El largo proceso que inició con el crimen del instructor de minas Miguel Antonio Alvarado Pedroza, en el parque Los Algarrobillos de Valledupar, tuvo la tarde del miércoles una primera parte de su final. El Juzgado Segundo Penal del Circuito con función de Conocimiento declaró culpable a Rufino Aguilar Alvear de haber planificado el asesinato para sacar de un proyecto de explotación minera a su entonces ‘amigo’ y socio.

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Aguilar Alvear era el único de los tres procesados de la investigación que todavía, tras seis años, daba la pelea en los estrados judiciales para demostrar su inocencia, pero ahora deberá responder por el delito de homicidio agravado, al igual que lo están haciendo el confeso sicario Alex Miguel Montero Sarmiento y su señalado cómplice Amado de Jesús Jiménez.

 El juez Leonel Romero Ramírez consideró, tras dar por terminado el juicio, que las pruebas aportadas por el ente investigador dieron la inferencia razonable sobre la responsabilidad de Rufino Aguilar en los hechos sucedidos el 2 de abril del 2009.

Por eso advirtió al procesado que su estadía en la Penitenciaria de Máxima y Mediana Seguridad, La Tramacúa, ahora responde al sentido de fallo condenatorio proferido. Los años que purgará los dará a conocer el juez en primera instancia en la audiencia del próximo 18 de diciembre.

Al respecto, el fiscal Fredy Rivero Razgo solicitó al togado que tuviera en cuenta en la pena a imponer la gravedad del delito  dado que no amerita beneficios.

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“La defensa no contó con soporte probatorio en sus argumentos hasta este momento, ni con pruebas para desvirtuar la teoría del caso, de hecho el testigo expuesto la vez pasada lo que hizo fue afirmar que en efecto entre la víctima y victimario existía un negocio de minas, que se tramitaba en El Banco, Magdalena, y que precisamente conllevó al motivo o móvil para que se le acabara la existencia a Alvarado”, manifestó Rivero Razgo.

“NUNCA ME HABÍA VISTO”: AGUILAR

Entre tanto, Rufino Aguilar insistió que es inocente y alegó que cuando el sicario declaró en su contra en el juicio, este no lo reconoció porque nunca se habían visto. “Le aclaro a la familia y al público que no tengo ni he tenido tierras con el finado Miguel, tampoco tengo minas en explotación, ni demostró la Fiscalía cuáles eran esos terrenos en sociedad”, aseguró el ahora sentenciado.

Por: Marllelys Salinas Mercado / EL PILÓN
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