Durante el torrencial aguacero que se presentó el miércoles por la tarde resultaron afectados diferentes sectores de la capital del Cesar en donde estas especies cayeron aparatosamente sobre vías y vehículos. Afortunadamente no hubo lesionados.
Hola, queridos lectores de EL PILÓN!
Hoy nuevamente por medio de estas páginas les traigo información sobre las comunidades de nuestra Valledupar. En este caso estuve haciendo un recorrido por diferentes sectores de la ciudad que tras el fuerte aguacero que se presentó el pasado miércoles sufrieron diversas afectaciones.
La problemática más notoria, que ya se viene tratando hace varios meses y que afloró con la lluvia que cayó acompañada de fuertes brisas, fue la caída de cuatro árboles en diferentes barrios de la capital del Cesar.
De acuerdo con Jhon Martínez, maquinista del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar, este grupo atendió tres casos de árboles caídos: uno en la urbanización Ceiba Altagracia, manzana K casa tres, otro en el barrio La Nevada y un caso en la Universidad Popular del Cesar donde quedó un carro atrapado. “Se logró liberar el vehículo pero persistía una moto, el árbol bastante grande y había un personal encargado solo de ese caso”, explicó Martínez.
Según el rescatista, cuando las lluvias se presentan en Valledupar lo que se genera comunmente es atascamiento de carros en las acequias cuando se desbordan y las calles toman bastante fuerza de agua. Además, aclaró que solo hasta este aguacero es que empezaron la problemática con los árboles.
“Ayer (miércoles) no hubo, pero en aguaceros anteriores sí hemos tenido atascamientos”, aseguró Martínez, quien sugirió la poda de los árboles porque hay personas que han dejado crecer mucho estas especies.
Por su parte, Paola Milena Carrillo, líder de la urbanización Ceiba Altagracia, y residente de la cuadra en la que cayó el árbol, sostuvo que el imprevisto se presentó aproximadamente a las 3:30 de la tarde mientras que llovía en la ciudad y cuando, afortunadamente, no transitaba por esa zona algún vehículo o transeúnte de manera que no se presentó ningún daño.
“Nos dimos cuenta de que el árbol, así como tantos que hay en esta ciudad, estaba sembrado por encima, casi no tenía raíces y así debe haber muchos más”, indicó. De la misma manera, según ella, antes en la ciudad se sembraban muchas de estas especies con alumnos de las instituciones educativas por lo cual no se hacía cumpliendo con todas los lineamientos debidos. A su consideración “se pueden ocasionar desgracias como ya ha pasado”.
Entre tanto manifestó otra preocupación porque la línea de los bomberos no tiene una respuesta eficiente ante estos llamados debido a que viene presentando irregularidades hace algún tiempo como el mismo maquinista de este cuerpo reconoció.
“Lo que pasó, obstrucción de calle, un peligro y ellos están incomunicados”, enfatizó Carrillo, quien agradeció a Dios que en esta oportunidad no se presentó una tragedia puesto que el pasado domingo, relató, mientras llovía estaban los niños congregados debajo del aguacero bajando los mangos.
“Gracias a Dios que no hizo brisa porque hubiese ocurrido una desgracia”, agregó.
En cuanto al suceso ocurrido en el barrio La Nevada las afectaciones fueron mucho mayores debido a que el impacto de los mangos y del mismo árbol produjo que las tejas de las viviendas sufrieran perforaciones y algunas de ellas quedaran destruidas por completo. “Este palo hizo desastres tanto aquí (una casa) como allá (la vivienda de al lado)”, manifestó Edith Jiménez, una de las afectadas.
Igualmente Katlin Pérez Montero, la mayor perjudicada con el impacto del árbol que tumbó prácticamente su vivienda, sostuvo que ya habían cortado algunas de las ramas del árbol y que debido a esa acción pudieron evitar que los desastres tuvieran mayor magnitud.
“Hay que darle gracias a Dios de que no hubo heridos ni nada de eso, solamente algo material”, destacó la mujer que reside en dicha casa con sus tres hijos menores de edad.
En el mismo sentido se expresó Gelca Gutiérrez, rectora de la Fundación Universitaria del Área Andina, en cuyos alrededores se dio la caída de un árbol de grandes dimensiones.
“Anticipándonos a casos como estos, hemos estado haciendo campañas informativas, preventivas y hasta correctivas, para evitar parqueo en estas zonas”, reveló la ingeniera, quien hizo referencia que a pesar de existir la prohibición para parquear en dicha zona, resultaron averiados un automóvil y una motocicleta, además que se levantaron dos lozas del andén.
“En Areandina contamos con brigadistas quienes ante emergencias están muy atentos a activar los protocolos establecidos por la institución”, sentenció Gutiérrez.
Por último se espera que el municipio complete el convenio que viene gestionando hace un tiempo para llevar a cabo la erradicación de los árboles que están en peligro.
Durante el torrencial aguacero que se presentó el miércoles por la tarde resultaron afectados diferentes sectores de la capital del Cesar en donde estas especies cayeron aparatosamente sobre vías y vehículos. Afortunadamente no hubo lesionados.
Hola, queridos lectores de EL PILÓN!
Hoy nuevamente por medio de estas páginas les traigo información sobre las comunidades de nuestra Valledupar. En este caso estuve haciendo un recorrido por diferentes sectores de la ciudad que tras el fuerte aguacero que se presentó el pasado miércoles sufrieron diversas afectaciones.
La problemática más notoria, que ya se viene tratando hace varios meses y que afloró con la lluvia que cayó acompañada de fuertes brisas, fue la caída de cuatro árboles en diferentes barrios de la capital del Cesar.
De acuerdo con Jhon Martínez, maquinista del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar, este grupo atendió tres casos de árboles caídos: uno en la urbanización Ceiba Altagracia, manzana K casa tres, otro en el barrio La Nevada y un caso en la Universidad Popular del Cesar donde quedó un carro atrapado. “Se logró liberar el vehículo pero persistía una moto, el árbol bastante grande y había un personal encargado solo de ese caso”, explicó Martínez.
Según el rescatista, cuando las lluvias se presentan en Valledupar lo que se genera comunmente es atascamiento de carros en las acequias cuando se desbordan y las calles toman bastante fuerza de agua. Además, aclaró que solo hasta este aguacero es que empezaron la problemática con los árboles.
“Ayer (miércoles) no hubo, pero en aguaceros anteriores sí hemos tenido atascamientos”, aseguró Martínez, quien sugirió la poda de los árboles porque hay personas que han dejado crecer mucho estas especies.
Por su parte, Paola Milena Carrillo, líder de la urbanización Ceiba Altagracia, y residente de la cuadra en la que cayó el árbol, sostuvo que el imprevisto se presentó aproximadamente a las 3:30 de la tarde mientras que llovía en la ciudad y cuando, afortunadamente, no transitaba por esa zona algún vehículo o transeúnte de manera que no se presentó ningún daño.
“Nos dimos cuenta de que el árbol, así como tantos que hay en esta ciudad, estaba sembrado por encima, casi no tenía raíces y así debe haber muchos más”, indicó. De la misma manera, según ella, antes en la ciudad se sembraban muchas de estas especies con alumnos de las instituciones educativas por lo cual no se hacía cumpliendo con todas los lineamientos debidos. A su consideración “se pueden ocasionar desgracias como ya ha pasado”.
Entre tanto manifestó otra preocupación porque la línea de los bomberos no tiene una respuesta eficiente ante estos llamados debido a que viene presentando irregularidades hace algún tiempo como el mismo maquinista de este cuerpo reconoció.
“Lo que pasó, obstrucción de calle, un peligro y ellos están incomunicados”, enfatizó Carrillo, quien agradeció a Dios que en esta oportunidad no se presentó una tragedia puesto que el pasado domingo, relató, mientras llovía estaban los niños congregados debajo del aguacero bajando los mangos.
“Gracias a Dios que no hizo brisa porque hubiese ocurrido una desgracia”, agregó.
En cuanto al suceso ocurrido en el barrio La Nevada las afectaciones fueron mucho mayores debido a que el impacto de los mangos y del mismo árbol produjo que las tejas de las viviendas sufrieran perforaciones y algunas de ellas quedaran destruidas por completo. “Este palo hizo desastres tanto aquí (una casa) como allá (la vivienda de al lado)”, manifestó Edith Jiménez, una de las afectadas.
Igualmente Katlin Pérez Montero, la mayor perjudicada con el impacto del árbol que tumbó prácticamente su vivienda, sostuvo que ya habían cortado algunas de las ramas del árbol y que debido a esa acción pudieron evitar que los desastres tuvieran mayor magnitud.
“Hay que darle gracias a Dios de que no hubo heridos ni nada de eso, solamente algo material”, destacó la mujer que reside en dicha casa con sus tres hijos menores de edad.
En el mismo sentido se expresó Gelca Gutiérrez, rectora de la Fundación Universitaria del Área Andina, en cuyos alrededores se dio la caída de un árbol de grandes dimensiones.
“Anticipándonos a casos como estos, hemos estado haciendo campañas informativas, preventivas y hasta correctivas, para evitar parqueo en estas zonas”, reveló la ingeniera, quien hizo referencia que a pesar de existir la prohibición para parquear en dicha zona, resultaron averiados un automóvil y una motocicleta, además que se levantaron dos lozas del andén.
“En Areandina contamos con brigadistas quienes ante emergencias están muy atentos a activar los protocolos establecidos por la institución”, sentenció Gutiérrez.
Por último se espera que el municipio complete el convenio que viene gestionando hace un tiempo para llevar a cabo la erradicación de los árboles que están en peligro.