En el crimen también participó uno de sus hermanos, al parecer, porque su progenitor no quiso compartir con ellos el dinero de un premio de lotería.
A 41 años y ocho meses de prisión fue condenado Ismael Medina Saltarín, hallado responsable por los delitos de homicidio agravado y hurto, al asesinar con elemento contundente a su propio padre, Candelario José Medina Beleño, de 69 años. En el crimen también participaron su hermano, Javier Darío Medina Licona, y un amigo que también está privado de la libertad.
La decisión judicial fue proferida la mañana de ayer por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Valledupar, ante el cual el abogado Alfonso Joaquín Vargas Morales apeló y hará la sustentación en próximos días.
Luego de una ardua investigación la Policía aprehendió a los hermanos Ismael Antonio Medina Saltarín, de 33 años, y Javier Darío Medina Licona, de 30. Ambos fueron detenidos cuatro meses después mediante allanamiento a un inmueble ubicado en la calle 7D con carrera 16, del barrio Pontevedra, el mismo lugar del crimen.
Entre tanto, el amigo involucrado en el asesinato Álvaro Javier Tapias Muñoz, también cayó en poder de las autoridades en una estación de servicio ubicada en inmediaciones de la Terminal de Transporte de Valledupar.
La Fiscalía tuvo evidencias que demuestran que a Candelario Medina lo mataron sus propios hijos, porque presuntamente él había ganado una considerable suma de dinero en una lotería y se negó a compartirlo con ellos.
“El occiso presentaba en su humanidad unas lesiones ocasionadas con elementos corto punzante y objeto contundente, de acuerdo con los exámenes y reporte de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valledupar fue una muerte violenta producto de politraumatismos severos en el cráneo y tórax”, manifestó el Fiscal 16 seccional de Unidad de Vida de Valledupar.
El representante del ente acusador explicó que Ismael Medina Saltarín convivía con Candelario Medina Beleño y de acuerdo con las investigaciones la convivencia entre padre e hijo no era la mejor.
Según el expediente, la Fiscalía explicó ante el Juzgado Primero Penal de Valledupar con Funciones de Control de Garantías, que los hijos de Candelario Medina, presuntamente, organizaron un plan para asesinar al maestro de obras la madrugada del 17 de noviembre de 2014, y que para cometer el crimen habrían usado palas, martillos y otras herramientas con las que trabajaba la víctima.
“La Fiscalía determinó que el señor Álvaro Javier Tapia Muñoz, intervino en esos hechos y que fue quien les avisó a los hermanos que ya había llegado el señor Candelario a su residencia, que ya estaba ahí y se encontraba solo. Inclusive les indicó que él entró y conversó con la víctima y luego les dio toda esa información a los hermanos y posteriormente regresa con ellos.
Por los hechos antes mencionados la Fiscalía 16 Seccional de la Unidad de Vida de Valledupar imputó cargos a Ismael Medina Saltarín, Javier Darío Medina Licona y a Álvaro Javier Tapias Muñoz, como presuntos responsables del delito de homicidio agravado.
Javier Darío y Álvaro se declararon culpables, mientras que Ismael no aceptó cargos y tratará de demostrar que no tiene responsabilidad en el crimen de su padre.
Por Abdel Martínez Pérez
En el crimen también participó uno de sus hermanos, al parecer, porque su progenitor no quiso compartir con ellos el dinero de un premio de lotería.
A 41 años y ocho meses de prisión fue condenado Ismael Medina Saltarín, hallado responsable por los delitos de homicidio agravado y hurto, al asesinar con elemento contundente a su propio padre, Candelario José Medina Beleño, de 69 años. En el crimen también participaron su hermano, Javier Darío Medina Licona, y un amigo que también está privado de la libertad.
La decisión judicial fue proferida la mañana de ayer por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Valledupar, ante el cual el abogado Alfonso Joaquín Vargas Morales apeló y hará la sustentación en próximos días.
Luego de una ardua investigación la Policía aprehendió a los hermanos Ismael Antonio Medina Saltarín, de 33 años, y Javier Darío Medina Licona, de 30. Ambos fueron detenidos cuatro meses después mediante allanamiento a un inmueble ubicado en la calle 7D con carrera 16, del barrio Pontevedra, el mismo lugar del crimen.
Entre tanto, el amigo involucrado en el asesinato Álvaro Javier Tapias Muñoz, también cayó en poder de las autoridades en una estación de servicio ubicada en inmediaciones de la Terminal de Transporte de Valledupar.
La Fiscalía tuvo evidencias que demuestran que a Candelario Medina lo mataron sus propios hijos, porque presuntamente él había ganado una considerable suma de dinero en una lotería y se negó a compartirlo con ellos.
“El occiso presentaba en su humanidad unas lesiones ocasionadas con elementos corto punzante y objeto contundente, de acuerdo con los exámenes y reporte de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valledupar fue una muerte violenta producto de politraumatismos severos en el cráneo y tórax”, manifestó el Fiscal 16 seccional de Unidad de Vida de Valledupar.
El representante del ente acusador explicó que Ismael Medina Saltarín convivía con Candelario Medina Beleño y de acuerdo con las investigaciones la convivencia entre padre e hijo no era la mejor.
Según el expediente, la Fiscalía explicó ante el Juzgado Primero Penal de Valledupar con Funciones de Control de Garantías, que los hijos de Candelario Medina, presuntamente, organizaron un plan para asesinar al maestro de obras la madrugada del 17 de noviembre de 2014, y que para cometer el crimen habrían usado palas, martillos y otras herramientas con las que trabajaba la víctima.
“La Fiscalía determinó que el señor Álvaro Javier Tapia Muñoz, intervino en esos hechos y que fue quien les avisó a los hermanos que ya había llegado el señor Candelario a su residencia, que ya estaba ahí y se encontraba solo. Inclusive les indicó que él entró y conversó con la víctima y luego les dio toda esa información a los hermanos y posteriormente regresa con ellos.
Por los hechos antes mencionados la Fiscalía 16 Seccional de la Unidad de Vida de Valledupar imputó cargos a Ismael Medina Saltarín, Javier Darío Medina Licona y a Álvaro Javier Tapias Muñoz, como presuntos responsables del delito de homicidio agravado.
Javier Darío y Álvaro se declararon culpables, mientras que Ismael no aceptó cargos y tratará de demostrar que no tiene responsabilidad en el crimen de su padre.
Por Abdel Martínez Pérez