ECONOMÍA

Barrancas abre el debate nacional sobre Transición Energética y Regalías

Actualmente, los departamentos de La Guajira y el Cesar generan cerca del 90% de las regalías mineras del país, pero solo reciben alrededor del 25% para inversión directa.

Barrancas abre el debate nacional sobre Transición Energética y Regalías

Barrancas abre el debate nacional sobre Transición Energética y Regalías

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En el marco del Festival Nacional del Carbón, el municipio de Barrancas fue escenario de un foro clave sobre Transición Energética y Regalías, realizado el pasado 10 de octubre en el Hotel Iparú. El encuentro reunió a líderes políticos, empresariales, sindicales y expertos del sector energético con un objetivo común: analizar los retos, oportunidades y estrategias que enfrenta Colombia —y en particular La Guajira— frente al desafío de transformar su matriz energética sin sacrificar el desarrollo social y económico de las regiones productoras de carbón.

El evento contó con la participación del alcalde de Barrancas, Vicente Berardinelli Carrillo; el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina; el representante a la Cámara por La Guajira, Juan Loreto Gómez Soto; el senador José David Name Cardozo; el director de Regalías del Ministerio de Minas y Energía, Ludwing Gómez; la diputada del Cesar, Claudia Zuleta; el vicepresidente de Asuntos Públicos de Cerrejón, Juan Carlos García; el presidente de Sintracarbón, Jaime López; el Country Manager de MAX Resources Corp, Marvin Mosquera; y el experto en eficiencia energética y energías renovables y director de Excenergy, Andrés Pérez.

Durante más de cuatro horas, los panelistas expusieron sus visiones sobre el papel que deben desempeñar los territorios mineros en la construcción de un nuevo modelo energético nacional. La discusión se centró en el uso de las regalías, la necesidad de una transición justa e incluyente y la urgencia de diseñar una hoja de ruta concertada que asegure sostenibilidad ambiental sin comprometer la economía regional.

Una transición en marcha, pero aún en construcción

Los participantes coincidieron en que la humanidad atraviesa la tercera gran transición energética de su historia. Si las primeras estuvieron marcadas por el paso de la madera al carbón y luego al petróleo, la actual busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles, responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Aunque el mundo avanza hacia fuentes renovables, el 80% del consumo energético global sigue dependiendo de recursos fósiles. Colombia, como productor y exportador de carbón y petróleo, enfrenta el reto de reducir sus emisiones —comprometidas en un 50% para 2030, tras la firma del Acuerdo de París— sin desfinanciar a los municipios que dependen de estos ingresos.

El exministro Amylkar Acosta recordó que el acceso a la energía es un pilar del desarrollo social y económico, y que las transiciones no ocurren de la noche a la mañana.

La transición energética no es solo un cambio tecnológico, sino también económico, productivo y social. Debe ser gradual y planificada. La lucha contra el cambio climático es responsabilidad de todos, pero debe hacerse de manera diferenciada, de acuerdo con los impactos generados”, subrayó.

Durante el foro se resaltó también que la pandemia de COVID-19 demostró la importancia de la autosuficiencia energética y alimentaria.

“Los países líderes son los que pueden sostenerse con sus propios recursos y no depender de importaciones”, se enfatizó.

El papel de las regalías en la transformación energética

Uno de los ejes del debate fue el papel de las regalías como instrumento para financiar la transición energética.

Actualmente, los departamentos de La Guajira y el Cesar generan cerca del 90% de las regalías mineras del país, pero solo reciben alrededor del 25% para inversión directa.

El director de Regalías del Ministerio de Minas y Energía, Ludwing Gómez, explicó que existen múltiples mecanismos de distribución —entre asignaciones directas, fondos regionales e incentivos a la producción— y que el reto principal no es solo captar más recursos, sino invertirlos de manera efectiva y sostenible.

También advirtió sobre la baja ejecución de proyectos financiados con regalías en vigencias anteriores y la acumulación de rendimientos financieros en los bancos, lo que limita el impacto real de estos fondos en las comunidades.

El alcalde Vicente Berardinelli Carrillo coincidió en que Barrancas y los municipios del corredor minero —Albania y Hatonuevo— deben asumir un rol protagónico en el diseño de políticas locales de transición energética. Indicó, junto con el senador José David Name, que Barrancas ya avanza con un proyecto solar de 3 MWp, con posibilidad de ampliarse a 5 MWp gracias a recursos de regalías.

“Este tipo de proyectos pueden permitirnos ofrecer energía más económica, o incluso gratuita, a nuestros habitantes. Es una oportunidad real para transformar nuestro territorio”, afirmó el alcalde.

Por su parte, el representante Juan Loreto Gómez Soto recordó que cerca del 45% del PIB de La Guajira depende de la explotación del carbón y que, para 2027, se prevé una reducción en el flujo de recursos por regalías debido a las políticas globales de descarbonización.

El potencial energético de La Guajira

La Guajira es hoy considerada el epicentro de la transición energética colombiana. Su ubicación geográfica, con altos niveles de radiación solar, vientos constantes y una extensa costa, la convierte en una de las regiones con mayor potencial para la generación de energía solar y eólica.

El senador José David Name destacó que la Ley 1715 de 2014 fue un punto de inflexión: estableció el marco jurídico y los incentivos tributarios para promover las energías renovables.

“Esa ley no fue creada para reemplazar los recursos fósiles de inmediato, sino para acompañar la transición. Hoy Colombia es vista como un referente internacional en la materia”, señaló.

El director de Regalías, Ludwing Gómez, recordó que el actual Plan 6GW+, impulsado por el Gobierno Nacional, busca construir más de 6 gigavatios de capacidad renovable en los próximos años.

“Se ha multiplicado por quince la capacidad de generación de energías renovables en el país. Pero el reto no es solo técnico: es social, político y territorial”, afirmó.

Uno de los obstáculos más mencionados fue la demora en los procesos de consulta previa con comunidades indígenas y afrodescendientes, lo que ha frenado o retrasado varios proyectos de energías renovables en el departamento.

Los proyectos que no logran avanzar en La Guajira terminan ejecutándose en otros departamentos”, advirtió Name Cardozo.

El senador insistió en la necesidad de mejorar los mecanismos de concertación con las comunidades y fortalecer la presencia institucional del Estado en los territorios.

Minería, desarrollo y sostenibilidad

La discusión también abordó el papel de la minería tradicional en la nueva era energética.

El presidente de Sintracarbón, Jaime López, insistió en que la transición debe ser justa e incluyente, evitando dejar atrás a las comunidades que han sostenido durante décadas la economía del carbón.

En La Guajira hay miles de personas vinculadas directamente a Cerrejón. No podemos esperar a que la mina cierre en 2034 para pensar qué hacer. Debemos definir desde ya alternativas productivas y procesos de reconversión laboral”, afirmó.

El vicepresidente de Asuntos Públicos de Cerrejón, Juan Carlos García, resaltó los beneficios económicos y sociales de la compañía para La Guajira y defendió su gestión ambiental. Señaló que los impactos mineros han sido controlados conforme a los estándares nacionales y que el IDEAM ha confirmado que la actividad minera no es la principal causa de afectación hídrica en la región.

“En el bosque seco tropical, por ejemplo, se creía extinguida la presencia del jaguar en los años 70. Hoy hemos comprobado su retorno, gracias a la recuperación de la cobertura vegetal en las zonas de influencia minera”, destacó García.

El exministro Acosta reconoció que, pese a los impactos ambientales, la minería ha sido un motor de desarrollo regional.

Toda actividad humana genera efectos, pero es innegable que la minería ha permitido el progreso de miles de familias guajiras. La clave está en mejorar su coexistencia con el entorno natural y social y no marchitarla de manera prematura. Lo que no se cultiva, se mina: dependemos como sociedad del suelo y del subsuelo”, puntualizó.

El nuevo horizonte: cobre, hidrógeno y valor agregado

El foro también sirvió para discutir el papel de los minerales estratégicos en la transición energética global.

El Country Manager de MAX Resources Corp, Marvin Mosquera, destacó que el cobre es un insumo esencial para el futuro energético:

“Sin cobre no hay transición. Está presente en paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento”.

Mosquera presentó avances del Proyecto Sierra Azul, que busca explorar el potencial cuprífero del sur de La Guajira. Este proyecto, dijo, podría impulsar un nuevo ciclo de desarrollo minero basado en encadenamientos productivos y generación de valor agregado.

La minería de cobre no debe limitarse a la extracción. Debemos pensar en procesar y transformar localmente, creando empleo y fortaleciendo la industria nacional”, agregó.

Además, se mencionó la posibilidad de aprovechar el carbón para la producción de hidrógeno azul, una alternativa energética que permitiría utilizar los recursos existentes con menor impacto ambiental y abrir nuevas oportunidades de exportación.

Transición energética: gradual, concertada y diferenciada

Varios participantes reafirmaron que la transición energética colombiana es un proceso gradual, que debe realizarse de manera concertada y diferenciada, teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas de cada región.

El Decreto 0972 de 2025, que creó el programa Colombia Solar, fue citado por el director de Regalías del Ministerio de Minas como un avance hacia la democratización del acceso a la energía. Entre sus medidas se incluye la eliminación del subsidio a través de comercializadores para entregarlo directamente a los usuarios finales, promoviendo un esquema más equitativo y transparente que les permita autogenerar su propia energía con paneles solares.

También se destacó la Resolución 40337 de 2025, que regula la energía eólica costa afuera, abriendo una nueva frontera para la generación energética en el Caribe colombiano. Según el Ministerio, estas iniciativas hacen parte de una política pública orientada a fortalecer la autonomía energética del país y reducir su vulnerabilidad ante crisis globales.

Retos sociales y ambientales en el territorio

A pesar de los avances normativos y tecnológicos, los desafíos en el territorio siguen siendo significativos.

La diputada del Cesar, Claudia Zuleta, insistió en la necesidad de fortalecer la gobernanza local y garantizar que los proyectos energéticos —tanto fósiles como renovables— se traduzcan en bienestar tangible para la población.

También destacó la importancia de definir una ruta de diversificación productiva para La Guajira y el Cesar, teniendo a los recursos provenientes de la explotación minera como motor del desarrollo.

“Los recursos naturales deben servir para mejorar la calidad de vida. Las comunidades tienen derecho a beneficiarse de la riqueza que producen sus territorios”, afirmó.

Hacia una transición justa e incluyente

Uno de los consensos más destacados del foro fue que la transición energética no puede ser impuesta ni acelerada de manera artificial.

El presidente de Sintracarbón subrayó que el proceso debe ser inclusivo, con participación activa de las comunidades, los gobiernos locales, las empresas y los trabajadores.

Debemos dejar de lado los intereses ideológicos y construir una ruta común. La transición energética es una oportunidad para la justicia social y el fortalecimiento económico de nuestros pueblos”, sostuvo.

Los próximos pasos: liderazgo y planificación territorial

Como conclusión, los participantes coincidieron —y así lo planteó Andrés Pérez— en que los gobernantes locales deben asumir el liderazgo de la planeación de la transición energética. Este liderazgo, se recalcó, no es solo político, sino técnico y social, y exige capacidad de coordinación interinstitucional y cercanía con las comunidades.

Se propuso construir una hoja de ruta regional que articule los esfuerzos públicos y privados y defina metas claras en materia de inversión, empleo, reconversión laboral y sostenibilidad ambiental.

También se recomendó generar espacios permanentes de diálogo entre todos los actores —comunidades, empresas, autoridades, academia y sindicatos— para recoger distintas visiones y construir consensos.

Finalmente, se enfatizó en la urgencia de identificar desde ahora alternativas productivas al carbón, de modo que la transformación no sea una pérdida, sino una evolución hacia una economía más diversa y resiliente.

Conclusión: un nuevo pacto energético desde La Guajira

El foro de Barrancas dejó claro que la transición energética no es un destino inmediato, sino un camino de largo aliento. Implica innovación tecnológica, pero también responsabilidad social, visión de desarrollo y compromiso político.

La Guajira —por su historia minera, su potencial renovable y su ubicación estratégica— está llamada a ser líder de la nueva Colombia energética. Para lograrlo, debe garantizar que los beneficios lleguen a su gente, que las comunidades sean escuchadas, que se fortalezcan los mecanismos de consulta previa y que las regalías se conviertan en motores reales de transformación económica y social.

El mensaje central del encuentro fue unánime: la transición debe ser justa, gradual y con rostro humano.

El carbón, que por décadas impulsó la economía regional, puede coexistir con las nuevas energías mientras el país consolida su nueva matriz. Y las regalías deben reinventarse como la herramienta clave para financiar ese futuro sostenible.

Por Andrés Pérez.

Consultor en eficiencia energética y energías renovables/ Director de Excenergy

Temas tratados
  • barrancas
  • Festival Nacional del Carbón
  • Transición energética

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