En el contexto económico que se vive en una ciudad como Valledupar, la cual posee una inversión privada bastante reducida, lo que ha llevado a la capital cesarense a estar entre las ciudades del país con mayor desempleo, cerrando el periodo entre mayo y julio de 2025 con 12,2 % de desocupación y ocupando el tercer lugar en informalidad laboral con 63,6 %, según el DANE, la pregunta es: ¿se puede ver un panorama económico y financieramente optimista a mediano y largo plazo con estos índices?
Parte de la respuesta a esta incógnita, que gobierno tras gobierno los vallenatos nos hacemos, puede estar en explotar al máximo el recurso renovable más preciado que tenemos: nuestra cultura vallenata, el mayor atractivo turístico de la ciudad. Por medio de ella se pueden fortalecer otros sectores económicos, logrando que inversionistas vean un flujo monetario importante dentro y fuera de las festividades que se realizan en el territorio y sea un atractivo para medianos y grandes empresarios que quieran confiar su capital en el municipio.
Según la Cámara de Comercio de Valledupar, la edición número 58 del Festival Vallenato atrajo a más de 250 mil turistas y generó un impacto de aproximadamente $500.000 millones en la economía local. Estas cifras muestran que el festival es una pieza clave para la sostenibilidad económica de la que hablamos. Al ser una de las festividades más consolidadas a nivel nacional, ha demostrado durante décadas que celebrando nuestro folclor se pueden atraer miles de turistas cada año, con un aporte económico determinante para la región.
La idea sería aprovechar esta exposición que se le da a Valledupar cada año, no solo para hacer macroobras como parques, museos y plazas —que se han construido en los últimos tiempos—, sino también para crear centros didácticos más pequeños que integren cultura y tecnología. De esta manera, y con apoyo de las redes sociales, más personas tendrían interés en visitar nuestra tierra.
En el mundo existen ejemplos similares de ciudades medianas que, mediante una buena explotación de su cultura y tradiciones, han atraído a millones de turistas. Una de ellas es Cusco, Perú, que cada año recibe entre 1 y 1,3 millones de visitantes a través de su programa “Cusco Tourist Ticket”. Este plan incluye plataformas de realidad aumentada que muestran su cultura y tradiciones de forma actualizada, en consonancia con la realidad industrial del presente.
Aunque el análisis se centra en un territorio específico, también puede ser de interés para otros municipios medianos y pequeños que no cuentan con un músculo financiero comparable al de las principales ciudades del país. La experiencia demuestra que la explotación de recursos intangibles, adaptados a las nuevas tendencias tecnológicas, puede ser fundamental para alcanzar prosperidad financiera. Así, se contribuye al desarrollo económico con miras a los próximos años, ayudando a enfrentar problemáticas como el desempleo, la inestabilidad laboral y la informalidad. De esta manera se reafirma la estrecha relación entre cultura y progreso económico, y se resalta la importancia de que cada ciudadano tenga un sentido de pertenencia hacia su identidad cultural.
Por: José Daniel Prado Orozco / Estudiante 7.º semestre de Finanzas, Fintech y Comercio Exterior
