Este tipo de actividades se realizan con el fin de consolidar unas bases culturales dentro de la comunidad para que los jóvenes tengan como herramienta la fotografía, el cine, el área digital y así adquieran capacidades que les permitan narrar historias, las memorias y los procesos que surgen dentro de la comunidad.
Desde la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, se establecieron territorios como Tierra Grata, el cual inició con 180 personas firmantes de los acuerdos y que hoy en día su población ronda los 300 habitantes.
Las nuevas generaciones que habitan el territorio son capacitados con talleres de fotografía, además de la enseñanza a interpretar diferentes instrumentos. El semillero consiste en una serie de capacitaciones en fotografía análoga y digital para los hijos e hijas de firmantes de paz y otros menores de edad que habitan la vereda Tierra Grata de Manaure Balcón del Cesar, Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, AETCR.
Es realizado por el colectivo cultural La Rotativa, que está basado en la vereda Tierra Grata, y por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, cuenta también con el apoyo de la Agencia para la Reincorporación, ARN, Unión Europea y por el colectivo cultural de firmantes de paz Miradas.
Este año cuenta con 27 estudiantes (niños, niñas y adolescentes) y 7 tutores. En 2023 se realizó con 19 estudiantes y 4 tutores. De los estudiantes hay 15 mujeres y 12 hombres. Algunos de ellos hijos de firmantes de paz, además, ocho estudiantes son de origen étnico indígena de la Serranía del Perijá.
Uno de los que lleva la bandera en el proceso es Marcos Guevara, firmante del acuerdo de paz y fundador del colectivo La Rotativa, quien en diálogo con EL PILÓN manifestó: “Nosotros planteamos no borrar el pasado sino más bien hacer procesos de memoria que reflexionen un poco sobre la vida que anteriormente vivió la gente que fundó esta comunidad de firmantes del acuerdo de paz”, explicó Marcos Guevara.
“Tenemos alrededor de 22 niños participando en la actividad, son estudiantes que ya vienen de un proceso del anterior semillero. Tenemos estudiantes nuevos, también estos semilleros le apuntan a transmitir el conocimiento a la generación que viene creciendo acá en la comunidad”, agregó.
Este tipo de actividades se realizan con el fin de consolidar unas bases culturales dentro de la comunidad para que los jóvenes tengan como herramienta la fotografía, el cine, el área digital y así adquieran capacidades que les permitan narrar historias, las memorias y los procesos que surgen dentro de la comunidad.
Es válido destacar que en la comunidad se desarrolló un festival de cine y ya se está trabajando en la elaboración de un festival por la paz, el arte y la vida, donde el elemento como el teatro, la danza, las artes plásticas y la fotografía jugarán un papel fundamental para comenzar a fortalecer los espacios culturales dentro de la comunidad. Así mismo el colectivo La Rotativa trabaja en la expansión hacia otros escenarios con muestras de cine con fotografía documental en la que una de las muestras contó con el apoyo de la Universidad Nacional.
ACOMPAÑAMIENTO DE ENTIDADES INTERNACIONALES
Loredana Profeta, jefe de la Oficina Regional Caribe de la Misión de las Naciones Unidas en Valledupar, indicó que desde el inicio de los acuerdos de paz la entidad internacional ha realizado acompañamiento permanente en los diferentes territorios en los que se establecieron los excombatientes.
“Llevamos años construyendo confianza con esta población firmante de los acuerdos de paz, quienes hicieron dejación de armas en este espacio que anteriormente se le llamaba zona veredal. Nosotros hemos estado atentos a los procesos de verificación. Trabajamos para ayudarles a mejorar sus niveles económicos, laborales, pero también que puedan obtener sus tierras y que puedan tener relacionamiento con diferentes habitantes y la población indígena que también confluye en este espacio”, detalló la funcionaria.
Tierra Grata se ha ido convirtiendo en un espacio donde el conflicto ha ido quedando en el pasado, donde se respiran aires de paz y se busca que este territorio pueda ser aprovechado por quienes lo habitan, para ello trabajan en la puesta en marcha de proyectos que les han permitido encaminarse a la autosostenibilidad.
POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN
Este tipo de actividades se realizan con el fin de consolidar unas bases culturales dentro de la comunidad para que los jóvenes tengan como herramienta la fotografía, el cine, el área digital y así adquieran capacidades que les permitan narrar historias, las memorias y los procesos que surgen dentro de la comunidad.
Desde la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, se establecieron territorios como Tierra Grata, el cual inició con 180 personas firmantes de los acuerdos y que hoy en día su población ronda los 300 habitantes.
Las nuevas generaciones que habitan el territorio son capacitados con talleres de fotografía, además de la enseñanza a interpretar diferentes instrumentos. El semillero consiste en una serie de capacitaciones en fotografía análoga y digital para los hijos e hijas de firmantes de paz y otros menores de edad que habitan la vereda Tierra Grata de Manaure Balcón del Cesar, Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, AETCR.
Es realizado por el colectivo cultural La Rotativa, que está basado en la vereda Tierra Grata, y por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, cuenta también con el apoyo de la Agencia para la Reincorporación, ARN, Unión Europea y por el colectivo cultural de firmantes de paz Miradas.
Este año cuenta con 27 estudiantes (niños, niñas y adolescentes) y 7 tutores. En 2023 se realizó con 19 estudiantes y 4 tutores. De los estudiantes hay 15 mujeres y 12 hombres. Algunos de ellos hijos de firmantes de paz, además, ocho estudiantes son de origen étnico indígena de la Serranía del Perijá.
Uno de los que lleva la bandera en el proceso es Marcos Guevara, firmante del acuerdo de paz y fundador del colectivo La Rotativa, quien en diálogo con EL PILÓN manifestó: “Nosotros planteamos no borrar el pasado sino más bien hacer procesos de memoria que reflexionen un poco sobre la vida que anteriormente vivió la gente que fundó esta comunidad de firmantes del acuerdo de paz”, explicó Marcos Guevara.
“Tenemos alrededor de 22 niños participando en la actividad, son estudiantes que ya vienen de un proceso del anterior semillero. Tenemos estudiantes nuevos, también estos semilleros le apuntan a transmitir el conocimiento a la generación que viene creciendo acá en la comunidad”, agregó.
Este tipo de actividades se realizan con el fin de consolidar unas bases culturales dentro de la comunidad para que los jóvenes tengan como herramienta la fotografía, el cine, el área digital y así adquieran capacidades que les permitan narrar historias, las memorias y los procesos que surgen dentro de la comunidad.
Es válido destacar que en la comunidad se desarrolló un festival de cine y ya se está trabajando en la elaboración de un festival por la paz, el arte y la vida, donde el elemento como el teatro, la danza, las artes plásticas y la fotografía jugarán un papel fundamental para comenzar a fortalecer los espacios culturales dentro de la comunidad. Así mismo el colectivo La Rotativa trabaja en la expansión hacia otros escenarios con muestras de cine con fotografía documental en la que una de las muestras contó con el apoyo de la Universidad Nacional.
ACOMPAÑAMIENTO DE ENTIDADES INTERNACIONALES
Loredana Profeta, jefe de la Oficina Regional Caribe de la Misión de las Naciones Unidas en Valledupar, indicó que desde el inicio de los acuerdos de paz la entidad internacional ha realizado acompañamiento permanente en los diferentes territorios en los que se establecieron los excombatientes.
“Llevamos años construyendo confianza con esta población firmante de los acuerdos de paz, quienes hicieron dejación de armas en este espacio que anteriormente se le llamaba zona veredal. Nosotros hemos estado atentos a los procesos de verificación. Trabajamos para ayudarles a mejorar sus niveles económicos, laborales, pero también que puedan obtener sus tierras y que puedan tener relacionamiento con diferentes habitantes y la población indígena que también confluye en este espacio”, detalló la funcionaria.
Tierra Grata se ha ido convirtiendo en un espacio donde el conflicto ha ido quedando en el pasado, donde se respiran aires de paz y se busca que este territorio pueda ser aprovechado por quienes lo habitan, para ello trabajan en la puesta en marcha de proyectos que les han permitido encaminarse a la autosostenibilidad.
POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN