La lactancia materna es mucho más que un acto biológico; es un vínculo cultural, espiritual y de salud pública que sostiene a madres, bebés y comunidades enteras. En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que cada año se celebra la primera semana de agosto y es promovida globalmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, los ministerios de Salud y organizaciones de la sociedad civil, se destaca que invertir en la lactancia materna es invertir en el futuro.
Como destaca el documento oficial de la campaña: “Un sistema sostenible de apoyo a la lactancia materna es un enfoque que involucra a toda la sociedad y que asegura que cada madre tenga el apoyo, el entorno y los recursos necesarios para amamantar con éxito… Esto va mucho más allá de brindar consejos puntuales, se trata de garantizar que el apoyo se integre en todos los estratos de la sociedad”.
El valor cultural y el banco de leche en el Hospital Rosario Pumarejo
En el Cesar, Emilia Aponte Olivella, enfermera coordinadora de la ruta materno infantil del Hospital Rosario Pumarejo de López, con 27 años de experiencia, aporta un testimonio de la relevancia de la lactancia materna no solo desde lo biológico sino también desde lo cultural. En su trabajo con comunidades indígenas, observa que “para nuestras hermanas mayores, la lactancia está ligada a la transmisión cultural; lactan sin problemas y con una conexión profunda que integra lo psicológico y lo espiritual”.
Su labor incluye un Banco de Leche Humana que suministra leche pasteurizada a recién nacidos prematuros que, por fragilidad, no pueden alimentarse directamente del pecho. Este apoyo ha resultado “en disminuir las muertes perinatales y brindar una nutrición óptima a los pequeños en estado vulnerable”.
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El enfoque integral de Aponte va ligado con la estrategia global para fomentar sistemas sostenibles: “Las madres necesitan ayuda para manejar los desafíos de la lactancia materna, ganar confianza y equilibrar la lactancia materna con el regreso al trabajo, especialmente frente al marketing poco ético generalizado por parte de la industria de fórmulas”.
La lactancia materna como inversión en salud, economía y equidad
La OMS enfatiza que apoyar la lactancia materna es una decisión tanto ética como económicamente inteligente. La lactancia contribuye a reducir costos en atención sanitaria, impulsa el desarrollo cognitivo y promueve economías sostenibles al brindar a los niños la base para crecer sanos.
“La lactancia materna ofrece un futuro esperanzador no solo para los niños, sino también para las sociedades, ya que reduce costos en salud, estimula el desarrollo cognitivo e impulsa las economías”, afirma la OMS.
Este mensaje se alinea con la experiencia de Aponte y su llamado a romper mitos sobre la lactancia, destacando que la producción de leche depende fundamentalmente del vínculo madre-bebé y del entorno favorable que debe asegurarse: “Comer tranquila, amar y comunicarse con el bebé es clave”.
Desnutrición en menores de 5 años y lactancia
Aponte destaca que la leche materna es el alimento perfecto para los bebés en sus primeros seis meses de vida. “El organismo del niño está inmaduro y solo puede recibir esta leche pura, que no está contaminada ni con aditivos que puedan afectar su desarrollo”.
La lactancia materna no solo proporciona nutrición, sino que es fundamental para la maduración de órganos internos y la prevención de la desnutrición en menores de un año. De hecho, la ausencia de lactancia materna está estrechamente relacionada con altos índices de malnutrición infantil.
Hasta la fecha, el departamento del Cesar ha reportado un aumento en los casos de malnutrición en niños menores de cinco años en comparación con el año anterior, contabilizando un total de 579 casos, de los cuales más del 50 % corresponden a menores de un año.
Rompiendo mitos y obstáculos en la lactancia materna
En la actualidad, la vida moderna y ciertos discursos pueden hacer que algunas madres decidan no amamantar por razones prácticas o de “moda”. Emilia hace un llamado para que estas madres no corten el vínculo: “La ley ampara a las madres para que puedan extraer leche en sus lugares de trabajo y así alimentar a sus bebés, incluso si no pueden amamantarlos directamente”.
Además, enfatiza en desmentir creencias erróneas: “La producción de leche depende fundamentalmente de que el bebé succione y que la madre esté tranquila, no de consumir ciertos alimentos específicos o bebidas. Comer tranquila, amar y comunicarse con el bebé es clave”.
Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN










