Félix, Mimi, Tigrillo, Niña y Mono son gatos esterilizados que, durante las vacaciones de diciembre y enero de la Universidad Popular del Cesar, murieron envenenados por delincuentes que ingresaron al campus.
La Universidad Popular del Cesar (UPC) se enfrenta nuevamente a una tragedia que ha conmocionado a la comunidad universitaria y a los amantes de los animales. Durante las vacaciones de enero, inescrupulosos entraron al campus con el objetivo de envenenar a los perros y gatos que residen allí, bajo el cuidado de la Fundación Huellas VidaAmor y el colectivo Huellas Pelupecistas. Este acto cruel no es un incidente aislado, ya que es la segunda vez que ocurre en un corto periodo de tiempo.
Mediante un comunicado, el colectivo Huellitas Pelupecistas informó: “Hoy 03 de enero del 2025, al llegar en horas de la mañana a la UPC sede Sabana, fue negado el ingreso y no fue posible alimentar a los perrunos y gatunos, como tampoco fue posible suministrar la pastilla antipulgas a uno de los Pelupecistas que la requiere con urgencia”.
Además, añaden que, por ser iniciativa propia de ellos y estudiantes, dado que la universidad no presta ningún tipo de atención al bienestar de esos animales, no se les permite el ingreso para cumplir con la Ley de Protección Animal.
Angie Araújo, voluntaria y estudiante universitaria, expresó en redes sociales el 4 de enero la denuncia: “Queremos denunciar los actos ocurridos el día de ayer, 3 de enero de este año, donde dentro de las instalaciones de la Universidad Popular del Cesar envenenaron a tres gatos que hacen parte de nuestra manada. Esto se suma a un patrón alarmante, pues menos de una semana atrás envenenaron a dos gatos más, y el año pasado fueron aproximadamente 4 o 5 animales”.
Cabe recordar que en Colombia la Ley 1774 del 2016 reconoce a los animales como seres sintientes y establece medidas para protegerlos del sufrimiento y el dolor. Además, se les garantiza protección en cinco ámbitos: el sufrimiento y el dolor, el maltrato y la crueldad, el hambre y la sed, las condiciones de miedo y estrés, el cautiverio y el abandono.
Desde el suceso del 7 de julio de 2024, en el que fueron encontrados envenenados Pepe y Negrita, dos caninos esterilizados que semestre a semestre acompañaban a estudiantes y sirvieron de apoyo emocional, se interpuso una denuncia ante la Fiscalía. Sin embargo, debido a la ausencia de cámaras de seguridad dentro de la universidad, no se ha podido avanzar con los responsables. Esta es una situación preocupante porque los voluntarios no pueden ingresar al campus, pero los delincuentes pueden hacerlo.
La Fundación Huellas VidaAmor, liderada por Francy Lozano, también egresada de Contaduría Pública de la UPC, ha estado trabajando durante más de ocho años para cuidar y proteger a los animales que habitan en la universidad. Según Lozano: “La labor comenzó cuando yo era estudiante y poco a poco otros estudiantes se unieron para ayudarme”. Esta colaboración ha permitido ofrecer atención y cariño a más de 15 perros y 12 gatos que viven en el campus, quienes son alimentados y cuidados por voluntarios.
Sin embargo, el 3 de enero de 2025, la fundación se encontró con una dolorosa realidad. Al llegar al campus para realizar su labor habitual, los voluntarios descubrieron que varios animales habían sido envenenados. “Nos levantamos con la triste y lamentable noticia de que fueron envenenados varios animales”, lamentó Lozano.
Entre las víctimas estaban gatos queridos por la comunidad universitaria, incluyendo a Félix, un gato que había sido parte integral del entorno del campus y que aportaba a la salud mental de los estudiantes.
Ante esta situación, la Fundación Huellas VidaAmor ha intentado comunicarse con las autoridades universitarias para buscar soluciones. Sin embargo, se han encontrado con obstáculos.
“Se nos ha negado el ingreso al campus debido a una nueva orden que restringe el acceso a cualquier persona durante las vacaciones”, explicó Lozano. Esta medida ha generado preocupación sobre el bienestar de los animales, ya que los voluntarios son quienes brindan atención veterinaria y alimentación regular.
La falta de cámaras de seguridad en el campus ha complicado la investigación sobre quiénes son los responsables de estos actos. “La universidad no cuenta con cámaras que puedan ayudar a identificar a los culpables”, indicó Lozano.
Los animales han demostrado ser un apoyo emocional para muchos estudiantes. Según Lozano, “varios estudiantes nos han manifestado que gracias a los animales logran manejar mejor el estrés durante épocas difíciles como parciales”.
La presencia de estos seres vivos no solo contribuye al bienestar emocional de la comunidad universitaria, sino que también promueve un ambiente más humano y solidario.
Tras la denuncia de Araújo, animalistas de la ciudad como Super Papá Canino y Felino se pronunciaron para proponer un plantón. Por tal motivo, se tiene planeado un Velatón, con fecha aún por decidirse, porque esperan que todos los estudiantes beneficiados por la tenencia de estos gatos y perros en el campus se encuentren de regreso para las actividades académicas.
Francy Lozano concluyó con un mensaje claro: “Es indignante saber que todo el esfuerzo y cariño dedicado a estos animales no se valora y se llevan a cabo actos tan crueles”. La fundación espera contar con el apoyo necesario para garantizar la seguridad y bienestar de los animales en el futuro.
Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN
Félix, Mimi, Tigrillo, Niña y Mono son gatos esterilizados que, durante las vacaciones de diciembre y enero de la Universidad Popular del Cesar, murieron envenenados por delincuentes que ingresaron al campus.
La Universidad Popular del Cesar (UPC) se enfrenta nuevamente a una tragedia que ha conmocionado a la comunidad universitaria y a los amantes de los animales. Durante las vacaciones de enero, inescrupulosos entraron al campus con el objetivo de envenenar a los perros y gatos que residen allí, bajo el cuidado de la Fundación Huellas VidaAmor y el colectivo Huellas Pelupecistas. Este acto cruel no es un incidente aislado, ya que es la segunda vez que ocurre en un corto periodo de tiempo.
Mediante un comunicado, el colectivo Huellitas Pelupecistas informó: “Hoy 03 de enero del 2025, al llegar en horas de la mañana a la UPC sede Sabana, fue negado el ingreso y no fue posible alimentar a los perrunos y gatunos, como tampoco fue posible suministrar la pastilla antipulgas a uno de los Pelupecistas que la requiere con urgencia”.
Además, añaden que, por ser iniciativa propia de ellos y estudiantes, dado que la universidad no presta ningún tipo de atención al bienestar de esos animales, no se les permite el ingreso para cumplir con la Ley de Protección Animal.
Angie Araújo, voluntaria y estudiante universitaria, expresó en redes sociales el 4 de enero la denuncia: “Queremos denunciar los actos ocurridos el día de ayer, 3 de enero de este año, donde dentro de las instalaciones de la Universidad Popular del Cesar envenenaron a tres gatos que hacen parte de nuestra manada. Esto se suma a un patrón alarmante, pues menos de una semana atrás envenenaron a dos gatos más, y el año pasado fueron aproximadamente 4 o 5 animales”.
Cabe recordar que en Colombia la Ley 1774 del 2016 reconoce a los animales como seres sintientes y establece medidas para protegerlos del sufrimiento y el dolor. Además, se les garantiza protección en cinco ámbitos: el sufrimiento y el dolor, el maltrato y la crueldad, el hambre y la sed, las condiciones de miedo y estrés, el cautiverio y el abandono.
Desde el suceso del 7 de julio de 2024, en el que fueron encontrados envenenados Pepe y Negrita, dos caninos esterilizados que semestre a semestre acompañaban a estudiantes y sirvieron de apoyo emocional, se interpuso una denuncia ante la Fiscalía. Sin embargo, debido a la ausencia de cámaras de seguridad dentro de la universidad, no se ha podido avanzar con los responsables. Esta es una situación preocupante porque los voluntarios no pueden ingresar al campus, pero los delincuentes pueden hacerlo.
La Fundación Huellas VidaAmor, liderada por Francy Lozano, también egresada de Contaduría Pública de la UPC, ha estado trabajando durante más de ocho años para cuidar y proteger a los animales que habitan en la universidad. Según Lozano: “La labor comenzó cuando yo era estudiante y poco a poco otros estudiantes se unieron para ayudarme”. Esta colaboración ha permitido ofrecer atención y cariño a más de 15 perros y 12 gatos que viven en el campus, quienes son alimentados y cuidados por voluntarios.
Sin embargo, el 3 de enero de 2025, la fundación se encontró con una dolorosa realidad. Al llegar al campus para realizar su labor habitual, los voluntarios descubrieron que varios animales habían sido envenenados. “Nos levantamos con la triste y lamentable noticia de que fueron envenenados varios animales”, lamentó Lozano.
Entre las víctimas estaban gatos queridos por la comunidad universitaria, incluyendo a Félix, un gato que había sido parte integral del entorno del campus y que aportaba a la salud mental de los estudiantes.
Ante esta situación, la Fundación Huellas VidaAmor ha intentado comunicarse con las autoridades universitarias para buscar soluciones. Sin embargo, se han encontrado con obstáculos.
“Se nos ha negado el ingreso al campus debido a una nueva orden que restringe el acceso a cualquier persona durante las vacaciones”, explicó Lozano. Esta medida ha generado preocupación sobre el bienestar de los animales, ya que los voluntarios son quienes brindan atención veterinaria y alimentación regular.
La falta de cámaras de seguridad en el campus ha complicado la investigación sobre quiénes son los responsables de estos actos. “La universidad no cuenta con cámaras que puedan ayudar a identificar a los culpables”, indicó Lozano.
Los animales han demostrado ser un apoyo emocional para muchos estudiantes. Según Lozano, “varios estudiantes nos han manifestado que gracias a los animales logran manejar mejor el estrés durante épocas difíciles como parciales”.
La presencia de estos seres vivos no solo contribuye al bienestar emocional de la comunidad universitaria, sino que también promueve un ambiente más humano y solidario.
Tras la denuncia de Araújo, animalistas de la ciudad como Super Papá Canino y Felino se pronunciaron para proponer un plantón. Por tal motivo, se tiene planeado un Velatón, con fecha aún por decidirse, porque esperan que todos los estudiantes beneficiados por la tenencia de estos gatos y perros en el campus se encuentren de regreso para las actividades académicas.
Francy Lozano concluyó con un mensaje claro: “Es indignante saber que todo el esfuerzo y cariño dedicado a estos animales no se valora y se llevan a cabo actos tan crueles”. La fundación espera contar con el apoyo necesario para garantizar la seguridad y bienestar de los animales en el futuro.
Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN