaje que realizó la institución y el cual comenzó con una eucaristía.

“Quisimos con esta misa, con ese movimiento de pañuelos, con ese minuto de silencio, decirles que son nuestros héroes y darles todo el apoyo a las familias de cada uno de nuestros 22 cadetes”, puntualizó el teniente coronel Giovanni Benavides, comandante (e) de Policía Cesar.

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¿QUÉ HA PASADO?

La Procuraduría General de la Nación abrió investigación contra el director Nacional de Escuelas de la Policía Nacional, mayor general Carlos Enrique Rodríguez González, y la directora de la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander, brigadier general Juliette Giomar Kure Parra, por considerar que hubo fallas de seguridad.

“Se ordenó la práctica de nuevas pruebas tendientes a establecer el trámite que se dio a la valoración integral de seguridad física que realizó la Dirección de Inteligencia de la Policía, los protocolos implementados para brindar seguridad al personal y a las instalaciones y las acciones puestas en marcha para detectar las fallas de seguridad y los correctivos adoptados”, reza el comunicado de la Procuraduría.

El ente de control tratará de establecer si estos incurrieron en faltas disciplinarias con respecto a la seguridad en la escuela.
El proceso disciplinario del Ministerio Público lo asumió el pasado 20 de agosto.

HAY CAPTURADOS

Por estos hechos fueron detenidos por las autoridades Wilson Arévalo Hernández, Ricardo Andrés Carvajal Salgar y Álvaro José Mateus Vargas, quienes actualmente están cobijados con medida de aseguramiento intramural.

Arévalo Hernández es señalado por la Fiscalía de presuntamente facilitar el carro que utilizó José Aldemar Rojas para perpetrar el atentado. Asimismo fue acusado por los delitos de terrorismo agravado, homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.

Mientras que Carvajal Salgar fue, supuestamente, una de las personas que planeó el ingreso de la camioneta con explosivos a la escuela y Mateus Vargas fue presuntamente quien financió el ataque.

POR: MARLLELYS SALINAS M. / EL PILÓN
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