Dos certeros golpes asestó la Policía antinarcóticos en la lucha frontal contra los grupos criminales que tienen como corredor vial a los departamentos del Cesar y La Guajira.

Inicialmente, según el informe de la Región Ocho de la Policía Antinarcóticos, decomisaron 154 kilos de marihuana en el municipio de La Paz, donde fue inmovilizado un camión de placas WCS-085, conducido por Jhon Fredy Muñoz, de 37 años, en cuyo interior llevaba una despulpadora de arroz y bultos de silo, para desviar la atención de las autoridades.

Esta marihuana, había sido camuflada en Cali, Valle del Cauca con destino a Fonseca, sur de La Guajira, en el que el conductor se declaró inocente en la audiencia pública realizada en la mañana de ayer en Valledupar, luego de la formulación e imputación de cargos que le hizo la Fiscalía y un Juez, tras manifestar que a él lo contrataron para hacer un viaje hacia La Guajira y no se percató que allí, había marihuana camuflada.

Sin embargo, le dictaron medida de aseguramiento con detención preventiva en su residencia ubicada en Bogotá; la Fiscalía y el Juez, tuvieron en cuenta esa decisión beneficiosa, debido a que no tenía antecedentes penales.

De otro lado, en el puesto de control instalado en el sector de Los Cauchos, en la vía Valledupar – Bosconia, inmovilizaron otro vehículo marca Hyundai línea Tucson de placas KHX-913, donde hallaron 44 paquetes de clorhidrato de cocaína, con un peso de 44 kilogramos, ocultos en un espacio acondicionado en la estructura del automotor, cuya operación fue adelantada por intermedio de la unidad básica inteligencia Santa Marta, con apoyo de la compañía de comandos jungla y unidad de investigación criminal.

En este operativo fue aprehendido Freddy Quintero Rueda, natural de Ocaña, Norte de Santander, quien se encuentra a órdenes de las autoridades del Cesar.

Según el comando de la Región Ocho con sede en Santa Marta, esta es la ruta que están utilizando las bandas dedicadas al narcotráfico, con el fin de evitar los controles permanentes por parte de las autoridades.

Por Abdel Martínez Pérez
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