El artista de la música vallenata, Churo Díaz, declaró la mañana de este martes ante la Procuraduría General de la Nación dentro de la investigación que se sigue por la polémica parranda vallenata en el pabellón de extraditables de La Picota, en Bogotá, en hechos ocurridos en septiembre de 2022.

Churo Díaz fue llamado a declarar -junto a dos cantantes más (Ana del Castillo y Mono Zabaleta), un acordeonero y un mánager de la música vallenata- por la Procuraduría Delegada con Funciones Mixtas para la Defensa de los Derechos Humanos en la investigación que se abrió por las presuntas irregularidades por parte de miembros del Inpec, al permitir el ingreso de licores, grupos musicales, cigarrillos y juegos de azar al Pabellón de Extraditables de La Picota.

El ente de control escuchó al ‘Rey guajiro’ en diligencia de declaración juramentada “con el fin de establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar de su presentación en el Pabellón de Alta Seguridad o de Extraditables de la Penitenciaria de La Picota, tipo, objeto, monto y modalidad de pago del contrato de prestación de servicios suscrito”, para la celebración del día de la Virgen de Las Mercedes.

A la salida de la sede de la Procuraduría Provincial en Valledupar, ubicada en el quinto piso del edificio de la Caja Agraria, el cantante en diálogo con EL PILÓN dijo haberle ido “muy bien” e indicó que estaba “tranquilo”.

“Todo normal.  Le dijimos al procurador lo que pasó, una invitación que me hicieron para el Día de la Virgen y fuimos a cumplir”, señaló Díaz.

A la vez que afirmó estar listo para un Festival Vallenato “movido”, el artista urumitero recordó que la parranda que lo ‘enredó’ ante la Procuraduría fue “una presentación bien bonita y eso es lo más importante”.

Aclaró Díaz que a la primera cita de la Procuraduría no asistió por estar cumpliendo compromisos con presentaciones, pero esta vez decidió dar la cara y dar un parte de tranquilidad a sus seguidores. 

Según un documento conocido el año anterior, con fecha de 3 de octubre de 2022, se ordenó la indagación previa y decretó la práctica de unas pruebas a efectos de identificar e individualizar a los presuntos responsables de los hechos tras la denuncia pública presentada por varios medios de comunicación.

Además de la declaración de los cinco integrantes del folclor vallenato, la Procuraduría requirió, en primer término, el testimonio de cinco personas privadas de la libertad, que se encontraban en la fecha de los hechos recluidos en el pabellón de alta seguridad y/o extraditables, a efectos de que expongan las circunstancias de tiempo, modo y lugar, de los hechos sucedidos durante los días 24, 25 y 26 de septiembre de 2022.

En el mismo oficio se ordenó la visita, como “práctica disciplinaria”, a las instalaciones del Establecimiento Carcelario y Penitenciario la Picota, para determinar: que servidores públicos del Inpec se encontraban de Guardia, Comandante de Guardia, Comandante del Cuerpo de Vigilancia y Custodia, Comandante de Pabellón y demás, así como copia del listado de todas las personas privadas de la libertad que se encontraban para los días 24, 25 y 26 de septiembre de 2022 en el Pabellón de Alta Seguridad o de Extraditables. Además, qué visitantes ingresaron esos mismos días al establecimiento.

El auto ordenó también la obtención de copia, de registros fílmicos, de las minutas y libros donde se realicen los diferentes registros de todas las novedades, copia de los registros o minutas de ingreso de vehículos que ingresaron a La Picota entre el 24 y 26 de septiembre, entre otras pruebas.

LA PARRANDA

La Revista Semana reveló unos vídeos de una parranda vallenata en el que aparece el cantante Mono Zabaleta y su conjunto en el pabellón de los extraditables de La Picota, en Bogotá.

El escándalo se desató porque estos son los cabecillas de grandes grupos criminales que están pedidos en extradición por Estados Unidos.

En el video que circuló en redes sociales se observó que esta área del centro penitenciario fue acondicionada como una taberna, mesas, sillas, carpas, licor e incluso juegos de mesa.

Algunos informantes le aseguraron a la Revista Semana que la fiesta fue en honor al día de la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos, duró tres días e incluso hubo guardias que salieron del lugar en estado de embriaguez.

La califican como una fiesta “traqueta” que hasta en celulares quedó registrada la ruidosa rumba, pero, curiosamente ni las directivas del penal ni los guardias del INPEC escucharon.

POR REDACCIÓN CULTURA / EL PILÓN.