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El atraso tecnológico que mostró el coronavirus: Caso Cesar

Ni siquiera el proyecto de la Troncal de Fibra Óptica (TFO) ha representado un salto cualitativo en materia de conectividad. FOTO/REFERENCIA.

Escribí para Portafolio, mi casa periodística actual, una columna con el mismo nombre que tomo para analizar el caso del Cesar. Para ese artículo tomé unos datos del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE), de la Universidad Javeriana donde, cruzando bases de datos de los sectores involucrados, nos dice que, aproximadamente el 63 % de los estudiantes en educación media de colegios públicos de Colombia no tiene acceso a internet ni computador en su hogar. Allí, también afirmé que estudiantes de la Universidad Nacional, sede Bogotá, dijeron no tener las herramientas para estudiar on line.

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Sigue habiendo una enorme brecha digital en Colombia que ha hecho crecer la brecha cognitiva. Hoy por la penetración masiva de los móviles tenemos una sociedad “facebukiada” y “estupidizada”. Incluso me atreví a hablar, hace rato, de la creación de una nueva clase de marginados, los marginados digitales.

Colombia cometió el error de apostarle al crecimiento de la cobertura en telecomunicaciones a través de la tecnología móvil, financiando con dinero público, la red de operadores privados como ocurrió con la reciente subasta, atrasando al país. Ni siquiera el proyecto de la Troncal de Fibra Óptica (TFO) ha representado un salto cualitativo.

El departamento del Cesar tiene un índice de penetración de accesos fijos a internet de 9,4%, ubicándose en la posición 14 a nivel nacional y 4,4% debajo de la media nacional de 13,8% (datos del MINTIC y del DANE) lo cual nos muestra que el 91% de los hogares están desconectados o conectados a través de redes móviles que no les permiten atender las necesidades que ha implicado el traslado de clases físicas a una versión digital que no virtual. Nos vienen invadiendo con el sambenito de: “hemos logrado dar el salto a la educación virtual”, cuando lo que ha pasado, y lo entendemos, es que han convertido el tablero en una pantalla de pc.

En el Cesar hay 295 “Kioskos Digitales” y la información que tengo es que la mayoría no están funcionando. Hay dieciséis (16) Puntos Vive Digital (PVD) y parece que solo uno está funcionando. El proyecto de la TFO permitió que llegara la fibra óptica a dieciocho (18) municipios del departamento, donde no había esa tecnología, pero eso no significó ni significa que haya llegado el Internet.

Es un acueducto sin agua. Del famoso proyecto de “Zonas WiFI” hay 96 en los 25 municipios del Cesar y ¡OH! ninguna sirve.  Lo dije hace tiempo que era un proyecto insostenible.  Los gobiernos departamentales no deben volver a recibir ese tipo de proyectos a menos que esté garantizada, de alguna manera creativa, su sostenibilidad; no necesariamente debe ser con recursos públicos.

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LLUVIA NEGRA DE TECNOLOGÍAS

En el caso de Computadores para Educar (CPE), en el Cesar hay 4,68 niños por herramienta tecnológica, apenas por encima de la media nacional de 4,57 niños por herramienta tecnológica lo que nos ubica en 5° lugar de la región cuya media es de 5,45 herramientas por niño. Estamos muy lejos de la meta nacional que es 2 niños por herramienta tecnológica. Lo escribo de esa manera porque puede ser una tableta o un pc.

En el programa de Ciudadanía Digital nos han certificado a 2.166 cesarenses o habitantes del departamento que cuenta, según el DANE, con una población de 1.098.577 personas, de acuerdo al último censo, lo cual arroja un ínfimo porcentaje. Y en el programa RedVolución, al que le dedique una columna en Portafolio, infortunadamente solo se han capacitado 12.739 personas. Deberían ser muchas más en uno y en otro programa.

La semana pasada participé en un Facebook Live, organizado por COOTEC (Cooperativa de Trabajadores de la Educación) que nació como cooperativa para los educadores del Cesar, con algunos docentes de nuestra región y lo que quedó claro es la situación insostenible de muchos padres ante la disyuntiva de recargar el celular o comprar la carne para el almuerzo.

Los padres de familia de los niños y jóvenes de primaria y secundaria de colegios públicos, están optando por que sus hijos aplacen el año escolar y ninguno está preocupado porque el hijo pierda el año. Hoy la preocupación es sobrevivir a la pandemia y a la inmensa estrechez económica que ha generado el confinamiento para un país donde la informalidad es de no menos del 48% según el DANE y que, para el caso de Valledupar, nuestra capital departamental y la que alberga el 50% de la población del Cesar, es del 62%.

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Me muero de la risa cuando oigo decir que la pandemia impulsó la Transformación Digital y lo contrastan con lo ocurrido en el Día sin IVA porque las compras por canales electrónicos crecieron 113% y la facturación un 341% en comparación con el consumo promedio de los últimos tres meses. Cuando veo a un profesional o a un universitario con un celular de alta gama que solo le sirve para “facebukiar”, “wasapear” o llamar, me doy cuenta de lo atrasado que estamos.

POR: NICOLA STORNELLI GARCÍA

Categories: Crónica
Periodista: