El comercio del Amparo también es protagonista por la constancia y perseverancia de quien lo ha sacado adelante como es el caso de este caldense a quien tuve el gusto de conocer: Absalón Hincapie Mejía.
El comercio del Amparo también es protagonista por la constancia y perseverancia de quien lo ha sacado adelante como es el caso de este caldense a quien tuve el gusto de conocer: Absalón Hincapie Mejía.
Hace unos 24 años, este comerciante se vino desde el departamento de Caldas para Valledupar. “Yo estoy aquí en este punto de la droguería – de la carrera 19D- trabajando hace 22 años, y tenía antes de eso 2 años de sobrevivir; comencé siendo un vendedor ambulante, después me dieron trabajo en una droguería, hay estuve pasando por varias cadenas que me daban trabajo. Luego me retiré, estuve un tiempo en Venezuela, me regresé y me encarrilé para independizarme y sacar mi propio negocio”.
Impresionado con este relato, el señor Hincapie me hizo saber que lo importante en la vida es continuar. “Aquí me he mantenido, con las dificultades y altibajos pero ahí estamos. Yo empecé con tres estantes y un poquito de medicina, después se fue expandiendo a medida que pasó el tiempo, me vi en la necesidad de hacerlo”.
Entre los momentos más difíciles, me dijo Mejía: “Pues, más duro me tocó cuando tuve el ataque de Planeación por una ocupación del área de jardín y pues me tocó hacer una reja y encerrar el negocio, para evitar los atracos. Eso fue en el año 2010”.
Con su trabajo y junto a su mujer ha logrado tener una vida de estabilidad. Ambos le han dado educación a sus tres hijos, y claro, la competencia entre droguerías ha hecho que sea cuesta arriba, pero no imposible, para seguir manteniendo a flote su negocio. “Ha bajado el mercado, las ventas como en un 50 %, pero aquí estamos” resaltó.
Cuando le pregunté por el barrio y su gente, Mejía destacó: “Estamos en un barrio muy excelente, aquí la gente es muy educada, no hay esa cantidad de ‘malandrines’ que hay en otros lugares. La mayoría de la gente tiene su buena educación, y usted sabe que la educación hace mejor personas”.
*Rafael Romero Quintero: “Tengo 14 años viviendo por acá, soy ingeniero de minas, todas las mañanas salimos con un grupo a manejar bicicleta a los corregimientos de Guacoche, El Alto. El grupo se llama MTV amigos, somos familia y vecinos. Este es un barrio muy tranquilo, se ve bastante la seguridad en estos momentos; antes se veía mucho atraco pero ha cambiado bastante, no es de mucha bulla, hay mucha calma”.
*Ronaldo Barrera: “Hace siete meses estoy aquí y atiendo un negocio de venta de víveres. Somos nuevos, vengo de Cúcuta, Norte de Santander. Este es un buen barrio, aunque en cierta parte hay muchos atracos y es donde más la Policía mantiene, pero también hay días que uno ni los ve pasar; sin embargo, es un buen barrio, la gente es amable son personas tranquilas. La gente llega a la tienda y si lo ven a uno ocupado esperan, no son desorganizados”.
*Laudis Mendoza: “Soy asesora de Súper Giros, aquí tengo un año trabajando y paso ocho horas acá. En este tiempo, mi percepción del barrio es tranquilidad, hasta ahora. Por las noches se torna un poco peligroso por el parque que está sin luz, y siempre hay muchachos sentados ahí. Pero de resto todo tranquilo. La gente es amable, cariñosa y respetuosa. Del barrio yo considero desde mi perspectiva la iluminación, sobre todo por el parque de la Iglesia”.
*Sebastián Romero: “Llevo un año y medio en este mundo de las bicicletas y siempre salimos de aquí, del Amparo. Este barrio es muy tranquilo y seguro la verdad. Es muy bonito además, muchos árboles”.
El comercio del Amparo también es protagonista por la constancia y perseverancia de quien lo ha sacado adelante como es el caso de este caldense a quien tuve el gusto de conocer: Absalón Hincapie Mejía.
El comercio del Amparo también es protagonista por la constancia y perseverancia de quien lo ha sacado adelante como es el caso de este caldense a quien tuve el gusto de conocer: Absalón Hincapie Mejía.
Hace unos 24 años, este comerciante se vino desde el departamento de Caldas para Valledupar. “Yo estoy aquí en este punto de la droguería – de la carrera 19D- trabajando hace 22 años, y tenía antes de eso 2 años de sobrevivir; comencé siendo un vendedor ambulante, después me dieron trabajo en una droguería, hay estuve pasando por varias cadenas que me daban trabajo. Luego me retiré, estuve un tiempo en Venezuela, me regresé y me encarrilé para independizarme y sacar mi propio negocio”.
Impresionado con este relato, el señor Hincapie me hizo saber que lo importante en la vida es continuar. “Aquí me he mantenido, con las dificultades y altibajos pero ahí estamos. Yo empecé con tres estantes y un poquito de medicina, después se fue expandiendo a medida que pasó el tiempo, me vi en la necesidad de hacerlo”.
Entre los momentos más difíciles, me dijo Mejía: “Pues, más duro me tocó cuando tuve el ataque de Planeación por una ocupación del área de jardín y pues me tocó hacer una reja y encerrar el negocio, para evitar los atracos. Eso fue en el año 2010”.
Con su trabajo y junto a su mujer ha logrado tener una vida de estabilidad. Ambos le han dado educación a sus tres hijos, y claro, la competencia entre droguerías ha hecho que sea cuesta arriba, pero no imposible, para seguir manteniendo a flote su negocio. “Ha bajado el mercado, las ventas como en un 50 %, pero aquí estamos” resaltó.
Cuando le pregunté por el barrio y su gente, Mejía destacó: “Estamos en un barrio muy excelente, aquí la gente es muy educada, no hay esa cantidad de ‘malandrines’ que hay en otros lugares. La mayoría de la gente tiene su buena educación, y usted sabe que la educación hace mejor personas”.
*Rafael Romero Quintero: “Tengo 14 años viviendo por acá, soy ingeniero de minas, todas las mañanas salimos con un grupo a manejar bicicleta a los corregimientos de Guacoche, El Alto. El grupo se llama MTV amigos, somos familia y vecinos. Este es un barrio muy tranquilo, se ve bastante la seguridad en estos momentos; antes se veía mucho atraco pero ha cambiado bastante, no es de mucha bulla, hay mucha calma”.
*Ronaldo Barrera: “Hace siete meses estoy aquí y atiendo un negocio de venta de víveres. Somos nuevos, vengo de Cúcuta, Norte de Santander. Este es un buen barrio, aunque en cierta parte hay muchos atracos y es donde más la Policía mantiene, pero también hay días que uno ni los ve pasar; sin embargo, es un buen barrio, la gente es amable son personas tranquilas. La gente llega a la tienda y si lo ven a uno ocupado esperan, no son desorganizados”.
*Laudis Mendoza: “Soy asesora de Súper Giros, aquí tengo un año trabajando y paso ocho horas acá. En este tiempo, mi percepción del barrio es tranquilidad, hasta ahora. Por las noches se torna un poco peligroso por el parque que está sin luz, y siempre hay muchachos sentados ahí. Pero de resto todo tranquilo. La gente es amable, cariñosa y respetuosa. Del barrio yo considero desde mi perspectiva la iluminación, sobre todo por el parque de la Iglesia”.
*Sebastián Romero: “Llevo un año y medio en este mundo de las bicicletas y siempre salimos de aquí, del Amparo. Este barrio es muy tranquilo y seguro la verdad. Es muy bonito además, muchos árboles”.