Estefany Navas Charry, es una estudiante del grado 11 del colegio Andrés Bello, que está en la en la última población del Cesar, San Alberto, en la que por su límite con Norte de Santander, los pobladores se identifican con el acento nortesantandereano. 

Desde los cuatro años juega fútbol, en todas sus ramas; pero hoy, 11 años después se inclina más por el fútbol de salón, por la reducida cancha, el pequeño balón y la agilidad que se necesita para ser exitoso en esta disciplina. 

“Me llama la atención el fútbol, porque me gusta cómo juega Cristiano Ronaldo, de ahí viene mi noción de jugar, y ahora me inclino por el fútbol de salón; siempre estoy defendiendo por mi destreza para salir desde atrás”, dijo la joven de 16 años.

Estefany Navas, fue convocada a la Selección Cesar Prejuvenil de Fútbol que disputará el Campeonato Nacional de la Categoría en Medellín en los próximos días. 

“Sueño con salir adelante en el fútbol, ahora con la Selección Cesar voy a jugar de delantera, pero con mi colegio juego de defensa; salgo jugando con toques y así hacemos más goles”, expresó. 

La hija de Edgar Navas y Marta Charry fue subcampeona departamental con el representativo de San Alberto el año pasado, lo que le significó el llamado por primera vez a la Selección Prejuvenil de Fútbol de Salón del Cesar. 

Los Juegos Supérate Intercolegiados del Cesar reunieron siete equipos este año en la categoría B, San Alberto quedó en el grupo A con Becerril, Pueblo Bello y Bosconia.

En el primer partido el equipo del sur del Cesar goleó 7-1 a Pueblo Bello y ayer perdió 4-0 con Becerril, lo que dejó en riesgo su clasificación a la ronda final de las justas. 

Estando o no estando en la final de los intercolegiados, Estefany sueña con llegar a jugar como el delantero del Real Madrid de España, Cristiano Ronaldo; la estudiante de último grado de bachillerato espera algún día vestir los colores del equipo galáctico, por donde han pasado jugadores de la talla de Ronaldo, Raúl, Zinedine Zidane, y que algún día vieron a los colombianos Freddy Rincón y Edwin Congo. 

Por Carlos Mario Jiménez 

[email protected]