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Quién era Lilia Brito, la rectora que deja huella en el Prudencia Daza de Valledupar

La profesora y rectora, Lilia Brito, fue una docente con vocación de servicio.

Nacida en Distracción, La Guajira, un 1º. de diciembre de 1957, curso sus primeros tres años de bachillerato en la Institución Educativa Prudencia Daza; luego, se trasladó a Manaure a continuar sus estudios en La Normal María Inmaculada donde obtuvo su título de maestra. Posteriormente, viaja a Buga a estudiar licenciatura en Ciencias sociales, tras algunos años de ejercicios se hizo magister en Gerencia de instituciones educativa. Estuvo casada con el especialista Rafael Gutiérrez, de cuya unió nacieron Fernando y Lilian. De quienes se sentía orgullosa por la nobleza, responsabilidad y disciplina tanto en lo personal como en lo profesional. Durante su vida profesional laboró como docente, coordinadora y rectora en las Instituciones: San Isidro Labrador, en Atanquez, Alfonso López Pumarejo, José Eugenio Martínez, Loperena, Garupal, Milcíades Cantillo Costa y a partir del año 2015, toma las riendas de la Institución Educativa Prudencia Daza. Sus últimos 10 años de vida los dedicó al Prudencia Daza y a las preocupaciones educativas sociales, guiado por su espíritu educativo y su sueño de llevar a esta institución a la categoría A en la clasificación del ICFES, lográndolo en el 2024. Apoyó intensamente a los semilleros de investigación, el deporte, el arte y la cultura de nuestra región Valduparense, haciéndose participe en varios eventos en estas disciplinas. Su reconocimiento como educador y su arduo trabajo la llevaron a convertirse en el 2017 “rectora destacada por su aporte a la calidad de educativa, en una ceremonia especial, denominada “La Noche de la Excelencia”. En síntesis, como se desprende de todo lo anterior, que sólo parcialmente puede recoger la realidad de más de 40 años dedicados a la educación, podría decirse que el de Lilia Josefa Brito Mindiola es el Curriculum Vitae de una MAESTRA, con mayúscula, y en el sentido más literal y hermoso de esa palabra. En sin duda, un honor para todos quienes trabajamos en estas instituciones mencionadas, haber compartido con Lilia Josefa, quien fue una mujer humana, noble, poseedora de habilidades de liderazgo, comunicación, gestión y compromiso con la institución y sus estudiantes. Fue una mujer que dejó una historia de vida que nos honra y nos inspira. Su paso por nuestras vidas no fue fugaz: fue una siembra permanente de valores, afecto y entrega absoluta a los demás.

Nacida en Distracción, La Guajira, un 1º. de diciembre de 1957, curso sus primeros tres años de bachillerato en la Institución Educativa Prudencia Daza; luego, se trasladó a Manaure a continuar sus estudios en La Normal María Inmaculada donde obtuvo su título de maestra. Posteriormente, viaja a Buga a estudiar licenciatura en Ciencias sociales, tras algunos años de ejercicios se hizo magister en Gerencia de instituciones educativa. Estuvo casada con el especialista Rafael Gutiérrez, de cuya unió nacieron Fernando y Lilian. De quienes se sentía orgullosa por la nobleza, responsabilidad y disciplina tanto en lo personal como en lo profesional. Durante su vida profesional laboró como docente, coordinadora y rectora en las Instituciones: San Isidro Labrador, en Atanquez, Alfonso López Pumarejo, José Eugenio Martínez, Loperena, Garupal, Milcíades Cantillo Costa y a partir del año 2015, toma las riendas de la Institución Educativa Prudencia Daza. Sus últimos 10 años de vida los dedicó al Prudencia Daza y a las preocupaciones educativas sociales, guiado por su espíritu educativo y su sueño de llevar a esta institución a la categoría A en la clasificación del ICFES, lográndolo en el 2024. Apoyó intensamente a los semilleros de investigación, el deporte, el arte y la cultura de nuestra región Valduparense, haciéndose participe en varios eventos en estas disciplinas. Su reconocimiento como educador y su arduo trabajo la llevaron a convertirse en el 2017 “rectora destacada por su aporte a la calidad de educativa, en una ceremonia especial, denominada “La Noche de la Excelencia”. En síntesis, como se desprende de todo lo anterior, que sólo parcialmente puede recoger la realidad de más de 40 años dedicados a la educación, podría decirse que el de Lilia Josefa Brito Mindiola es el Curriculum Vitae de una MAESTRA, con mayúscula, y en el sentido más literal y hermoso de esa palabra. En sin duda, un honor para todos quienes trabajamos en estas instituciones mencionadas, haber compartido con Lilia Josefa, quien fue una mujer humana, noble, poseedora de habilidades de liderazgo, comunicación, gestión y compromiso con la institución y sus estudiantes. Fue una mujer que dejó una historia de vida que nos honra y nos inspira. Su paso por nuestras vidas no fue fugaz: fue una siembra permanente de valores, afecto y entrega absoluta a los demás.

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La comunidad educativa de Valledupar se encuentra de luto tras el fallecimiento de Lilia Josefa Brito, rectora de la Institución Educativa Prudencia Daza, quien murió en la mañana del lunes 28 de abril luego de una intervención quirúrgica practicada tras complicaciones pulmonares. El deceso de la educadora ha causado profundo pesar entre docentes, estudiantes y vecinos, quienes resaltan su legado y calidad humana.

Lilia Brito, licenciada en Ciencias Sociales y con un posgrado en Gerencia de Instituciones Educativas, dedicó más de una década a liderar el Prudencia Daza, donde se destacó como una maestra ejemplar, comprometida con la formación de sus estudiantes y el bienestar de toda la comunidad escolar. Casada con Rafael Gutiérrez, también docente de Artes, deja dos hijos y una hija, Liliana Gutiérrez Prieto, médica pediatra.

Durante su gestión, la profesora Brito fue reconocida por su humildad, nobleza y entrega. Sus colegas y allegados la recuerdan como una persona excepcional, que amaba profundamente a sus estudiantes y compañeros de trabajo. 

La secretaria general del colegio, Emirla Suárez Herrera, quien compartió más de 20 años de amistad con la rectora, expresó entre lágrimas: “A la profesora Lilia yo la consideraba como una hermana. Yo conozco a la profesora Lilia hace más de 20 años. Ella vivía en el Simón Bolívar y yo vivía en el 12 de Octubre. Nada más nos separaba la avenida. Compartimos 10 maravillosos años en el colegio. Es duro, sinceramente me dejó sin palabras. No porque haya muerto, pero era una persona excepcional”.

Vocación docente

Lilia Brito inició sus estudios de bachillerato en el Prudencia Daza y luego los continuó en la Normal María Inmaculada de Manaure. Su amor por la institución era evidente y siempre procuró inculcar valores como la humildad, el respeto y la solidaridad, especialmente, cuando el colegio era de carácter femenino.

Sus compañeros docentes destacan que “era una maestra consagrada, su humildad ante todos, la nobleza personificada. Amaba mucho a la gente, así trataba a sus estudiantes y a todos los empleados”.

Nacida en Distracción, La Guajira, un 1º. de diciembre de 1957, curso sus primeros tres años de bachillerato en la Institución Educativa Prudencia Daza; luego, se trasladó a Manaure a continuar sus estudios en La Normal María Inmaculada donde obtuvo su título de maestra.  Posteriormente, viaja a Buga a estudiar licenciatura en Ciencias sociales.

Durante su vida profesional laboró como docente, coordinadora y rectora en las Instituciones: San Isidro Labrador, en Atanquez, Alfonso López Pumarejo, José Eugenio Martínez, Loperena, Garupal, Milcíades Cantillo Costa y a partir del año 2015, toma las riendas de la Institución Educativa Prudencia Daza.

Sus últimos 10 años de vida los dedicó al Prudencia Daza y a las preocupaciones educativas sociales, guiado por su espíritu educativo y su sueño de llevar a esta institución a la categoría A   en  la clasificación del ICFES, lográndolo en el 2024. Apoyó intensamente a los semilleros de investigación, el deporte, el arte y la cultura de nuestra región valduparense, haciéndose participe en varios eventos en estas disciplinas.

Su reconocimiento como educador y su arduo trabajo la llevaron a convertirse en el 2017 “rectora destacada por su aporte a la calidad de educativa, en una ceremonia especial, denominada “La Noche de la Excelencia”.

“Su paso por nuestras vidas no fue fugaz: fue una siembra permanente de valores, afecto y entrega absoluta a los demás. El legado de la profesora Brito perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerla y trabajar a su lado. La comunidad educativa del Prudencia Daza se une en el dolor y rinde homenaje a una vida dedicada a la enseñanza y al servicio de los demás”, escribió la comunidad educativa a EL PILÓN.

Por: Redacción EL PILÓN

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