La Comisión de la Verdad elevó un pronunciamiento en el que rechazó el acto violento e instó a respetar la diversidad étnica del territorio nacional.
Después de los incendios consecutivos de los centros sagrados de las comunidades indígenas kankuama y wiwa, en los departamentos del Cesar y La Guajira, respectivamente, la Comisión de la Verdad elevó un pronunciamiento en el que rechazó el acto violento e instó a respetar la diversidad étnica del territorio nacional.
Comunicó que los pueblos indígenas wiwa y kankuamo están en peligro de exterminio físico y cultural, reconocido por la Corte Constitucional mediante el Auto 004 de 2009, debido a la vulneración de derechos humanos.
“El pueblo indígena kankuamo ha vivido una sistemática vulneración de los derechos individuales y colectivos, con estigmatizaciones y persecuciones por los actores armados, dejando como resultado más de 400 indígenas Kankuamos asesinados, como lo documenta el informe ‘Tejiendo caminos para volver al origen’ entregado a la Comisión de la Verdad. El pueblo indígena wiwa ha sufrido igualmente la estigmatización y el atentado contra sus autoridades políticas y líderes espirituales, como lo han señalado en un informe que presentaron ante el Sistema Integral para la Paz”, dijo la entidad.
Las quemas se registraron el pasado 12 y 16 de diciembre. La primera emergencia sucedió en contra del pueblo kankuamo asentado en el corregimiento de La Mina, jurisdicción de Valledupar, donde quemaron dos centros sagrados.
Según Olinda Maestre, cabildo indígena del territorio, la quema fue ocasionada por manos criminales.
El otro caso sucedió en zona rural del municipio de Dibulla, La Guajira, exactamente en la parte baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se vieron afectadas cuatro centros ceremoniales y una casa de las comunidades indígenas wiwa.
La emergencia fue controlada por el Cuerpo de Bomberos de Dibulla y solo dejó pérdidas materiales.
Los wiwa también consideraron que la emergencia fue ocasionada deliberadamente por particulares.
La Comisión de la Verdad elevó un pronunciamiento en el que rechazó el acto violento e instó a respetar la diversidad étnica del territorio nacional.
Después de los incendios consecutivos de los centros sagrados de las comunidades indígenas kankuama y wiwa, en los departamentos del Cesar y La Guajira, respectivamente, la Comisión de la Verdad elevó un pronunciamiento en el que rechazó el acto violento e instó a respetar la diversidad étnica del territorio nacional.
Comunicó que los pueblos indígenas wiwa y kankuamo están en peligro de exterminio físico y cultural, reconocido por la Corte Constitucional mediante el Auto 004 de 2009, debido a la vulneración de derechos humanos.
“El pueblo indígena kankuamo ha vivido una sistemática vulneración de los derechos individuales y colectivos, con estigmatizaciones y persecuciones por los actores armados, dejando como resultado más de 400 indígenas Kankuamos asesinados, como lo documenta el informe ‘Tejiendo caminos para volver al origen’ entregado a la Comisión de la Verdad. El pueblo indígena wiwa ha sufrido igualmente la estigmatización y el atentado contra sus autoridades políticas y líderes espirituales, como lo han señalado en un informe que presentaron ante el Sistema Integral para la Paz”, dijo la entidad.
Las quemas se registraron el pasado 12 y 16 de diciembre. La primera emergencia sucedió en contra del pueblo kankuamo asentado en el corregimiento de La Mina, jurisdicción de Valledupar, donde quemaron dos centros sagrados.
Según Olinda Maestre, cabildo indígena del territorio, la quema fue ocasionada por manos criminales.
El otro caso sucedió en zona rural del municipio de Dibulla, La Guajira, exactamente en la parte baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se vieron afectadas cuatro centros ceremoniales y una casa de las comunidades indígenas wiwa.
La emergencia fue controlada por el Cuerpo de Bomberos de Dibulla y solo dejó pérdidas materiales.
Los wiwa también consideraron que la emergencia fue ocasionada deliberadamente por particulares.